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Los medios en el conflicto Ecuador-Venezuela

Las garras del fénix

Las garras del fénix

Gustavo Fuchs

investigación

CIESPAL

2013
Las Garras del Fénix trata acerca del cubrimiento que varios medios latinoamericanos dieron al ataque del Gobierno colombiano contra las FARC en Angostura, territorio ecuatoriano.
El investigador analiza dos diarios de Centroamérica, dos de América del Sur y uno de México: La Nación y La República (Costa Rica),  La Cuarta (Chile), El Clarín (Argentina) y El Universal (México). En forma general, también menciona a los medios venezolanos y ecuatorianos. Identifica como referente toda alusión directa e indirecta a cualquiera de los poderes e instituciones de Ecuador, Colombia y Venezuela, así como a personalidades e individuos que cumplen con una función pública e incluye referencias a los mandatarios de esas naciones. La selección de las noticias se limita a los incidentes ocurridos durante la Operación Fénix y sus repercusiones.
La gran cantidad de evidencia analizada en ese trabajo demuestra claramente que la prensa comercial de la región actuó de forma tal, que el reporte noticioso concordó con los intereses y la agenda de política exterior estadounidense, que gira en torno a un proyecto de dominación global, lo que demuestra que, mediante su apoyo al Gobierno colombiano, los medios, en este caso, tomaron partido en favor de la agenda de Washington.
El simple hecho de que las informaciones obtenidas en los computadores de Raúl Reyes no fuesen cuestionadas seriamente desde un principio (lo cual implicaría no publicar historias como hechos reales basándose en el computador, o bien aclarar en las notas que la veracidad de los documentos no se puede garantizar, o simplemente dar espacio a quienes mantienen una tesis contraria) deja claro, según Fuchs, un posicionamiento mediático favorable a uno de los actores del conflicto, y desvía completamente el centro del debate –la incursión armada de un Estado a otro, y sus implicaciones en el Derecho Internacional Público, en un contexto global y regional sumamente delicado– para servir a propagar la visión y justificación de uno de los actores por sobre los demás.
Si por un momento se tomase como cierta toda la información obtenida del computador, se podría vislumbrar la cantidad desproporcionada de condenas que han recibido Ecuador y Venezuela, desde editoriales y columnas de opinión, porque en muchos de los casos estudiados, no solo se insulta a los mandatarios de esos países, sino también se les acusa de lo mismo repetidamente, con una frecuencia que no corresponde a la gravedad de los hechos.
Por lo que en este estudio se dice, es evidente que en las redacciones, los dueños y editores de los periódicos no actúan como policías y censores sino como filtros; se encargan de contratar a personal que comparta los valores y la visión del medio mismo. Es por ello que, a pesar de sus honestas intenciones, los periodistas escriben desde un marco y una perspectiva ideologizada que restringe de forma importante su capacidad analítica y predetermina el ejercicio del periodismo, restringiéndolo a un universo limitado de posibilidades e interpretaciones.
Según este análisis, los grandes ganadores de la Operación Fénix fueron Colombia y los Estados Unidos; el primero, dado que el Gobierno de Uribe vio reforzado su argumento de confrontación total contra las FARC y terminó siendo presentado como víctima dentro del ideario mediático, en el cual ninguna mención se hizo a la parapolítica o a los preocupantes movimientos dentro del DAS. El Gobierno estadounidense, por su parte, vio fortalecido a su aliado principal en la región y vio desprestigiados a dos gobiernos cuyas administraciones han lesionado severamente sus intereses, toda vez que significó un triunfo ideológico frente a dos proyectos políticos que atentan contra la visión conjunta de mundo que sostienen los gobiernos colombiano y norteamericano.
Los grandes perdedores fueron Ecuador y Venezuela. Ambos gobiernos fueron desprestigiados de forma constante. El caso del presidente Chávez fue el más notorio; sus exitosas mediaciones que le habían ganado amplias simpatías quedaron totalmente deslegitimadas por su supuesta cooperación con la guerrilla. Las informaciones del computador de Reyes significaron también un arsenal fresco para los opositores tanto en Ecuador como en Venezuela.
En cuanto a los medios de comunicación, su agenda se mantuvo de forma cristalina, sin interrupciones; si bien la investigación indaga un período de tres meses, para Fuchs es revelador observar cómo se ha explotado el computador de Reyes en una continuidad de ataques contra las administraciones Correa y Chávez. Inclusive, con las recientes filtraciones de Wikileaks, dice, los medios han intentado reforzar la verosimilitud de la información del PC recurriendo a cables diplomáticos estadounidenses, que solo expresan la opinión de representantes de ese país o bien el testimonio de personajes que no aportan novedades fácticas al debate.
Entendiendo de esta forma los resultados y repercusiones de la Operación Fénix –en materia de política exterior así como en materia ideológica– queda demostrado, según la investigación de Gustavo Fuchs, que la prensa comercial mantiene un posicionamiento favorable a la visión estadounidense de mundo, al gobierno colombiano como máximo representante de sus intereses en América Latina, y un claro desprecio a los “enemigos oficiales”, elemento clave en la construcción de una identidad alrededor del proyecto hegemónico norteamericano.
Como una de sus conclusiones, el estudio señala que el conflicto diplomático resultante de la Operación Fénix, así como la acción militar misma, son harto complejos e involucran factores diversos difíciles de dilucidar. Ante tal complejidad, revela que las dificultades que probablemente tuvieron que enfrentar varios periodistas son indudables, especialmente los corresponsales enviados a la zona del conflicto, así como los reporteros de medios de comunicación de las naciones afectadas. Empero, la investigación en torno a lo acontecido se mantuvo –en ciertos casos– en niveles muy por debajo de lo esperado.
Habrá que dar tiempo para saber qué ocurrió la madrugada del 1 de marzo de 2008, y descubrir la verdad detrás del discurso mediático.

  • Raúl Salvador
  • Los Libros
Guerrilla
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