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Centroamérica lejos de aprovechar potencial en energía renovable

La energía eólica es una opción para producir electricidad en Centroamérica. (Foto: archivo)

La energía eólica es una opción para producir electricidad en Centroamérica. (Foto: archivo)
Los países de la región centroamericana están conscientes de la importancia de disminuir la dependencia del petróleo e incursionar fuertemente en el desarrollo de energías renovables.
Sin embargo, los resultados en cada nación han sido distintos y están lejos de aprovechar todo el potencial que tienen en ese campo, de acuerdo con un estudio publicado por el Incae Business School (Incae) y el WorldWatch Institute, denominado La Ruta hacia el futuro para las energías renovables en Centroamérica.
El informe muestra que los miembros del  istmo se han comprometido en diferentes grados con el desarrollo de la energía sostenible; por ejemplo, Costa Rica va a la cabeza en la búsqueda de ser carbono neutral para el 2021.

A pesar de la variación en su compromiso, Centroamérica tiene el potencial de satisfacer en un 100% sus necesidades de electricidad con energía renovable, pero para ello requiere que se cuente con políticas, incentivos y apoyo político apropiados.

En este sentido, el potencial estimado de energía geotérmica de la región es más de 20 veces su capacidad instalada en la actualidad y podría satisfacer casi el doble de la demanda prevista hasta el año 2020.
Con respecto a la energía eólica, se utiliza en la actualidad menos del 1% del potencial del recurso que hay disponible, y la mayoría de las naciones posee dos o tres veces más radiación solar anual, que la que tienen líderes mundiales de energía solar, como son Alemania e Italia.
De acuerdo con Ana María Majano, del Incae, diversos estudios sobre el potencial de la región indican claramente que realmente se está aprovechando solo una pequeña parte de los recursos renovables.
“La Evaluación de Recursos Solares y Eólicos (SWERA, por sus siglas en inglés) que realiza el Laboratorio Nacional de Energías Renovables de Estados Unidos, encontró que la región contiene unos 5.713 kilómetros cuadrados con excelentes recursos eólicos y que constituye el 1,5% del área total; con ello podrían aportar más de 28.500 megavatios de capacidad, y esto sería de gran utilidad”, manifestó la experta.
Adicionalmente, indicó Majano, las estimaciones del potencial de generación con energía geotérmica en unos 50 sitios en toda la región oscilan entre 2.700 y 13.200 megavatios, mientras que lo que se aprovecha es menos de 600 megavatios.
Eso sí, pese a que no se aprovecha todo el potencial, no se puede obviar que los países están en ruta a expandir las tecnologías de producción hidroeléctrica y geotérmica de una forma más sostenible, mientras explora en iniciativas eólicas, solares, biocombustibles y desechos agrícolas.
“Los países buscan atraer inversiones en energías limpias, pero han encontrado dificultades, debido a los obstáculos relacionados con la aplicación y coherencia de políticas, financiamiento, capacidades, conocimientos y resolución de los aspectos ambientales y sociales, relacionados con el desarrollo de las energías renovables”, añadió.
POBREZA ENERGÉTICA

Si bien el documento plantea que hay interés por disminuir la dependencia del petróleo, en la práctica el consumo, por el contrario, ha aumentado.
La mezcla de energía en la región está dominada por derivados del petróleo que son importados, los cuales se utilizan para el transporte, entre otros usos, así como por la biomasa tradicional, principalmente producida por la utilización de la leña para cocinar, lo que significa un 45% y un 38%, respectivamente.
Centroamérica está importando cantidades cada vez mayores de petróleo, tanto para el uso del transporte como para generar electricidad. Prueba de ello es que solo en el 2011 se consumió un 54% de las importaciones de petróleo en el sector transporte.
“La electricidad es solo una parte de la energía que se usa en la región, porque el transporte es uno de los sectores que más consume petróleo y es mucho más complicado, pues se necesita hacer muchos avances en términos de sistemas, tecnologías y combustibles”, agregó.
Por su parte, la electricidad representa un 12% del consumo final de energía, una porción relativamente pequeña si se compara internacionalmente; pero, la generación de electricidad es preocupante, pues la demanda de energía y el volumen de combustibles fósiles que la suministran están creciendo rápidamente.
Con respecto al consumo de biomasa para cocinar, para algunos países como Guatemala, Honduras y Nicaragua, la biomasa tradicional es todavía un componente muy importante en la matriz energética, lo que constituye un indicador de pobreza energética, por sus altos grados de contaminación y el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero, con altos costos sociales y de salud.
Este es un gran reto para la región, ya que se requiere proporcionar fuentes modernas de energía a los millones de personas que no tienen acceso a las redes de distribución eléctrica, ni a fuentes y tecnologías limpias de energía para cocinar.
Según Majano, se identificaron dos grandes áreas en las que se debe trabajar; una de ellas es la política, en la cual se de buscar una mayor integración de las políticas y metas de distintas agencias gubernamentales, de manera que se evalúen los programas actuales y se mejoren los procesos administrativos.
Otra área de trabajo es la disminución de brechas existentes en cuanto al conocimiento, la información y comunicación de los procesos y recursos energéticos renovables que tiene la región.
“Es necesario discutir los beneficios de las energías renovables en términos económicos, sociales y ambientales. Por ejemplo, se disminuye la carga financiera de las importaciones de petróleo y la vulnerabilidad ante la volatilidad de los precios internacionales; en términos sociales, hay beneficios de salud e inclusión; y en lo ambiental, se disminuye tanto la contaminación local como la emisión de gases de efecto invernadero”, concluyó.


Áreas de mejora

El reporte emitido por el Incae y el WorldWatch Institute plantea una serie de recomendaciones para promover el uso más eficaz de la energía renovable:

-Producir evaluaciones adicionales y detalladas de los potenciales de recursos renovables en la región y ponerlas a disposición del público.

-Evaluar los potenciales técnicos de los recursos renovables, junto con soluciones de eficiencia energética y red inteligente, por medio de un enfoque integrado.

-Evaluar y comunicar ampliamente los impactos económicos completos de diferentes escenarios energéticos, incluyendo las economías locales y la creación de empleos.

-Aumentar los esfuerzos para apoyar la investigación en energía renovable y fortalecer las capacidades de recursos humanos vinculados con el gobierno, la banca e industria privada.

  • María José Núñez ([email protected])
  • País
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