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El equipo de fútbol de la Universidad de Costa Rica regresa a la primera división y el gran reto que tendrá en lo inmediato es mantenerse en esta categoría. (Foto: archivo)
La serie de partidos que jugó la Universidad de Costa Rica (UCR) frente a As Puma Generaleña combinó la alegría del ascenso −a pesar de que solo se ganó un partido de los cuatro− con las limitaciones de un equipo que, como el celeste, debe reforzar todos sus departamentos, si desea sobrevivir en la máxima categoría.
Para definir al campeón del Torneo Clausura, la academia perdió la serie con los generaleños, tras empatar en el estadio Ecológico y salir derrotado en Pérez Zeledón.
Ya en la serie final por el ascenso, los estudiantes doblegaron a los felinos en casa, y sacaron un heroico empate el pasado sábado en el Valle de El General, combinación de resultados que les dio el ascenso.
Diego Giácone, el director técnico que llevó a la UCR a la primera división, expresó a UNIVERSIDAD antes de que se iniciara la final del Clausura, que si el equipo lograba el ascenso, en la primera división había que empezar de cero.
“Todos terminamos contrato una vez que concluya el campeonato. No es hora de hablar de ese tema. Ya llegará el momento”, dijo el estratega argentino.
¡Bueno, el momento llegó! La UCR es el nuevo inquilino de la primera división y toca a la dirigencia del club, liderada por el presidente Luis Enrique Gamboa Umaña y el gerente general Roque Rodríguez, planificar la temporada y presupuestar los renglones que le permitan al equipo celeste transitar en la primera división sin muchos contratiempos. Por ahora, el nuevo campeón de la segunda división debe prepararse para jugar el nuevo Torneo de Copa que organizó la UNAFUT y que arranca en dos semanas y media.
Lo jugarán 11 equipos de la primera división y 5 de la segunda (16 en total), en series de muerte súbita a visita recíproca, de manera que quedan eliminados 8 equipos, después 4 y luego 2, con premios millonarios a los que avancen en la clasificación.
LAS ZONAS FUERTES
En el supuesto de que se mantenga el 90 % de la nómina y desde luego el cuerpo técnico, la Universidad cuenta con algunas zonas en su formación que pueden lucirse en la primera división.
El portero Nighel Drummond tiene experiencia en la máxima categoría, pero necesita competencia. Es urgente fichar un segundo portero experimentado, que le ponga adrenalina al trabajo de Drummond.
Por lo que se observó en las series con los generaleños, parece que la UCR tiene dos puntos muy sólidos y fuertes: la pareja de defensores centrales, formada por Owen Solís y Jason Scott, y el par de medios de contención, que son Mauricio Montero y Leonardo Ly. A los que se suma, desde luego, Andrés Núñez. La dirigencia celeste debe hacer el esfuerzo que se requiera para mantener a estos cinco jugadores en el equipo.
Del mediocampo hacia adelante, se debe firmar a Brandon Poltronieri, a Jonathan Sibaja, un delantero desequilibrante de enormes condiciones, a Sergio Hernández y al veterano Leonardo Madrigal. Es de suponer que el capitán del equipo, José Vargas se sumará al grupo.
Al cuerpo técnico de la UCR y a la dirigencia le van a sobrar ofrecimientos de jugadores; la academia es un lugar atractivo y seguro para foguear jugadores que no tienen espacio en los clubes grandes. Se entiende que la política de la directiva del club es dar espacio a la cantera, a los jóvenes del Alto Rendimiento y rechazar los préstamos, que han resultado nefastos para el equipo desde los tiempos de Johnny Chávez.
Parece que un primer paso en esto de reforzar la nómina, la podría dar el entrenador Giácone, al medir la posibilidad de firmar a unos pocos jugadores, precisamente de su rival As Puma, que se lucieron en las series finales.
Totalmente seguros y convencidos de que el presidente Gamboa Umaña, la gerencia y el cuerpo técnico no permitirán que la UCR se convierta en la primera división en un nido de desechos y préstamos, sino que se presentará una formación joven, fresca y rejuvenecida, esperar entonces la planificación de la dirigencia para la nueva temporada, que va a incluir desde luego nuevos patrocinios (la televisión, como el principal), un aumento notable en la membrecía de socios y, desde luego, el aporte invaluable de las autoridades administrativas del Alma Máter.
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