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Un excandidato de una supuesta oposición, días atrás afirmó públicamente que la gente debería barrer las calles y pintar las casas ante la llegada del presidente estadounidense, para que su delegación “se lleve una buena impresión del país”. Además solicitó que nadie debe manifestarse antes, durante ni después de su visita. Es decir, se debe disimular lo que está mal y esconder la insatisfacción popular, para que los “dueños de este patio” estén satisfechos por el alquiler de este. Claro, ¡somos “el país más feliz del mundo”! No vaya a ser que ante una manifestación se les desestabilice el ambiente de negocios para mejorar el puntaje en el “Doing business”, pues lo que no sea eso es hacer “populismo”. El gobierno debe ser “populista” con los empresarios, no con todos.
¿Se van a pintar los barrios urbanomarginales por donde puede sobrevolar la delegación presidencial? ¿Con cuál color se pinta la violencia de género? ¿Cuál va a ser la pintura para la desigualdad social? ¿Quién va a pintar la deuda de la embajada estadounidense con la Caja Costarricense del Seguro Social? ¿Con cuál color se van a pintar la violación de derechos humanos de diferentes poblaciones?
Este mismo personaje habla que estamos ante la presencia de un presidente afrodescendiente y una mujer presidenta, por lo que representan actos civilizatorios. Sin duda esa es una mirada simplista. El hecho de tener una mujer presidenta no significa que no sea un país machista. ¿Qué ha hecho la presidenta costarricense en materia de género que reivindique a las mujeres y que involucre a los hombres en cosas en las que tradicionalmente han estado alejados? Un fetiche de mercadotecnia para ganar elecciones no evidencia avances en derechos humanos.
Debe destacarse que Estados Unidos financia la vigilancia de algunos derechos humanos en otros países, en especial cuando le interesa desestabilizarlos, pero no los ratifica para no afectar sus intereses.
Estados Unidos no ha ratificado la Convención sobre los derechos del niño(a) (incluye el protocolo sobre la participación de niños−as− en los conflictos armados; prostitución y pornografía infantil); Convención Interamericana de Derechos Humanos; Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer; Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad; Convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de prostitución ajena; Convención internacional contra el reclutamiento, la utilización, la financiación y el entrenamiento de mercenarios; Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes; votó en contra de la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas en las Naciones Unidas; Convención internacional sobre la represión y el castigo del crimen de apartheid, entre otros.
En 2001 Estados Unidos, junto a Israel, se retiró de la Conferencia Mundial contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia, y el actual presidente estadounidense no envió representación alguna a la sesión de dicha conferencia realizada en 2009.
Esto evidencia parte de los pasos civilizatorios de Estados Unidos, hacia atrás. Los representantes de un gobierno y un Estado con semejante panorama no merece veneración alguna.
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