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Estoy leyendo el interesante libro de mi compañero universitario y científico Pedro León Azofeifa, Viaje Hacia el Silencio (Editorial UCR 2012), en que resume sus valiosas investigaciones sobre la sordera en una familia cartaginesa. Así, me ha inspirado la mejor hipótesis de que dispongo sobre la muerte; con la cual imito a mi colega catedrático llamándola “viaje a la insensibilidad”.
En efecto, la pérdida paulatina o súbita del sentido auditivo es comparable con la de otros −y todos los− sentidos, que puede ser definida precisamente como muerte. Entonces, tomando en cuenta la tesis propuesta, conjuntamente, por el biólogo Jack Cohen y el matemático Ian Stewart (The collapse of chaos: discovering simplicity in a complex world, Penguin Books New York 1995) que todo fenómeno complejo es, a la vez, simple, logré captar o entender ciertos aspectos simples, formando intuiciones sobre lo complejo. Veamos algunos:
Como primer capítulo, Pedro presenta una breve historia de la familia afectada, desde la época de La Colonia hasta 1995, que padece una variedad específica de sordera, bautizada como “de la familia Monge”.
En el segundo, ubica ese padecimiento en lo que llama “La maravilla de la audición”, describiendo sus aspectos técnicos y cómo han evolucionado en el ser humano de modo general.
Luego, estudia la historia genética de la familia Monge en particular. Aquí trata la estructura y funcionamiento del ADN (ácido desoxirribonucleico) a que todos fuimos introducidos en cursos elementales de biología.
Y, al respecto, le pedí a Pedro refrescarme la memoria sobre una representación gráfica aplicable, analógicamente, a un tema o problema que me interesaba sobre unificación y articulación de conceptos sobre la muerte.
De tal manera, se me ocurrió que el “viaje al silencio” (audición), sería como un “viaje a la oscuridad” (vista), a la “lisura” (tacto), a la “insulsez” (sabor), etcétera, todo lo que implica o permite percepción. ¿Acaso la suma correspondiente no sería lo que define o significa ausencia de vida, es decir, “muerte”?
Al menos conducen a su frontera, pensaban Nate Kline y su equipo de colaboradores en la Universidad de Harvard, antropólogos Richard Schultes y Heinz Lehman: “Por definición, muerte es la permanente cesación de funciones vitales. Mas, ¿en qué consiste cesación y cómo reconocer la función en cuestión? Respiración, pulso, temperatura corporal, tiesura… lo que sea. . . pero sólo la putrefacción es cierta. Y esta requiere tiempo” (Wade Davis: La serpiente y el arco iris; Warner Books, Simon and Schuster, 1985, p. 16?
Sin embargo, inclusive esa última percepción –basada en el sentido de olor− es cuestionada por el cristianismo, conforme al Evangelio de San Juan, capítulo 11, versículos 38-44, en ocasión de la supuesta muerte de Lázaro, hermano de Marta y María, amigos personales de Jesús, el Cristo.
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