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Muchas personas tienden a pensar que los colegios privados ofrecen una calidad educativa superior a la provista por los colegios públicos, especialmente porque la mayor parte de estudiantes destacados en pruebas nacionales, olimpiadas de matemática o ciencias, pruebas de admisión a universidades públicas e incluso pruebas internacionales de evaluación provienen de centros educativos privados, lo que lleva a muchos padres de familia a realizar grandes esfuerzos con tal de poder costear el oneroso gasto que representa matricular a sus hijos en estos colegios.
No obstante, la evidencia empírica que apoye la idea de que esta ventaja de los colegios privados se deba concretamente al tipo de administración es en la mayoría de los casos poco significativa, y se ha demostrado que son otras variables, especialmente las relacionadas con el entorno familiar, las que explican una buena parte de las diferencias en el rendimiento educativo.
Utilizando los datos de evaluación internacional PISA 2009 para Costa Rica, se pueden realizar algunas observaciones útiles para orientar en este debate.
En dicha prueba, realizada por una muestra representativa de estudiantes de 15 años, los estudiantes de colegios privados promediaron mejores resultados que los estudiantes de colegios públicos en las tres áreas evaluadas (lectura, matemática y ciencias); por ejemplo, en lectura, los alumnos de colegios públicos promediaron 429 puntos, mientras que los de colegios privados obtuvieron una nota promedio de 516 puntos.
¿Se debe esta diferencia al tipo de administración del centro educativo? Un análisis de los datos permite observar una particularidad que pareciera ser más acertada para explicar dicha diferencia.
Los analistas expertos de PISA calculan, para cada estudiante, un Índice de Estatus Económico, Social y Cultural, basados en las posesiones materiales de los hogares de los estudiantes, el nivel educativo de los padres, cantidad de libros, acceso a computadoras e Internet, entre otros factores. Agrupando a todos los estudiantes por quintiles de este índice se puede observar (como es de esperar) que la mayor parte de los estudiantes de colegios públicos se distribuyen en los tres quintiles bajos del estatus socioeconómico, mientras que los estudiantes de colegios privados se concentran casi en su totalidad en los dos quintiles más elevados.
La segunda observación refiere a la relación entre el estatus socioeconómico y el rendimiento en la evaluación. Los estudiantes del primer quintil (todos de colegios públicos) promediaron 410 puntos y los del segundo y tercer quintil (en su mayoría estudiantes de colegios públicos) promediaron 419 y 433 puntos respectivamente. Se nota una correlación positiva entre el estatus socioeconómico y el rendimiento educativo. En el cuarto quintil los estudiantes obtuvieron 456 puntos y los del quintil más alto 496 puntos. Esta relación es muy importante, pues permite observar que mayores ventajas socioeconómicas se asocian con un mejor rendimiento educativo.
Como tercera observación apuntamos que un 92% de los estudiantes de colegios privados se ubican en los dos quintiles más altos de estatus socioeconómico, y es por esto que puede explicarse su ventaja con respecto a los estudiantes de colegios públicos, donde la mayoría de ellos (dos terceras partes) se ubican en los tres quintiles más bajos de estatus.
Sin embargo, aún y cuando se aprecie una relación directa entre el estatus y el rendimiento educativo, sí persisten las diferencias, aunque a una menor escala: En el Cuarto Quintil, los estudiantes de colegios públicos alcanzaron los 448 puntos y los de colegios privados 506 puntos; en el quinto quintil, obtuvieron 466 y 522 puntos, respetivamente. Es claro que existen otros factores que pueden aportar en la explicación de las diferencias, pero la brecha es más reducida si se toman en cuenta las facilidades disponibles en los hogares ya que, como ha expresado el Ministro de Educación en diversas ocasiones, es más fácil de educar a un joven de familia de altos ingresos que reside en zonas de mayor tranquilidad y seguridad que otro joven con carencias en su hogar y proveniente de zonas conflictivas.
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