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667,1 kilómetros de carreteras se deterioraron en dos años, pese a que recibieron una inversión de ¢7200 millones.
La colocación de asfalto acaparó cerca de la mitad del presupuesto invertido en las 22 zonas de conservación del país.
Calles a las que se le metió mucho dinero y en lugar de mejorar su condición ahora están peor que antes o no mejoraron lo que se esperaba, es parte de la realidad que encontró el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) de la Universidad de Costa Rica (UCR), en 1.030,4 kilómetros de la Red Vial Nacional.
El Lanamme analizó más de 5.000 kilómetros en su “Informe de Evaluación de la Red Vial Nacional pavimentada de Costa Rica. Años 2012-2013”, para el que evaluaron la condición estructural, regularidad de la superficie y agarre, así como la evolución de estos factores en comparación con el informe del 2010-2012.
De este análisis se desprende que el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) ha invertido más de ¢12.400 millones en rutas que no quedaron tan bien como deberían, o que aunque sea difícil de entender, más bien quedaron peor que antes.
ARREGLOS INSUFICIENTES
En estos informes, el Lanamme utiliza la combinación de las diferentes mediciones realizadas, para calificar la condición general de las rutas, y recomendar una estrategia para su mejoramiento, o para que al menos mantengan su condición.
Al comparar la estrategia de mantenimiento emitida en el informe anterior, con la que se realizó para este último análisis, el laboratorio compara la evolución en el estado de las vías y analiza si la inversión realizada logró mejorar o no la condición.
En el 2010 el informe recomendaba como estrategia el “mantenimiento-preservación” (que se refiere al mantenimiento de una vía en buen estado) para el 35,2% de la red vial, mientras que en este informe la estrategia se recomendó para el 35,1%.
Sobre el “Mantenimiento-recuperación” del Índice de Regularidad Internacional (IRI), en el 2010 se recomendaba esta estrategia (mejora en la superficie de ruedo) para el 50,2%, mientras que ahora se debe aplicar a un 52,8%, lo que muestra un leve deterioro en vías que debieron mantenerse bien y ahora requieren de una intervención algo mayor.
Las recomendaciones de “rehabilitación menor” y “rehabilitación mayor” se redujeron levemente en el porcentaje, mientras que las que requieren una reconstrucción pasaron de 5,5% a 4,7%.
De estos datos, el Lanamme concluye que la red vial se ha mantenido en un estado similar entre un informe y otro, pero con una “leve tendencia al deterioro”, y enfatiza en la necesidad de mantener en buen estado las vías, pues la inversión para esto es menor.
Al analizar las estrategias recomendadas en uno y otro informe con la inversión realizada, se tiene que en 3.563,7 kilómetros se invirtieron ¢45.700 millones, logrando efectos positivos en la red vial.
Sin embargo, en otros 1.030,4 kilómetros, se invirtieron ¢12.400 millones en rutas donde la condición mejoró parcialmente, sin llegar al resultado esperado, o más bien se deterioraron en relación con la condición que presentaban en 2010.
“Aunque se pueden observar algunas mejorías, estas se logran en rutas donde la condición de deterioro ameritaba intervenciones mayores, tales como rehabilitaciones o reconstrucciones y que fueron intervenidas básicamente con actividades de conservación, tales como sobrecapas delgadas o bacheos, lo cual implicó una enorme inversión”, apunta el informe.
Al detallar más en los datos y excluir aquellas vías donde hubo una mejora o mejora parcial ineficiente (colores amarillo y rojo en el mapa adjunto), se tiene que a pesar de la inversión de ¢7.200 millones, 667,1 kilómetros se deterioraron con respecto a su condición del 2010.
El Conavi tiene el país dividido en 22 zonas de conservación, que fueron adjudicadas en contratos de mantenimiento vial a cinco empresas, donde la Constructora Hernán Solís obtuvo 13 de los 22 contratos.
En el análisis de los datos obtenidos por el Lanamme, se tiene que de los 667,1 que se deterioraron, 377,6 kilómetros estuvieron a cargo de la empresa Hernán Solís, con una inversión de ¢4.178,7 millones.
La empresa Constructora MECO atendió 171,4 kilómetros de las rutas que se deterioraron, a pesar de haber invertido ¢2.339,3 millones; mientras que CONANSA trabajó 83,5 kilómetros que desmejoraron su condición, pese a los ¢460,4 millones invertidos.
En el caso de la zona de conservación 1-7, atendida por la empresa Grupo Orosi Siglo XXI, los kilómetros deteriorados fueron 34,4, y se invirtieron en ellos ¢221,5 millones.
ASFALTO Y MÁS ASFALTO
En las estimaciones de gasto que realiza el Lanamme en su informe, es posible observar que de ¢63.248,2 millones registrados en todas las zonas de conservación del país, el 45% (¢28.462,02 millones) corresponde a distintas modalidades de bacheo y colocación de asfalto.
Para el caso de las rutas deterioradas, la colocación de asfalto sumó ¢3.433,4 millones, que corresponde al 47% del total invertido en esas rutas, lo que refuerza lo señalado por el Lanamme en cuanto a la selección de las estrategias de conservación.
En el informe se critica el hecho de que la mayor parte de las inversiones se hicieron entre agosto y noviembre del 2011, justo en la parte final de la temporada de lluvia, lo que podría afectar la calidad de las obras.
“En términos generales, se puede evidenciar que las intervenciones en la Red Vial Nacional no responden a una estrategia clara de rescate de la condición de las vías”, dice una de las conclusiones.
“No se ha incorporado el concepto básico de “ventanas de operación”, en el cual se establece que aquellas rutas calificadas como candidatas a intervenciones tipo rehabilitación o reconstrucción, no deberían ser intervenidas con labores de conservación vial, ya que esto implica una alta inversión con resultados poco durables”, añade el documento.
Calles con buena estructura, pero muy irregulares
Las rutas nacionales a cargo del Consejo Nacional de Vialidad mantienen una buena condición estructural, pero padecen serios problemas de irregularidad en su superficie, según el último informe del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), de la Universidad de Costa Rica (UCR).
En el análisis realizado por “deflectometría de impacto”, el laboratorio analizó la condición estructural de 5.028,30 kilómetros de rutas, en el que se determinó que un 87,9% (4.418,7 kilómetros) está en buen estado, mientras que el restante 12,1% requiere de intervenciones importantes y tienen un alto costo para su recuperación.
Al medir la capacidad funcional de las vías mediante el Índice de Regularidad Internacional (IRI), se obtiene que el país no tiene ninguna ruta con un IRI o regularidad superficial que se pueda considerar “muy buena” y solo un 2,8% calificó como “buena”.
Este IRI, que se puede relacionar con la sensación de confort que usted tiene al transitar una ruta por la regularidad de su superficie, resultó moderado en el 32,5% de las carreteras nacionales.
El 43,4% (2.993,5 kilómetros) tienen un IRI que califica como “deficiente” y el restante 21,2% es “muy deficiente”, como probablemente lo haya sentido en alguna de las carreteras llenas de huecos o baches.
Si se realiza un promedio del IRI de todas las vías del país, se tienen un valor de 5,07, que en la escala se califica como “deficiente”, mientras que si se considera este valor solo para los 667,7 kilómetros que se deterioraron a pesar de la inversión en estos dos años, el valor pasa a 6,4, considerado “muy deficiente”.
La irregularidad de nuestras calles es tal, que el Lanamme solo pudo realizar el análisis del Coeficiente de Rozamiento de Pavimentos, denominado GRIP, en el 36% de las rutas analizadas, ya que en calles muy irregulares los instrumentos se pueden descalibrar y dañar.
De los 1.918,24 kilómetros analizados con el ensayo de GRIP, el Lanamme halló que solo 16,67 (0,9%) kilómetros tienen una condición “muy buena” o “no deslizante”, 52,4% es “poco deslizante”, 30,6% “regular” y 16,1% es “muy deslizante”.
Constructora Hernán Solís:
“Conavi es el que define la estrategia, nosotros solo construimos”
El Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) sería el responsable de definir las estrategias que se utilizan en cada ruta, y las empresas constructoras solo ejecutan lo que se les solicita en los contratos.
Esa fue la respuesta del gerente del Área Sur de la empresa Constructora Hernán Solís, Keylor Godínez, al ser consultado sobre los resultados del informe del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) acerca del estado de la Red Vial Nacional.
La Constructora Hernán Solís tiene a su cargo 13 de las 22 áreas de conservación vial del país, y según datos analizados por UNIVERSIDAD −con base en el estudio de Lanamme−, esta empresa tuvo a su cargo 377,6 kilómetros de los 667,1 a los que se le invirtió dinero y se deterioraron.
Godínez aseguró que es difícil hablar de los kilómetros a cargo de la empresa, pues sería necesario revisar cada sector y cada proyecto, pero reconoció que buena parte de lo contratado por el Conavi es para realizar bacheos y otras intervenciones menores.
“Nosotros no somos los que definimos la estrategia, nosotros somos solo los constructores. El Conavi es el que nos dice qué tenemos qué hacer, ellos nos dicen cuándo y dónde hacer el bacheo o la intervención”, agregó Godínez.
El representante de la empresa aclaró que en ocasiones ellos pueden hacer la sugerencia técnica para implementar la estrategia, pero al final es el Conavi el que define y decide la estrategia que se debe implementar.
UNIVERSIDAD remitió la consulta a la Oficina de Comunicación del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), pero se indicó que al no conocer aún el contenido del informe no se puede referir al tema, y enviarían una respuesta apenas reciban la información por parte del Lanamme.
Las consultas también fueron remitidas al ministro de Obras Públicas y Transportes, Pedro Castro, quien accedió a responder, pero indicó que requería de tiempo más allá del cierre de esta edición, por lo que sus respuestas serán incluidas en una próxima entrega.
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