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En la preparación de médicos especialistas y la falta de estos en ciertos centros de salud, especialmente los que están fuera de la gran área metropolitana, ha sido tema de debate y de aclaraciones, entre ellas las sustentadas por autoridades de esta universidad.
Se sostiene que la Universidad de Costa Rica funda su número de aceptados al programa según estudios de necesidades elaborados por el centro de docencia de la CCSS, CENDEISSS.
Hasta donde conozco, la UCR nunca ha realizado ejercicios de evaluación de los estudios del CENDEISSS en materia de necesidades de médicos especialistas, sean estas de carácter cuantitativo o cualitativo; ni tiene porqué. Por su parte, la UCR tampoco ha realizado estudios propios al respecto, que estén metodológicamente fundamentados en criterios epidemiológicos, demográficos o sociales o bien, en datos claros que justifiquen proyecciones de lo que necesita el país en medicina especializada, tanto en centros urbanos como rurales. Estos últimos siempre han tenido desventajosas carencias y, por ende, la población que de ellos depende.
En el criterio de necesidades de médicos especializados ha de observarse el papel que han ejercido grupos de presión y hegemónicos. Estos grupos dos o tres años atrás, lograron que se dejara de aplicar el contrato de aprendizaje de los médicos residentes y se creó el contrato de retribución social, con reglas de juego totalmente diferentes; hasta se creó un fondo de carácter financiero que de ser manejado por CENDEISSS, desvía a este de su misión esencial que es la capacitación, la formación y la investigación en salud y seguridad social. Este fondo, es una “reserva económica”, según reglamento aprobado en febrero de 2011.
Es de apuntar también, que en la llamada Comisión de Distribución de Especialistas que surge en este reglamento de febrero de 2011, forman parte decisoria la Unión Médica y el Sindicato de Profesionales en Ciencias Médicas. Esta comisión, por su nombre, supongo que determinará en dónde ubicar al personal graduado. Digo por su nombre, porque en el reglamento no aparecen tipificadas sus funciones y responsabilidades. Cualesquiera que sean sus responsabilidades, ha de esperarse que sus miembros cuenten con serios estudios de dónde ubicar al personal graduado, que la alejen de intereses netamente gremialistas que poco aportarán a las verdaderas necesidades del país. El artículo 1 del reglamento (2011), en la parte que interesa a la formación de esta comisión, dice: “(…) La suma de los Residentes y de la Unión Medica, será igual al número de representantes de la Caja y, tendrán voz y voto…”.
Omite el reglamento en señalar cuáles son los criterios de distribución y si estos se basan en criterios de prioridad nacional.
Cuando se trata de que la población reclama por listas de espera o falta de personal en algunas zonas prioritarias, siempre quien debe responder por ello es la Caja, nunca la UCR, que buena parte de la responsabilidad ha de tener, pues tiene una comisión de posgrado de especialidades médicas que para sus cálculos de número de personas que se han de formar por especialidad, no cuenta con bastos criterios epidemiológicos, demográficos o sociales, excepto que los del CENDEISSS los contenga.
Al personal de medicina general se le ha limitado su capacidad de acción, como causa de esa desbordante especialización siempre en inopia, mientras que la población espera que en el país haya personal de salud suficientemente capacitado técnica y éticamente.
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