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El inmueble del Giratablas podría tener un siglo de antigüedad. (Foto: Katya Alvarado)
Este 25 de mayo con la denominada “Fiesta del Comején”, el grupo Impromptu Giratablas inicia una lucha intensa, para recaudar fondos destinados al acondicionamiento de la vieja casa que desde hace 20 años ha alojado a esta agrupación teatral.
De acuerdo con Javier Monge, director de Impromtu Giratablas −quien actualmente administra el teatro−, la acción de la polilla del comején representa un problema bastante serio. “Se trata de una casa bastante vieja y algunas de sus partes ya están muy afectadas”, expresó.
Explicó que los focos más problemáticos se encuentran a un costado del escenario, en la entrada principal y debajo de las oficinas, además de algunas cerchas del segundo piso.
Respecto a “La fiesta del comején”, comentó que es “el nombre gracioso” de una actividad que apunta a una realidad que trasciende el tema de la polilla, pues el Ministerio de Salud −cuya posición dijo comprender− ha requerido la implementación de una serie de mejoras, que abarcan tanto la estructura como la instalación eléctrica del teatro, las cuales “son muy costosas, pues el teatro no genera ganancias a ese nivel”.
Monge informó que ya se realizó una inversión de aproximadamente ¢ 300 000 en estudios estructurales y sobre la instalación eléctrica, realizados por una arquitecta y un ingeniero eléctrico, respectivamente.
Según los dos especialistas, para los trabajos más apremiantes se requieren unos ¢ 10 millones, pero para dejar todo en óptimas condiciones la inversión asciende a ¢ 25 millones.
TEATRO CON HISTORIA
El Teatro Giratablas ha sido un sitio importante para la actividad cultural en el centro de San José y ha funcionado a lo largo de unos 20 años, bajo la administración de la Asociación Cultural Giratablas hasta el 2012. Sin embargo, antes de ser teatro, el inmueble alojó al bar El Tablado, donde se organizaban conciertos.
Monge contó que los propietarios –quienes prefieren reservar su identidad− le informaron que la casa fue construida por el doctor Carlos Durán para sus dos hijas; él ocupó la presidencia de Costa Rica brevemente entre 1889 y 1890. Se cree que el inmueble podría datar de finales del siglo XIX o inicios del XX, por lo tanto, podría ya haber cumplido el siglo de antigüedad.
La necesidad de remodelar el local surgió el año pasado, poco después de que Impromptu asumiera el teatro y cuando se realizó una inspección del Ministerio de Salud.
El gestor cultural destacó que, a la hora de invertir, representa un problema el hecho de que Impromptu no es el dueño del inmueble y “no saber a ciencia cierta cuánto tiempo estará en nuestras manos”. No obstante, aclaró que a la hora de tocar el tema, los dueños han sido “accesibles”.
“Tanto la Asociación Cultural Giratablas como nosotros, hemos trabajado en el mantenimiento del teatro, pero ahora se ha hecho muy costoso”, expresó Monge.
Impromptu Giratablas se ha especializado en espectáculos de improvisación y mantiene una academia que cuenta con unas 150 personas entre adultos y jóvenes estudiantes.
Monge externó que se analizan otras opciones de trabajo para salvar las instalaciones y se toman en cuenta muchas posibilidades, como pedir un préstamo por los ¢ 25 millones, suma que representaría el presupuesto de nueve o diez meses de trabajo de la agrupación.
También, se baraja la creación de una cooperativa de artistas que permita sostener el lugar “o arriesgarnos a pedir un préstamo para comprar la casa y vivir peleando por este lugar los próximos 30 años”.
Mencionó que a la situación del Teatro Giratablas, se suma lo que consideró un problema generalizado del teatro en Costa Rica: “vemos que los teatros cierran y los bares abren; se ha perdido de vista el valor de estos espacios culturales”.
“El comején es una de muchas cosas que debemos resolver y tenemos plazo hasta diciembre; si no lo logramos, se perderá un teatro de 20 años de existencia”, advirtió.
Colabore con el Giratablas
“La Fiesta del Comején” es el lanzamiento de la campaña para salvar el teatro.
Se realizará el sábado 25 a las 8 p.m. en el propio Teatro Giratablas y habrá baile, karaoke y música electrónica. La entrada costará ¢ 1000 y se colocarán alcancías.
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