Abrir Noticia Guardar

Coyuntura teatral del país se encuentra en un claro-oscuro

Tanto el sector teatral independiente como el estatal, sufre por no disponer de recursos suficientes para desarrollar sus proyectos. (Foto: archivo)

Tanto el sector teatral independiente como el estatal, sufre por no disponer de recursos suficientes para desarrollar sus proyectos. (Foto: archivo)
El teatro costarricense ha sufrido una serie de cambios importantes, pues “muchos de los paradigmas que había antes a las generaciones jóvenes no les interesan”, aseguró el dramaturgo Fernando Vinacour, al analizar la situación actual del sector en el país.
Un cambio, como indica Vinacour, es que las nuevas generaciones están en busca de otros lenguajes y hay una proliferación de micropoéticas que rompen los modelos homogenizados para optar por la diversidad.
“Encontramos una mayor riqueza; existen muchos caminos para hacer teatro: no existe un solo teatro, sino teatros que son válidos”, explicó.
Estos cambios vienen a la vez con la presencia de una validez temática dentro de las producciones teatrales.
 
“Las búsquedas teatrales son más abiertas, no hay un teatro ‘válido’, cualquier teatro que se haga lo es porque hay mucha gente que está buscando su lenguaje”, opina Melvin Méndez, director del Taller Nacional de Teatro (TNT).
 
Esto conlleva a un panorama teatral donde la cartelera es muy variada y para todo tipo de espectadores. “Cada vez hay más experimentación, búsqueda y variedad. Hay dónde elegir. Las experiencias teatrales que se ofrecen son muchísimas”, dijo por su parte la dramaturga María Bonilla.
En cuanto al teatro comercial, de poco rigor o las famosas “sexy comedias”, hay una opinión generalizada en cuanto a que es un fenómeno poco relacionado con el teatro, que tiene años de existencia y que no es exclusivo de Costa Rica, sino que tiene lugar en muchas capitales del mundo.
Bonilla considera que hay un cambio fundamental: la incursión cada más fuerte de generaciones jóvenes dentro del teatro profesional, que se están organizando de forma independiente.
Hay una proliferación de grupos recientes y grupos con más años de existencia independientes, que están ganando importancia y protagonismo, por sus trabajos teatrales y sus esfuerzos de supervivencia. “Los grupos independientes son los que están llevando adelante el teatro”, sostiene Bonilla.
Mientras tanto, Roxana Ávila −directora del grupo de teatro independiente Abya Yala− cree que “se está produciendo mucho teatro, pero no necesariamente desde del Estado, sino desde lo independiente”.
El hecho de que haya mucha más gente involucrada en el mundo del teatro es un aspecto importante, que tiene su lado positivo y su lado negativo, agregó.
“Ahora hay ganancia: tenemos más teatro por habitante. Hay muchos más autores, directoras y directores, actores y actrices. Y la gente entiende lo que está haciendo mucho mejor que antes”, comentó Manuel Ruiz, director del Teatro Universitario y de la Escuela de Artes Dramáticas de la Universidad de Costa Rica.
Ruiz coincidió con Méndez en que “estamos viendo eso: un renacer del teatro”. Pero la proliferación del medio también conlleva un problema: “empieza  a haber saturación del medio; es mucha gente para un medio bastante pequeño, con una población bastante reducida que va al teatro”, acotó Ruiz.
Este problema se agrava en la medida en que el presupuesto dedicado a la cultura es muy bajo, en comparación con el crecimiento del medio. “En un momento determinado se quiso que el presupuesto asignado a cultura fuera del 1 %; aún no se ha alcanzado. El medio crece y la entrada económica que se tiene hay que repartirla entre más personas, es más complicado. Si la bolsa diera para más habría más posibilidades”, argumentó Méndez.
PROEZAS Y DEFICIENCIAS
Es importante destacar que, según los entrevistados, el crecimiento y búsqueda se da especialmente en los grupos independientes y en las universidades: “Lo más importante del teatro costarricense no lo está haciendo el Estado, lo hacen los grupos independientes”, afirmó Ávila.
Acerca de lo anterior, encargados estatales como Gladys Alzate, directora de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), tienen en cuenta esos esfuerzos y proezas del sector.
“Es muy importante que desde la institucionalidad se comprenda el esfuerzo que hace el sector independiente por producir y mantenerse activo; hay que invertir muchísimo más en el ‘emprendedurismo’ y entender que este sector hace un esfuerzo muy grande”, expresó.
De acuerdo con Alzate, el Estado ha tomado una serie de medidas para impulsar y apoyar el trabajo del sector independiente teatral y puso de ejemplo el proyecto Escena Viva −que apoya producciones por medio de un concurso público en diferentes categorías−, los encuentros nacionales de teatro para visibilizar el esfuerzo del sector independiente, la capacitación, la creación de una plataforma centroamericana y proyectar el teatro costarricense en el ámbito internacional.
“Apoyamos al sector independiente, para que puedan programar algunos espectáculos en las salas de las compañías cuando hay posibilidades de espacio”, puntualizó.
El sector independiente reconoce que actualmente hay mayor cooperación estatal con respecto a otras épocas; pero, aún así existen deficiencias importantes, competencias injustas y ausencia de garantías sociales para los trabajadores del teatro.
“El Estado es una especie de competidor desleal. Todos los que trabajan para el Estado en artes tienen salario fijo, seguro social, vejez y muerte. Es muy distinto que un grupo independiente donde uno sostiene todo, paga todo y nadie le paga nada”, alegó Ávila. Además, agregó que el Estado tiene gente para conseguir fondos y ofrecen funciones gratis o a muy bajos precios; “¡es imposible competir con eso!”, lamentó.
Otro problema que señaló Ávila, es que ante la imposibilidad de contar con salas propias, muchos de los grupos se encuentran en desigualdad de condiciones, dado que el alquiler de espacio es elevado, no siempre tiene condiciones ventajosas en cuanto a horarios de técnicos, logística, entre otros. Asimismo, “no hay posibilidad de planificación de usos de espacios públicos; el Gobierno está tan mal planificado que no se puede planear algo a largo plazo”, se quejó Ávila.
Por otro lado, el director del TNT y la directora de la CNT reconocen que existen deficiencias y que los esfuerzos realizados no son suficientes.
“Nosotros trabajamos con un presupuesto muy pequeño, que limita mucho a las instituciones. Creo que hay que generar mucho más acceso, pues es muy limitado”, dijo Alzate.
Otro planteamiento es que la CNT necesita una redefinición: “la Compañía está estancada, debería ser  uno de los órganos más importantes del teatro costarricense, como en todas partes del mundo. Hay que enfrentar el problema, porque por ahora es solo una empresa productora de espectáculos”, estima Bonilla.
Alzate comparte este criterio y piensa que la CNT sí necesita una redefinición y restructuración, por lo que en el resto de su periodo espera poder trabajar en un proyecto de diagnóstico institucional.
“Es muy importante y se pretende que esa restructuración se pueda hacer con la participación del mismo sector, porque es claro que el modelo actual genera insatisfacción, tanto interna como externa”, puntualizó.
Tras aceptar que el medio teatral sufre en la actualidad de una serie de deficiencias, Vinocour suma también otros factores, como que “no necesariamente la juventud tiene claro el panorama, ni hay un control de la situación, las escuelas de teatro están llenas de contradicciones y no es fácil establecer lazos positivos con la diversidad que se vive”. Por eso, hizo un llamado al sector teatral a  repensarse, reflexionar cómo se integra el teatro a la sociedad, a la cultura, qué papel se está cumpliendo y qué dirección se desea tomar.
Entretanto, Melvin Méndez considera que hace falta una mayor autocrítica en el medio teatral, unión para ciertas acciones en común, como −por ejemplo− buscar bienestar para el futuro de los actores en edad de pensión.

  • Valeria Román Vargas 
  • Cultura
Garantías SocialesSeguro Social
Notas

Este documento no posee notas.