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Dos siglos de constituciones que reconocen al catolicismo como la religión oficial del Estado pesan lo suficiente para imponerse a menos de una década en la que un grupo de organizaciones han sostenido la lucha por un Estado laico.
La mayoría de los costarricenses considera que la Constitución Política debe mantener a la religión católica como la oficial del Estado, a pesar de la indignación mostrada entre algunos sectores de la población por la consagración de los tres poderes del Estado a la Virgen de los Ángeles, el pasado 2 de agosto, o la declaración de la Virgen como la “comandante” del Servicio de Vigilancia Aérea, en julio, o ante el debate público causado por proyectos de reforma constitucional para instaurar un Estado laico.
Ante la pregunta: “La Constitución Política dice que la religión católica, apostólica y romana es la del Estado, ¿considera que dicha norma se debe mantener, se debe eliminar, se debe modificar?”.
El 57,4% consideró que se debe mantener, 32,5% que se debe eliminar, 2,1% que se debe modificar, en tanto que el 8,0% no sabe o no responde.
Lo anterior forma parte de los resultados de la reciente encuesta del Centro de Investigaciones y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR) para el Semanario UNIVERSIDAD, cuya primera parte se publicó en la edición de la semana pasada.
Entre los resultados del estudio, también se destaca que las universidades públicas y la Iglesia Católica se ubican como las instituciones mejor valoradas por los costarricenses, mientras que la Asamblea Legislativa y el Gobierno siguen siendo las peor calificadas.
Esto, en una población en la que nueve de cada diez personas dicen tener alguna filiación religiosa y la mayoría se pronuncia en contra de la idea de que el Estado sea laico o del reconocimiento legal de las uniones civiles entre parejas del mismo sexo, temas en los que la posición de los católicos es más diversa que la de los evangélicos (ver recuadros adjuntos).
ESTADO LAICO ¿YA?
Entre las personas que favorecen la reforma constitucional para convertir a Costa Rica en un Estado laico, el argumento general es que se debe tomar en cuenta a todas las religiones.
Se observó que hay relación entre las variables de religión, educación, sexo y edad de las personas y su opinión respecto de si “se debe eliminar” o “se debe mantener” la norma.
En primer lugar, las posiciones se diferencian según la religión: entre los católicos el 77,9% prefiere mantener la norma, mientras que entre los evangélicos solo el 35,2% tiene la misma posición.
Entre los que profesan otras religiones o ninguna, el apoyo baja a un 12,4%.
Para los que creen que la norma se debe mantener, se puede distinguir variantes. Por ejemplo, en los católicos con educación secundaria, primaria o menos, un 82,1% cree que se debe mantener. Entre las personas católicas universitarias ese apoyo baja a un 67,7%; pero, en el caso de las mujeres sube a un 75,6%, mientras que entre los hombres es un 57,4%.
Quiere decir que es mayor la posibilidad de que un hombre católico con estudios universitarios acepte el Estado laico, que una mujer católica con estudios universitarios.
En cambio, el grupo de los evangélicos es más homogéneo, ya que no hay mayor diferencia por educación o sexo, y las mujeres evangélicas no piensan muy distinto a los hombres respecto a este tema.
Entre los católicos el apoyo es mayor en personas con educación secundaria o inferior; en las personas con educación universitaria el apoyo es relativamente mayor entre las mujeres, y la posición de “se debe eliminar” es mayor entre personas con religión evangélica, otras religiones o ninguna.
También hay diferencias importantes por edad: entre jóvenes de 18 a 24 años el 48% cree que el Estado confesional debe mantenerse mientras que el 47 considera que debe ser eliminado. Sin embargo, entre los mayores de 50 años el 71 % favorece la oficialidad de la religión católica y solo el 27,9 respalda al Estado laico.
A la pregunta de “con qué frecuencia cree que la religión influye en las decisiones políticas que se toman en el país”, la mayor parte no cree que la religión influya mucho en las decisiones políticas: un 41,3% consideró que con poca frecuencia, 20,4% muchas veces y 14,5% opinó que sucede siempre, 11,8% que nunca y 6,6% que solamente algunas veces.
UNIONES CIVILES
En relación con la propuesta para dar reconocimiento legal a las uniones civiles entre parejas de personas del mismo sexo, un 60,9% no estuvo de acuerdo, mientras que un 32,5% se declaró a favor, resultado que no varía sustancialmente de los encontrados en las mediciones anteriores.
La mayor simpatía por este tipo de uniones lo expresó el grupo de personas con educación universitaria y que nunca participan en actividades religiosas. Por otro lado, quienes presentan mayor proporción de rechazo son las personas con educación primaria o menor, evangélicas, y que siempre o muchas veces asisten a actividades religiosas.
El nivel educativo, la religión y la frecuencia de asistencia a las actividades religiosas son variables relacionadas con las diferentes opiniones sobre el tema. En cambio no hay mayor diferencia en razón del sexo, edad, ingreso y la región de procedencia de la persona.
Así, por ejemplo, entre aquellas personas con educación primaria o menos, un 77,5% rechaza el reconocimiento legal de las parejas formadas por personas del mismo sexo, mientras que entre personas con secundaria un 63% lo rechaza y entre universitarios uno de cada dos está de acuerdo (51,2%).
En las personas con secundaria que participan en actividades religiosas siempre, muchas o algunas veces, el rechazo es mayor: 73,3%. Y entre las que asisten pocas veces o nunca a actividades religiosas, la resistencia es del 49,5%. Entre los universitarios que nunca van a la iglesia, un 93% está a favor.
Por el contrario, entre las personas universitarias que asisten siempre o muchas veces a las actividades de su religión, el rechazo a las uniones civiles es de 67,0%. Sin embargo, vistos solo los católicos de esta categoría, la oposición baja 60,4%, mientras que en los evangélicos sube a 95,2%.
Nuevamente, hay más variedad en la posición de los católicos que en los evangélicos, quienes constituyen el núcleo más duro en contra.
Religiosidad predominante
Un 91,2% de las personas entrevistadas dijo tener alguna filiación religiosa, con un 72,8% de católicos y 14,8% de evangélicos. Un 3,6% indicó tener otra religión diferente de las anteriores y un 8,4% ninguna.
Los católicos son mayoría en todas las regiones del país, aunque se encuentran en mayor proporción en el Valle Central y en menor medida en la región metropolitana.
En general, la proporción de mujeres creyentes es mayor que la de los hombres: en la población católica el 77,1% son mujeres y 68,4 hombres, mientras que entre los evangélicos los porcentajes son 16,7% y 12,6% respectivamente.
Además, entre los hombres es mayor la proporción de personas que declaran no tener ninguna religión: 13,7%, mientras que las mujeres son el 3,8%.
La religión católica predomina en personas mayores de 50 años, mientras que la presencia de la religión evangélica, otras religiones, o incluso no tener religión, es mayor proporcionalmente entre personas con 18 a 24 años. Respecto al nivel educativo, no existen diferencias importantes en cuanto a filiación religiosa, según el estudio.
A las personas con alguna religión se les preguntó sobre la frecuencia con que participan en las actividades religiosas, con el fin de saber si son practicantes o no. Un 30,5% dijo que participa siempre, 16,9% muchas veces, 31,8% pocas veces, 7,4% algunas veces y 11,5% nunca.
Universidades públicas en podio principal
Ante la pregunta de “¿Qué nota, de 0 a 10) le pondría a las siguientes instituciones?”, la Universidad de Costa Rica (UCR) y las otras universidades públicas obtuvieron las notas más altas (8,3 y 7,8 respectivamente). Siguen la Iglesia Católica (7,2), el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) (7,0), las universidades privadas (6,7) y la Defensoría de los Habitantes (6,5). Las notas más bajas son para la Asamblea Legislativa (4,2) y el Gobierno (4,7).
Instituciones como el Poder Judicial, la Guardia Civil o Fuerza Pública, el Tribunal Supremo de Elecciones, la Sala Constitucional (IV), las otras iglesias (cualquiera excepto católica) y la Contraloría General de la República, se ubican en niveles que se podría interpretar como intermedios.
De esta manera son leves las variaciones con respecto a los datos comparables obtenidos en las encuestas del CIEP, realizadas en octubre-noviembre del 2012 y abril de 2013. Hay una cierta desmejora en la evaluación del Tribunal Supremo de Elecciones (de 7,3 en octubre-noviembre 2012 a 6,1 en agosto 2013) y de la Sala IV (de 6,6 en la primera encuesta a 5,9 en la más reciente).
El único caso donde se observa un tenue aumento es en la nota para la Iglesia Católica (de 6,5 a 7,2 en abril 2013, manteniéndose igual en agosto), aunque es de señalar que en la primera encuesta lo que se preguntó fue por la nota para “la Conferencia Episcopal” de la Iglesia Católica.
Televisión, la preferida
En la encuesta del CIEP se preguntó por el medio de comunicación preferido por la persona para informarse, y la televisión destacó sobre otros, con un 93,4% de las menciones.
En segundo lugar se ubican “las referencias, amistades y vecinos”, como el medio que más utilizan las personas para enterarse de los acontecimientos (61,3%), seguido por la prensa escrita (53,7%).
Un 38,6% se informa por redes sociales como Facebook y Twitter, y un 34,6% por Internet, mientras que a las radioemisoras le corresponde el 36,0%.
La mayor parte de las personas utilizan entre dos y cuatro medios para informarse (el 73,6%), pocos utilizan los seis mencionados (4,9%), y una minoría utiliza uno o ninguno (9,6%).
Ficha técnica
MUESTRA: 800 personas mayores de 18 años.
PERÍODO: Entre el 7 y el 28 de agosto del 2013.
PROCESO: Las entrevistas se hicieron mediante llamada telefónica de manera aleatoria a hogares con teléfono fijo de todo el país, lo cual corresponde a un 62,1% de la población residente en Costa Rica, según la Encuesta de Hogares de 2011 realizada por el Instituto de Estadística y Censos (esto significa que toda generalización que se haga con base en estos datos debe referirse estrictamente a la población costarricense con teléfono residencial, y no la población en su totalidad). Las llamadas fueron seleccionadas mediante listas de números aleatorios, según tres regiones del país: metropolitana (55%), resto del Valle Central (25%) y resto del país (20%).
MARGEN DE ERROR: + − 3,46%, con una confianza de 95%.
QUIÉN: Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP), Universidad de Costa Rica. Responsables politólogos Montserrat Alvarado y Adrián Pignataro, psicóloga Marisol Fournier; coordinador: politólogo Alberto Cortés.
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