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¡Upeeee, buenos días, por favor nos abren, es que venimos a hacer un allanamiento! ¡No se preocupen, es solo un momento… quien es mandado no es culpado!
Aquí no se escuchó el estruendo de un portón que cae arrastrado por un carro cuatro por cuatro, al grito de ¡policía, policía! y diez o más agentes de seguridad mostrando armas de grueso calibre. Es un lujoso residencial, privado todo él. El residencial donde vive una persona que llegó a sentarse al frente del señor Ministro de Comunicación con una tarjeta en donde hay un nombre falso (error de imprenta dijo su abogado) y un famoso anotador de goles (de centro, por la izquierda, de penal, de jupa, con gambeta…). Y un tercero que los acompañó, también habitante del mismo residencial, que trae lejanos recuerdos del inicio del negociado Caja-Fischel.
“Me engañaron”, dijo el Ministro de Comunicación; “no me informaron”, dijo el jefe de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS). Y eso que era el segundo viaje presidencial en un avión facilitado por el personaje de la tarjeta con el error de imprenta. El primer viaje pasó inadvertido y el gol fue anotado sin que el guardalíneas (la DIS) levantara la banderita por juego adelantado. La gradería ni se inmutó, fue una jugada rápida. No se pudo ver la repetición y todos los jugadores fueron a sus camerinos sin cargo de conciencia, había terminado el primer tiempo.
El fallonazo de Fallón fue presentar la tarjeta a nombre de una compañía que lo desconoce como parte de su grupo de trabajo, pero aun así metió el gol, para eso se hizo acompañar de un exfutbolista; pase preciso, jugada de pared y tiro directo al marco… y se trajeron abajo a tres importantes funcionarios de la presente (des)administración. Golazo de media cancha.
La tarjeta dicha (y quién sabe qué circunstancias más) les abrió las puertas de la mismísima casa presidencial a nuestros personajes; tan fácil, como dicen que fueron invitados para agradecerles por los buenos oficios y como muchachos obedientes llegaron, sin mayores tropiezos. Distinto a como fue tratado el pueblo días antes durante la celebración del 11 de abril, al cual se mantuvo a distancia de los gobernantes para evitar dar explicaciones sobre la carretera San José-San Ramón, o el desaguisado de la trocha y mocha.
No hay duda de que los tres personajes que cayeron en las primeras de tanteo, fueron piezas fundamentales para organizar la celebración del 11 de abril en Alajuela y evitar el contacto del pueblo con sus gobernantes, pueblo que estaba dispuesto a ser oído en sus justos reclamos. Pitazo por carga en el área.
Aquí nadie va a jugar adelantado, el que diga algo sobre la investigación en curso sobre el vuelo, los matrimonios arreglados, las nacionalizaciones oscuras y la tarjeta con un nombre equivocado por la imprenta, le saco tarjeta roja (sinónimo de llevarlos a la cárcel)… dijo muy enojado el señor Fiscal. Este árbitro sí que nos salió agresivo, de tal forma que ni el capitán puede insinuar que no se está cumpliendo el juego limpio (fair play, lo llama la máquina de hacer dólares doña FIFA). “Ley mordaza”, gritó un chusco desde la gradería y un paco solo atinó a levantar los hombros.
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