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En medio de la inflación de noticias generalmente preocupantes, cuando no aterradoras, o completamente insípidas, encontré una noticia sorprendente que me llenó de un entusiasmo totalmente inesperado.
¿Quién podía imaginarse que iba a aparecer un grupo de niños que se han organizado
“para defender sus derechos al espacio, y especialmente a espacios seguros de juego para ellos”?
¡Qué gran noticia! Ante la indiferencia, la ineptitud de nosotros los grandes para entender sus necesidades y deseos, los pequeños toman ellos mismos iniciativas para hacernos recapacitar (La Nación 24. 8., Semanario Universidad 4.9. 2013). La iniciativa llamada “Proyecto Presencia”, y coordinada por Carolina García, es parte de la organización “Red Solare, que se encarga de difundir la cultura de la infancia”. Para el Día del Niño se previó una actividad en San José, durante la cual cantidad de niños iban a pedir ser escuchados mediante muñecos (hechos por ellos con la ayuda de adultos) llevando escritos encima, reclamando poder ejercer “su mayor derecho: jugar”.
Esta “toma de espacio” por niños y niñas, con muñecos que alzan la voz por ellos, iba a producirse también en Limón; ya tuvo lugar en Brasil y se efectuará en otros países de
America del Sur.
¡Qué tristeza que tengan que ser los mismos niños que nos recuerdan a nosotros que no hay niñez, y menos una niñez feliz, sin juegos! Esos juegos al aire libre en companía de amiguitos, que tanto les gustan, son el sano e indispensable ejercicio de sus crecientes energías.
Hoy, sin embargo, se les impone el sedentarismo, e imperan corrientes que buscan inculcarles, desde las más tiernas edades, el individualismo de mezquinas rivalidades y cálculos de rendimiento, lo que solo puede producir unas secas y aburridas mentalidades.
Es tiempo que los grandes entendamos que hay que fomentar la imaginación de los pequeños, su sentido de libertad y solidaridad, comenzando por asegurarles espacios soleados para sus anhelados alegres juegos. Recordemos los placeres de la infancia, y sepamos que no tenemos ningún derecho de privarlos de ellos a los niños de hoy.
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