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El TPP amplía los monopolios de propiedad intelectual sobre medicinas y otras materias. (Foto: archivo)
El tratado de libre comercio de Estados Unidos (EE.UU.), Centroamérica y República Dominicana (Cafta, por su siglas en inglés) se queda corto en cuanto a los monopolios de propiedad intelectual y otras materias críticas para la salud y la agricultura de los países, en relación con lo que pretende incluir el Acuerdo de Asociación Trans Pacífico (TPP en inglés), al que el Gobierno de Costa Rica pretende ingresar.
Lo advierten así analistas, tras la visita del presidente Barack Obama a Costa Rica en mayo pasado, cuando el gobierno de Laura Chinchilla reiteró el interés del país en formar parte de ese nuevo tratado de comercio e inversiones.
El TPP lo impulsa EE.UU. desde el 2008, y en las conversaciones para su implementación participan actualmente una docena de países de la cuenca del Pacífico, con la mitad de los cuales Costa Rica ya tiene tratados de libre comercio (TLC).
“El TPP es un Cafta plus plus”; la gente que se opuso al Cafta no tiene idea de qué viene con el TPP en materia de propiedad intelectual aplicada a salud y agricultura, afirmó el bioquímico y empresario Román Macaya.
Lo primero que llama la atención es que las negociaciones son secretas y los textos no los tienen ni siquiera los congresistas de EE.UU., por lo que algunos de ellos han reclamado, al igual que organizaciones de varios países involucrados, que demandan transparencia en estos asuntos que son de evidente interés público.
Los documentos los ha estado trabajando la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. (USTR, en inglés), Roy Kirk, junto con comités de las industrias que definen las posiciones en los diferentes temas. El tema de propiedad intelectual lo lleva el grupo de cabildeo (“lobby”) de las llamadas “farmas” (corporaciones farmacéuticas y agroquímicas).
Lo único que se conoce son algunos textos que se han filtrado, relacionados con la propiedad intelectual y son realmente increíbles, aseveró Macaya (ver recuadro “Las licencias del TPP”).
Parte de los documentos han sido filtrados por Ecología del Conocimiento Internacional (KEI, en inglés), una organización no gubernamental que se ocupa de analizar todo lo relacionado con temas de propiedad intelectual (http://keionline.org/tpp).
“Se ve que las transnacionales hicieron un análisis de qué es lo que les molesta en todos estos países, o qué es lo que quisieran en sus mejores sueños, y todo eso lo vertieron en los textos, que incluyen cosas que no entraron en el TLC con EE.UU.”, comentó Macaya.
Por ejemplo, en el Cafta no es obligación del país patentar plantas y animales, pero en el TPP sí es obligatorio: hay que tener patentes para plantas y animales.
El TPP introduce además la obligación de tener patentes de métodos quirúrgicos, de diagnóstico, y de tratamiento, lo cual el TLC no incluía. Pero con el TPP podría darse el caso que un médico en la Caja Costarricense de Seguro Social no pueda hacer cierta cirugía, a menos que tenga el permiso del dueño de la patente, o se paguen las regalías para poder operar con cierta técnica quirúrgica.
Dicho tratado elimina la posibilidad que existe actualmente, de oponerse en cierto plazo al registro de una nueva patente, por parte de terceros interesados que aporten información al registro de la propiedad, acerca de si se trata en realidad de un nuevo invento o no. Con el TPP el asunto habría que dirimirlo en los tribunales, lo que puede llevar a prolongadas batallas legales.
Silvia Rodríguez, investigadora de la Red de Biodiversidad y excatedrática universitaria, señaló que el problema con el TPP es que los términos de referencia de los acuerdos ya están decididos y los países que se unan deben aceptarlos como están.
“Es una cosa terrible, porque si en el TLC (con EE.UU.) teníamos también los términos dados, todavía había como una pantomima de discusión y de forcejeo; pero, aquí ya no, o entras como está o no entras”, dijo Rodríguez, socióloga rural, con especialidad en estudios de desarrollo.
Si en el TLC había una pequeña excepción para variedades de plantas que son manejadas por agrónomos tradicionales y no por tecnología transgénica, ahora este tratado lo patenta todo, afirmó.
En su criterio, EE.UU. está jugando muy bien sus cartas, porque al tiempo que impulsa el TPP está proponiendo un tratado similar a los países de la Unión Europea (la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión), con lo que tendrían una tenaza formidable de los países más ricos.
Esas pláticas también son secretas, pero los europeos se pueden defender mejor y se han filtrado noticias de las discusiones que están teniendo. Por ejemplo, EE.UU. les está poniendo como condición que acepten los productos transgénicos, a lo que se oponen Francia y otros países. Tampoco aceptan algunas patentes de formas de vida, anotó Rodríguez.
“Costa Rica ha manifestado su interés de integrarse al TPP por considerarlo un elemento estratégico para incrementar su competitividad, la integración regional, la atracción de inversiones y la participación en las cadenas globales de valor, elementos todos centrales de este acuerdo”, adujo la Presidencia en un comunicado emitido con motivo de la visita de Obama.
Los países participantes en las conversaciones del acuerdo son EE.UU., Chile, Nueva Zelandia, Singapur, Australia, Perú, Vietnam, Brunei, Malasia, Canadá y México (Japón estaría en proceso de incorporarse). Costa Rica ya tiene TLC con EE.UU. México, Canadá, Chile, Perú y Singapur.
AGRESIVOS
Macaya dijo que en teoría EE.UU. está negociando el TPP con dichos países, pero en propiedad intelectual los norteamericanos no negocian nada.
La posición de EE.UU. ha sido superagresiva en este tratado, a tal punto que hasta países que están en línea con estos planteamientos −como Singapur− dijeron que era demasiado y que necesitaban oír otra propuesta de EE.UU.
Los norteamericanos dijeron que iban a presentar otra propuesta, pero no lo han hecho, y con esto dejan pasar el tiempo, para luego decir que como llevan mucho negociándolo, el tema ya hay que cerrarlo.
Esto es porque en todos los TLC, la primera intención de EE.UU. es maximizar las cláusulas de propiedad intelectual. Tanto es así, que cuando un país se ha plantado ante estas cláusulas, los estadounidenses han dicho que no hay TLC, comentó Macaya.
Un ejemplo fue la negociación del TLC con Colombia, país que contrató a un experto argentino, para que fuera el negociador en propiedad intelectual, y EE.UU. se levantó de la mesa diciendo que hasta que no quitaran a ese señor de ahí, no iban a negociar.
Igualmente pasó con Brasil, cuando hace diez años se hablaba de la Alianza de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Los brasileños dijeron que si se quería incluir este tema, también debían estar los subsidios agrícolas. EE.UU. se opuso con el argumento de que esa debía ser una negociación multilateral en la Organización Mundial de Comercio (OMC), con lo cual buscaba darles largas a los subsidios agrícolas que paga a sus agricultores. Brasil señaló entonces que la propiedad intelectual debía ir también a la OMC y EE.UU. dijo que ya no habría ALCA.
En la supuesta negociación del TPP no se sabe qué se va a negociar y qué compromisos se estarían asumiendo. Lo grave es que cuando el país se mete en esto, ya no puede negociar nada de lo que está acordado, advirtió Macaya.
Las “licencias” del TPP*
-Obliga a patentar plantas y animales.
-Amarra a los Estados para regular los precios de las medicinas.
-Elimina el periodo de oposición a las solicitudes de registro de patentes.
-Se puede patentar mezclas de medicamentos y agroquímicos, “aun cuando la mezcla no represente ninguna mejora”.
-Es posible patentar nuevas formas y nuevos usos de productos viejos, cuya patente puede estar ya vencida (en el TLC los usos no se patentaron).
-Extiende las patentes de los 20 años actuales hasta 25 años, incluyendo 5 años por atrasos en el otorgamiento de la patente (en el TLC es año y medio), atraso que en Costa Rica se da en parte por la presa de solicitudes que hay en el registro de propiedad industrial.
*Fuente: http://keionline.org/tpp
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