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Al referirnos a los problemas internos de la Universidad, se ha convertido casi en un “cliché” afirmar que “la Universidad es un reflejo del país”. Frase desacertada, en mi opinión, porque si algo no debiera ser la Universidad de Costa Rica es reflejo de los males nacionales. Por el contrario, la Universidad de Costa Rica debería ser un ejemplo para el país en muchos sentidos y uno de ellos es la política electoral.
Cuando hablamos de política electoral universitaria, el adjetivo “universitaria” le imprime unas características y un contenido intelectual distinto al de la política electoral nacional. La política universitaria busca siempre un ejercicio del poder basado en la justicia, en el conocimiento científico y social, y en la actuación ética.
La política universitaria debe caracterizarse por campañas electores basadas en un auténtico debate de ideas, de foros, análisis profundos y propuestas de cambio para mejorar. Muy lejana a la política nacional de banderas y camisetas. Contraria a la política que utiliza los medios de comunicación masiva para vender candidatos (as) con técnicas publicitarias.
Los candidatos y candidatas a los diferentes puestos en la Universidad no son creaciones publicitarias, sino universitarios (as) que ponen a disposición de la comunidad académica su trabajo de años en docencia, investigación y acción social para que sea valorado intelectualmente.
El Consejo Universitario
La actual campaña electoral por la representación de varias áreas ante el Consejo Universitario debe continuar siendo un ejemplo de la mejor política universitaria.
Mi participación en este proceso como candidata a representante por el área de Artes y Letras me ha permitido un intercambio académico que ha enriquecido enormemente mi conocimiento de toda la Universidad y me ha permitido, a la vez, poner a conocimiento de la comunidad universitaria la verdadera labor de los Estudios Generales, de la Facultad de Bellas Artes y de la Facultad de Letras. De manera que uno de los aspectos más positivos de esta campaña es el conocimiento de primera mano de las áreas y Sedes Regionales, así como el diálogo que desde mi área he logrado tener con las distintas facultades de Ciencias, Ciencias de la Salud, Ciencias Agroalimentarias, Medicina, Ciencias Económicas, Derecho, Ingenierías y Arquitectura, Educación y Ciencias Sociales entre otras. Sin duda es encomiable el trabajo interdisciplinario que la mayoría de las facultades están realizando en su interior y el enorme aporte que siguen ofreciendo al país, con su actualización e innovación.
Algunos aspectos por mejorar
Por lo dicho antes, es necesario poner en un lugar prioritario del Consejo Universitario, el debate e intercambio académico entre las áreas y desarrollar los caminos adecuados para proyectar aún más el conocimiento que se está generando en nuestra Universidad.
Otro aspecto que aparece como denominador común entre las diferentes áreas es la necesidad de mejorar la comunicación con sus representantes en el Consejo Universitario. Hay que encontrar la estrategia adecuada para que la consulta con las bases de cada área sea una realidad permanente.
Además, en este sentido, debe mejorarse la rendición de cuentas de los representantes ante el Consejo Universitario, porque si bien es obligatorio que cada uno entregue un informe de labores al finalizar su gestión, en ocasiones éste queda engavetado y no se socializa. Yo considero que cada representante debería volver a tener una reunión con las asambleas que lo eligieron para explicarles sus logros y obstáculos. Un conversatorio en el cual les comente su experiencia en el Consejo y su percepción de las necesidades universitarias.
Estoy convencida de que esta práctica ayudaría a fortalecer la democracia universitaria, porque serviría de retroalimentación a los futuros profesores(as) que quieran presentar su candidatura y mostraría un verdadero espíritu de rendición de cuentas y transparencia. Espíritu que debe impregnar la gestión universitaria.
Dicha práctica podría estar reglamentada o no, pero lo más importante es que la persona representante ante el CU lo sienta como un compromiso ético con su área. Por mi parte, yo estaría gustosa de hacerlo como representante de mi área.
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