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Celestes frenan al subcampeón

La Universidad de Costa Rica retornó a la primera división, sacando valioso empate del Fello Meza y ahora espera al Saprissa.

La Universidad de Costa Rica retornó a la primera división, sacando valioso empate del Fello Meza y ahora espera al Saprissa.
De diez connotados periodistas deportivos del país, cinco de ellos seleccionaron a la Universidad de Costa Rica (UCR) como el más firme candidato al descenso a la segunda división, en el campeonato que arrancó el pasado domingo.
Respetando desde luego los criterios de tan distinguidos colegas, quedó la impresión de que sus vaticinios se derivaron del gris desempeño que tuvo el equipo celeste en el Torneo de Copa, en el cual fue eliminado por el Alajuelense, y no de un seguimiento al trabajo del equipo en el campeonato de la segunda división, del cual la Academia logró el ascenso.
José Giácone, técnico de los estudiantes, presentó un equipo muy bien trabajado y ordenado en el complicado torneo de la segunda división, donde la UCR lució arrolladora en la fase de Apertura. Aunque se resquebrajó en el Clausura, lo que permitió que As Puma Generaleña le quitara el ascenso automático y hubo que ir a una serie extra, finalmente los universitarios sacaron a flote la tarea.
 
Con el pasaporte en mano y visa sellada para jugar en la máxima categoría, la UCR se reforzó en el receso con futbolistas de muy buen nombre, como son los casos de Carlos Méndez, Roger Fallas, Roberto Segura, Emiliano Gómez, Jason Scott, Fernando Paniagua, Jorge Barbosa y Jeremy Araya, cuatro de ellos precisamente titulares en la formación estelar que los celestes pararon en el Fello Meza.
 
El portero Méndez, los defensas Scott y Segura y el mediocampista Paniagua fueron titulares y la Flecha Barbosa entró de cambio, dándole fisonomía a una oncena que jugó de tú a tú contra el subcampeón nacional en su patio, empatándole el juego a cero goles, un resultado más que decoroso si se toma en cuenta que el Cartaginés fue el equipo más goleador en la pretemporada (17 anotaciones) y venía de meterle 4 al Metapán de El Salvador, en juego de apertura de la Concachampions.
Al final del partido en el Fello Meza, el técnico del Cartaginés, Javier Delgado, no tuvo reparos para reconocer el planteamiento táctico de su colega Giácone, que supo levantarle una muralla prácticamente imposible de sobrepasar y en dos o tres oportunidades que los azules la resquebrajaron, surgió la figura del portero Méndez, sustituto del estelar Neighel Drummond, para achicar a Pablo Herrera y desviar un bólido de Bryan López que parecían destinado a la red.
“Jugaron con mucha disciplina táctica y en ningún momento del juego se abrieron para que nosotros aprovecháramos los boquetes, como sucedió en el Salvador. Intentamos entrar por los costados, pero no hallamos espacios. La UCR levantó una muralla impenetrable”, reconoció el timonel brumoso.
EL SISTEMA CELESTE
José Giácone jugó con tres defensas centrales, que −dependiendo de los movimientos del Cartaginés− en ocasiones fueron cuatro; Owen Solís, Jamesson y Jason Scott se pararon en el centro de la defensa, pero los estuvo acompañando otro defensor de altura y mucha fortaleza como Roberto Segura, en principio carrilero por la izquierda, aunque fue otro defensor central.
El capitán celeste José Gabriel Vargas sí jugó como carrilero por el sector derecho y fue un quinto eslabón de la retaguardia académica, reforzada en el medio campo por dos perros de traba como Mauricio Chunchito Montero y el exmorado Fernando Paniagua. Si sumamos al portero Méndez, tenemos que la UCR puso ocho hombres en funciones defensivas, pero ordenados y escalonados de maneras que nunca se pudo señalar que la visita había metido el bus en el marco de Méndez, pues la técnica de Vargas, la rápida salida de Segura y los desdobles de Montero y Paniagua, rápido ponían la pelota en los pies de Brandon Poltronieri y Víctor Gutiérrez, los dos creativos que jugaron como enganches del ariete Sergio Hernández.
Otra virtud de Giácone fue que Gutiérrez siempre jugó más pegado a Hernández que a Poltronieri, de manera que la defensa brumosa no pudo desatenderse de los atacantes rivales.
El contar con tantas piernas en posición defensiva, pero sin arrinconarse, lógicamente que llevó el partido a disputarse en la mitad del campo, propiedad de los brumosos, pero sin claridad para avanzar.
Montero y Paniagua presionaron la salida de Paolo Jiménez, Pablo Herrera y Randall Brenes, a tal punto que Javier Delgado se vio obligado a hacer una variante temprana, ya que sacrificó a su volante de marca, Félix Montoya, apenas en el minuto 29, para dar paso al brasileño Pablo Cardozo, metiéndole más talento e imaginación a su cintura, pero sin lograr su propósito.
La Universidad de Costa Rica jamás se quebró: tres centrales parados atrás; Segura y Vargas como acordeones que eran −volantes y defensas al mismo tiempo− y Paniagua y Montero mordiendo en la cintura.
Es más, aprovechando el desgaste mental de los subcampeones, frustrados al no hallar la ruta, en la media hora final del juego el estratega universitario Giácone arriesgó en ofensiva con los ingresos de Jorge Barbosa y el pícaro Jonathan Sibaja, y a punto estuvo Fernando Paniagua de abrir la cuenta. Su mortero rozó el palo vertical del marco de Wardy Alfaro.
De manera que la UCR se trajo un valioso punto de un estadio donde estaba supuestamente destinado a caer por los antecedentes del rival, digno comienzo de temporada, pues empezó a sumar, mientras que equipos como Limón y Belén −etiquetados también como candidatos al descenso− se fueron en blanco en la primera jornada.
En la segunda fecha del campeonato, la Universidad recibirá al Saprissa en el Estadio Ecológico, luego de que se aprobara no permitir el ingreso de la Ultra morada al coliseo universitario. En principio, este juego estuvo programado para celebrarse en el Estadio Nacional.

  • Gaetano Pandolfo Rímolo 
  • Deportes
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