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Abucheado en la UCR

En el debate presidencial organizado por la Asociación de Estudiantes de Ciencias Políticas, el candidato del Movimiento Libertario Otto Guevara, salió abucheado por el público. Vale decir que la razón en un inicio no tuvo mucho que ver con su defensa de posturas a favor de la libertad económica; en su exposición inicial más bien obtuvo atención de los presentes. El abucheo fue el resultado de externar su posición sobre el financiamiento estatal a las universidades (que no es nueva).

En el debate presidencial organizado por la Asociación de Estudiantes de Ciencias Políticas, el candidato del Movimiento Libertario Otto Guevara, salió abucheado por el público. Vale decir que la razón en un inicio no tuvo mucho que ver con su defensa de posturas a favor de la libertad económica; en su exposición inicial más bien obtuvo atención de los presentes. El abucheo fue el resultado de externar su posición sobre el financiamiento estatal a las universidades (que no es nueva).
Guevara considera, en sus palabras, que el subsidio que reciben las universidades públicas, por medio del cual se financian becas, investigaciones y actividades de promoción social es “inmoral”. Incluso dijo que un estudiante sin recursos debía recurrir a un crédito que pagará luego para financiar sus estudios, en lugar del actual sistema. Lo anterior se basa en el ejemplo que he oído muchas veces: una señora que vive en Golfito y nunca va a poner un pie en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, terminará pagando por medio de sus impuestos la educación de un grupo privilegiado de la sociedad que –eventualmente− recibirá un ingreso alto. Entonces, cada quien debería costearse su educación superior. Sin embargo, dicho argumento es debatible.
Vamos a ver. En primer lugar es necesario aclarar qué constituye un “grupo privilegiado”. Podríamos afirmar que son privilegiados aquellos que cuentan con algo especial a diferencia del promedio. Según los datos recopilados del Censo 2011, la escolaridad promedio en Costa Rica es de apenas 8,9 años. Eso quiere decir que por lo general las personas solo están llegando a cumplir 9º año de colegio. Si partiéramos de la lógica de que son privilegiados quienes cuentan con una educación superior a los demás, también deberíamos incluir dentro de eso grupo a los estudiantes de la educación diversificada (10 º, 11 º y hasta 12º año).
Bajo ese argumento Guevara también debería oponerse a los subsidios que se le otorgan a muchos colegios privados; aun así, los defiende e incluso propone ampliarlos. De la misma forma al existir datos que demuestran que a mayor escolaridad, mayor ingreso; el candidato libertario tampoco parece percibir su inconsistencia al prometer mayor educación técnica por parte del INA. De hecho es probable que muchos técnicos del INA ganen más que muchos profesionales de la UCR. ¿No son todos estos “grupos privilegiados”?
Como segundo punto destaca que Guevara ignora el beneficio socioeconómico de las universidades públicas para la población en general. La señora de Golfito, que quizá nunca conozca el campus en San Pedro, podría ser la madre de un joven que estudia en la sede de la UCR en ese cantón. Ese joven, o quizá otros podrían ser los futuros médicos, ingenieros o educadores de la zona. Asimismo, estas instituciones realizan labores de investigación y acción social, que le devuelven a los costarricenses aquello que se pagó en impuestos. De tal forma,  invertir en educación superior es garantizar una economía innovadora y basada en conocimiento. Cabe recalcar que este es un factor muy determinante en el Reporte de Competitividad Global,  para calificar el desempeño de un país. ¿Le importa a Guevara la competitividad?
Hablando el lenguaje de Guevara, el de los incentivos económicos: ¿qué incentivo tiene un profesional de iniciar su carrera, si no hay financiamiento estatal y al finalizar su carrera como él mismo dijo: “termina con una deuda de 10 o 15 millones”? Y aquí es necesario aclarar un tercer punto. Los graduados sí le pueden devolver al Estado el costo en qué incurrió inicialmente, a través del impuesto de renta si este se cobrase bien. Si un profesional de la UCR se gradúa y obtiene un trabajo bien remunerado (no hay garantía de ello), es evidente que terminará sufragando una parte de la nueva inversión social, incluso cotizando para la seguridad social que sostiene a la señora de Golfito.
Personalmente considero que no hay contradicción entre la defensa de la libertad económica y al mismo tiempo de políticas exitosas como las que desarrollan las universidades públicas. Es cierto que a veces hay abusos y que el sistema necesita reformas. Pero esa no es la posición de Guevara; un análisis del discurso sobre lo dicho en el debate y sus propuestas de educación superior, lleva a concluir que garantizar el financiamiento de esta área no es su prioridad. Es muy lamentable ultimar que Guevara pasó por la UCR, pero la UCR no pasó por él.

  • Daniel Schuster Rodríguez (Estudiante)
  • Opinión
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