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Salud, humanismo, solidaridad

» A nuestro pueblo llegó un humilde genio, un noble galeno, sin perjuicio necio, al hombre del pueblo, al peón o enfermero, brindándole siempre su corazón puro, un hombre sincero, porque su mayor orgullo era ser igual a ellos». Canción homenaje al Dr. Juan Guillermo Ortiz Guier

» A nuestro pueblo llegó un humilde genio, un noble galeno, sin perjuicio necio, al hombre del pueblo, al peón o enfermero, brindándole siempre su corazón puro, un hombre sincero, porque su mayor orgullo era ser igual a ellos». Canción homenaje al Dr. Juan Guillermo Ortiz Guier
El legado del Dr. Juan Guillermo Ortiz Guier no se puede perder, no solo como eminente y visionario  médico, sino por su profunda entrega humanitaria, quien con el apoyo y abnegada entrega humanitaria de su  esposa −nuestra recordada doña Virginia Ortiz Jiménez, quien abrió las puertas de su hogar a los más humildes y  enfermos− pusieron en práctica a través de su vida la verdadera solidaridad humana. Costarricenses, es esto los que nos pide con sabiduría el Papa Francisco, en sus mensajes: entrega, amor al prójimo, solidaridad que muchos han olvidado.
El Dr. Ortiz puso en práctica la solidaridad humana; por eso creo en el legado del Hospital sin Paredes, en la promoción de la salud, en los Puestos de Salud que dieron origen más tarde a los EBAIS.  Creo, como dice el Papa Francisco aplicado a nuestra realidad, la salud, la prevención, la promoción, deben ir a la calle, a las casas, así como lo hizo el Dr. Ortiz Guier. El Dr. Ortiz Guier creó un modelo de atención integral en salud, Hospital sin Paredes, donde llegaban a nutrirse médicos y técnicos de diferentes países del mundo; la mejoría en los índices de salud y calidad de vida, llamó la atención de la comunidad internacional, por lo que justamente la Organización Mundial de la Salud le otorgó a este «humilde genio», el Premio Mundial en Atención Primaria.
Como profesional en salud y enfermera, quiero agregar que el Dr. Ortiz Guier trabajó con un excelente equipo de trabajo con gran mística, médicos, enfermeras, trabajadores sociales, responsables de salud, y lo fundamental: la participación de la Comunidad, lo que no han logrado los Ebais ahora con la CCSS; se les olvidó involucrar a la Comunidad, siendo esta pilar  básico. Lamentablemente ahora estamos observando cómo están intentando otorgar los servicios de salud a manos de terceros: los Ebais, y me llena de esperanza saber que el Colegio de Médicos, diversas organizaciones sindicales, profesionales independientes de gran valía  y organizaciones comunales a nivel nacional, están cuestionando la privatización de  estos centros de salud, los cuales son el primer nivel de atención de la población, pilar fundamental de la salud de nuestros habitantes. No debemos permitir se privaticen los Ebais, la salud no es una mercancía más. Es relevante e histórico que San Ramón fue la cuna de la atención primaria con el Dr Ortiz.
El Dr. Ortiz fue invitado por 57 países del mundo a sembrar la semilla del Hospital sin Paredes, para nutrirse de su sabiduría. Como manifestó el exdirector de la OPS (Organización Panamericana de la Salud), Dr. Melvin Fernández, en 1999: «este programa del Dr. Ortiz, no solo derribó paredes sino fronteras, también trajo beneficio a la comunidad internacional…Costa Rica debe estar orgullosa». Defendamos su legado, es nuestro, es de los costarricenses. Hago un llamado a la Asamblea Legislativa en el mes de la Patria, y les recuerdo respetuosamente que la patria está en deuda con este eminente galeno y que  el pueblo desde antes de morir lo nombró  Benemérito con el corazón; ahora esperamos que  honren el pedido de un pueblo. El legado del Dr. Ortiz Guier no se debe perder. Como bien ha manifestado el distinguido sociólogo don Miguel Sobrado, “El Hospital sin Paredes debe ser el modelo de gestión nacional en política social y de salud”. Necesitamos Ebais, pero sin Paredes, sin privatización, sin corrupción, con la participación activa de la Comunidad, como los soñó y realizó el Dr. Ortiz Guier. Rescatemos su legado.

  • Karen Yadira López Monge
  • Opinión
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