Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Los pocos ingresos y la falta de recurso pesquero en el golfo de Nicoya hace que muchos pescadores utilicen cada vez más, artes ilegales de pesca, lo cual pone en riesgo la reproducción de las especies. (Foto: Katya Alvarado)
Un grupo de pescadores artesanales de las islas y comunidades adyacentes al golfo de Nicoya acusó al Gobierno de abandono y escasa vigilancia para frenar el creciente uso de sistemas ilegales de captura en la zona.
A inicios de la semana anterior, mediante un campo pagado, varias asociaciones de pescadores artesanales advirtieron que “pese a sus constantes denuncias”, sus quejas no han tenido “eco en las autoridades”, para resolver “la lucha que en los últimos años han enfrentado contra los pescadores que utilizan trasmallos ilegales y rastras (arrastre artesanal) para la pesca del camarón.
Ellos demandan al Gobierno, entre otras condiciones, emitir un decreto para prohibir el uso, importación y comercialización de redes de pesca ilegales, así como mayor vigilancia y patrullaje en el golfo.
La Ley de Pesca permite el uso de artes con orificios cuya abertura tenga un mínimo de 3 pulgadas (7,62 centímetros), para permitir que los peces, moluscos y crustáceos de menor talla −de valor comercial y biológico−, permanezcan en el mar y completen el ciclo de reproducción.
Sin embargo, ambientalistas y pescadores de la zona advierten que el uso creciente de sistemas ilegales está provocando una importante disminución de las especies en detrimento de la sostenibilidad económica de las familias en el corto plazo.
“El arte permitido es 3 pulgadas, pero ya no están cubriendo sus necesidades básicas; están capturando animales pequeños (recién nacidos) que se los compran como chatarra a muy bajo precio; el ingreso de ellos ha bajado, y por lo tanto están haciendo más pequeña la red, hasta de 2,5 y menos pulgadas, lo que genera un problema”, señaló la abogada Viviana Gutiérrez, directora del Programa de Incidencia Política de MarViva.
Según especialistas consultados, la pesca con artes ilegales, principalmente trasmallos con luces de malla inferiores a las 3 pulgadas, atrapan individuos juveniles, que en cerca del 95 % no han alcanzado la talla de primera madurez y por lo tanto tampoco han alcanzado su reproducción.
Otra arte de pesca ilegal de gran presencia en el golfo, es la conocida como “rastra o sistema de arrastre artesanal”, que consiste en una red que se lanza hasta el fondo del lecho marino, para barrer con las especies que quedaron atrapadas.
Este sistema es principalmente utilizado para la pesca del camarón; no está permitido por la Ley de Pesca y es considerado por los especialistas en conservación como uno de los sistemas más nocivos para la protección de los ecosistemas marinos.
Por su parte, Luis Dobles, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), coincidió con la mencionada preocupación de los pescadores artesanales.
“Me parecen valederos los planteamientos de ellos y me parece muy adecuado su enfoque de llamar la atención de los diferentes entes gubernamentales, como el Ministerio de Agricultura, Senasa, Incopesca y otras, e integrar la problemática en las diferentes instancias, para acometer en forma conjunta estas situaciones”, señaló.
“Este es un asunto de gobernanza marina y no como han querido disfrazar organizaciones ambientalistas como MarViva y Pretoma, de que es algo que le compete únicamente al Incopesca”, alegó Dobles.
La viceministra de Agricultura, Xinia Chaves, aseguró que este tema ya se ha analizado con los pescadores, para asumir mecanismos desde un abordaje integral, “contemplando por un lado la sostenibilidad, pero también reconociendo que el mar es un recurso importante para la seguridad alimentaria de las poblaciones que dependen de él”.
Pese a la solicitud de los pescadores, no ve viable en estos momentos la promulgación de un decreto para impedir la importación de redes ilegales, por lo que solicitaron al departamento legal del Ministerio un criterio que permita encontrar una solución, algo que preocupa a los sectores pesqueros y ambientales, pues mientras no se tomen acciones con urgencia, el golfo de Nicoya sigue estando a merced de la pesca indiscriminada.
“Una imposición al sector comercial, si no la tiene usted jurídicamente bien estructurada, es muy débil”, argumentó Chaves, quien también hizo un llamado para facilitar la destrucción del material incautado, e instó al Incopesca a contar con estadísticas actualizadas, que permitan un mejor monitoreo de la situación del Golfo.
En este sentido, Enoc Rizo, pescador artesanal del golfo, se quejó de la ausencia del Incopesca, del Ministerio de Agricultura y de otras instituciones para lograr una solución urgente; “esta situación no puede esperar tanto”, advirtió.
CONCIENCIA, MÁS QUE VIGILANCIA
Los pescadores artesanales han sido enfáticos en demandar al Gobierno que tanto el Servicio Nacional de Guardacostas como el Incopesca, realicen operativos conjuntos tres veces por semana en la zona interna del golfo y que tengan puestos de vigilancia fijos en sitios estratégicos de pesca.
Por su parte, Miguel Madrigal, subdirector del Servicio Nacional de Guardacostas, afirmó que el tema de la pesca ilegal en el golfo es un asunto más de conciencia que de vigilancia.
“Nosotros vigilamos el golfo, pero no es nuestra única responsabilidad; tenemos que hacer operativos de drogas, remolques y hasta de ambulancia; nunca va a haber recursos suficientes para cubrir un área tan grande, ni aquí ni en ningún país”, aclaró.
Madrigal puntualizó que el Servicio de Guardacostas del litoral del Pacífico debe cubrir hasta las 12 millas marítimas y patrullar de frontera a frontera. Explicó que en la actualidad realizan “patrullajes inteligentes”, que toman en cuenta los días de Luna y mareas, que hagan más eficiente el uso de los recursos.
Tras declarar que prefiere los patrullajes preventivos, Madrigal precisó que en los primeros cuatro meses de este año, el Servicio de Guardacostas ha decomisado 35 trasmallos, 6 rastras, 3 atarrayas, 3 pangas y cuatro motores.
Este documento no posee notas.