Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
José Edwin Araya, Ricardo Alfieri y Pedro Parra, durante el anuncio de la Bienal Rotaria. (Foto: Fabián Hernández)
Con la convicción de ofrecer un espacio de visibilidad y crecimiento a artistas considerados emergentes, la Escuela Casa del Artista (ECA) y el Club Rotario Internacional lanzaron la “Bienal Rotaria de Arte Costarricense”.
Según explicaron José Edwin Araya −director de la ECA−, Ricardo Alfieri −director del Museo de Arte Costarricense (MAC), al cual está adscrita la ECA− y Pedro Parra −del Club Rotario−, el reglamento de la bienal define como “emergentes” a aquellos artistas que cuentan con menos de tres exposiciones individuales, “en lugares de renombre como museos o galerías reconocidas”.
El acopio de obras será en la ECA los días 2 y 3 de setiembre, y el 11 de ese mes se realizará ahí mismo la inauguración de la muestra final de 25 obras, así como la premiación; la exposición se mantendrá hasta el 11 de octubre. Las bases y reglamento de participación se pueden consultar en la ECA, mediante el teléfono 2234-1233.
Para esta primera edición, se determinó que las obras presentadas en dibujo, pintura y escultura deberán versar sobre el tema de “la solidaridad humana”.
A partir de esta temática se espera tender un puente entre “la misión de los rotarios y la misión de la ECA”, según dijo Araya, al tiempo que destacó que durante 62 años la ECA ha sido “un espacio abierto”, en el que por idea de su fundadora −Olga Espinach− “se ha favorecido a las personas con menos oportunidades”, a quienes se les ha posibilitado no solo para acceder a una formación artística, sino “para cambiar su vida”.
Recordó que ambas instancias trabajan en el proyecto desde el 2010 y enfatizó que “lo importante es que podamos ofrecer un espacio para artistas nuevos”, con la idea de que en el futuro se abra la bienal a otras disciplinas, como el grabado o el diseño digital.
Alfieri, por su parte, expuso que el objetivo es brindar a los artistas emergentes “un evento de calidad, en el cual puedan hacer su oferta expositiva”; en medio de las limitaciones que encuentran en el ámbito nacional, normalmente los espacios y oportunidades se abren para quienes ya tienen trayectoria”, agregó.
A PASO DE MACHETE
La artista Mariela Montoya (marielasandia.com) −quien cuenta con una exposición individual− dijo ser “partidaria de cuanta propuesta de espacio y convocatoria nueva surja, me llame o no la atención”.
Respecto a la temática de la solidaridad humana en esta bienal cree que se requiere conocimiento para tratarlo, “para que el trabajo no sea panfletario”.
En torno a la posibilidad de exponer en la Casa del Artista, Montoya enfatizó que “no dejan de hacer falta apoyo y oportunidades; muy pocos espacios aceptan a un artista para exponer, sin una exposición individual previa”.
Otro participante será Juan Carlos Flores, un artista autodidacta que desde hace dos años y medio desarrolla el proyecto “Trasmuto” (trasmuto.com), en el que para hacer sus pinturas recurre a material de desecho o reciclable.
Él se refirió a las posibilidades de desarrollo en el ambiente artístico costarricense e hizo ver que la experiencia de salir a la calle a exponer “no ha sido muy positiva”, ya que cuando habla con galerías y explica que sus pinturas incluyen material reutilizado o reciclado, “ven para otro lado y no me vuelven a buscar; creen que se trata de arte basura”.
Flores ha expuesto en el Tribunal Supremo de Elecciones, en el Colegio Humboldt y en el Café Cambalache; el pasado viernes inauguró una nueva exhibición en el restaurante La Finestra, contiguo al Centro Comercial Paco, en Escazú.
Reclamó que, en Costa Rica, se maneja un concepto del arte que parte “de tres o cuatro pintores consagrados, y todos los demás debemos ser copias, al punto que cuando uno trata de promocionar sus trabajos, le preguntan que a los de quién se parecen”.
Por otro lado, David París y Paulo Navarro –del Círculo de Artistas Emergentes Costarricenses (http://elcirculocr.blogspot.com)− se refirieron tanto a la iniciativa de la Bienal como al ambiente artístico nacional.
París se graduó en grabado en la Universidad de Costa Rica y cursa estudios en docencia en la Universidad Estatal a Distancia. Calificó la iniciativa de la bienal como “una oportunidad”, pero lamentó que se limite a las disciplinas tradicionales y reconocidas como “arte de verdad”.
Además, se refirió al hecho de que se especifique una temática. “Nosotros no trabajamos por temas, sino que tratamos de abrirnos espacio a partir de lo que nos interesa particularmente; este tipo de convocatorias imponen un tema −lo cual es interesante−, pero es preciso plantear cómo se ve al artista: como un artesano con mucha capacidad técnica, o bien como alguien con capacidad discursiva propia”.
Expresó su esperanza de que no se pretenda que el artista sea “alguien que hace objetos bonitos para vender”, aunque le parece importante que crezcan espacios en el país, “donde se puedan dar diferentes discursos, tal vez no tan tradicionales, y que museos y galerías no sean tan cerrados y complicados”.
Por su lado, Navarro considera que el arte “no es mercado en sí mismo”, sino “una manera de contemplar el mundo, de codificarlo y generar reflexiones” y que −por ello− es preciso que los artistas se desprendan de la idea de «vender» o de «hacer plata» con su obra.
Añadió que los miembros del Círculo han visto cómo el arte costarricense es “elitista, clasista y reducido a unos pocos ‘conocidos’, ‘consagrados’ y ‘vacas sagradas”. Sin embrago, piensa que ello “en lugar de detenernos, nos ha dado un empuje increíble, una fuerza de acción contestataria y disidente, que lejos de paralizarnos nos ha ayudado a abrirnos trecho, ir como quien va con un machete abriéndose paso en medio de la maleza”.
Este documento no posee notas.