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El candidato presidencial del Partido Unidad Social Cristiana, Rodolfo Piza (al centro), escogió a la exministra de Justicia Patricia Vega como candidata a la segunda vicepresidencia de la República, y al exdiputado Carlos Araya para la primera vicepresidencia (Foto: Mauricio Herrera).
Seis partidos políticos ratificaron el pasado fin de semana sus papeletas presidenciales con fórmulas cuya conformación en su mayoría denota la pretensión de ponerle “rostro social” a las propuestas de campaña para las elecciones del 2014.
No es de extrañar que las agrupaciones deban reaccionar de esta manera ante los crecientes cuestionamientos al modelo de desarrollo que han venido aplicando los últimos gobiernos y que han dejado alarmantes índices de desigualdad y una creciente concentración de la riqueza en pocas manos, como advierten incontrovertibles estadísticas de organismos nacionales e internacionales en diversos informes.
En todos los casos al menos una de las dos candidaturas a la vicepresidencia de la República que propusieron los candidatos presidenciales y aprobaron las asambleas nacionales de los partidos, el pasado fin de semana, están ocupadas por activistas sociales o por personas involucradas en la discusión de temáticas sociales (ver recuadro).
Incluso en el Movimiento Libertario la postulación del reconocido economista liberal y partidario del recorte del gasto público como el exministro de Hacienda Thelmo Vargas, fue contrastada con la candidatura para la segunda vicepresidencia de Abril Gordienko, abogada y articulista sensible a temas sociales, quien ofrece encargarse de una reorganización de los programas de ayuda social actualmente existentes, en los cuales hay duplicidades que provocan ineficiencia en el uso de los recursos.
El gobernante Partido Liberación Nacional (PLN), por ejemplo, puso a la socióloga Silvia Lara, expresidenta del Instituto de Ayuda Social (IMAS), y consultora en temas de empleo y pobreza, como la candidata a la segunda vicepresidencia de la República.
En el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) figura como candidato a primera vicepresidencia el exdiputado e ideólogo socialcristiano Carlos Araya Guillén, quien ha venido trabajando en un programa de gobierno con sensibilidad social.
En el Frente Amplio fue nombrada candidata a la vicepresidencia la activista social Dagmar Facio y, en Patria Nueva, la también activista social y exdefensora de los Habitantes Lizbeth Quesada figura como candidata a la primera vicepresidencia, al tiempo que es candidata a diputada por San José.
TODOS PROMETEN
En los discursos de los candidatos fue casi un lugar común hablar de los propósitos de luchar contra la desigualdad y la pobreza, aumentar el empleo y buscar una sociedad más justa y solidaria. Nada nuevo si se considera que es lo que suele prometerse en campañas electorales, pero se nota un esfuerzo especial de poner acento en estas preocupaciones, dados los reclamos cada vez más fuertes por el constante deterioro de las condiciones de vida de una gran parte de la población.
Sin embargo, entre las quejas de la gente está que todos los partidos prometen lo mismo: empleos, ayudar a los que menos tienen para que puedan salir de la pobreza, y cómo creerles si los gobiernos que han estado en el poder pasan uno tras otro y la situación empeora para la población desfavorecida en vez de mejorar.
Y es que “ese es uno de los principales problemas éticos que se dan en las campañas electorales”, señaló el economista Helio Fallas. Lo que hay que hacer es preguntarse si en la realidad los partidos que han prometido eso han sido más democráticos y han combatido la pobreza, pues como indica la máxima “por los frutos los conoceréis”, dijo Fallas.
El economista, quien fue ministro de Planificación y de Vivienda en dos administraciones del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), integra la formula con la que el candidato presidencial del PAC, Luis Guillermo Solís, anunció el domingo pasado el propósito de salir a las calles y pueblos a partir de esta semana que empieza la campaña, para tratar de acercar a las propuestas del PAC a gente de todas las procedencias. La convocatoria que lleva Solís es a las personas de los diversos sectores y “colores” a unirse y lograr acuerdos para luchar contra la injusticia, la desigualdad y la corrupción (ver nota).
El PAC hace guiños a votantes de centro
Luis Guillermo Solís (al centro) en la presentación de sus compañeros de fórmula presidencial por el PAC: el economista y exministro Helio Fallas y la relacionista internacional y exdiputada Ana Helena Chacón (Foto: Jorge Araya).
El candidato presidencial del PAC, Luis Guillermo Solís, anunció que a partir de esta semana empezará a recorrer calles y pueblos para convocar a los costarricenses de todas las procedencias a sumar fuerzas para luchar contra las injusticias, la desigualdad y la corrupción.
Hay que enterrar los “fantasmas del pasado”, mirar al futuro y perder el miedo a lograr acuerdos para enfrentar los desafíos del país, insistió el candidato Solís el pasado domingo 13, enfrentado a críticas de algunos sectores dentro y fuera de su partido por la inclusión de una candidata a la vicepresidencia que procede del PUSC y que como diputada aprobó hace seis años el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, contraria a la posición del PAC que combatió el acuerdo.
“Iremos a la calle, a conversar con todos los que podamos, vamos a seguir construyendo igual que hicimos con Alianza Patriótica, conversando, sumando por el país”, prometió Solís, aludiendo a la alianza con el partido en el que milita el empresario Mariano Figueres, quien la semana pasada anunció su apoyo a la candidatura presidencial del PAC.
Lo dijo Solís tras presentar la fórmula que lo acompañará en la campaña electoral que arranca esta semana, integrada por el economista y exministro de Planificación Helio Fallas, y la exviceministra de Seguridad y exdiputada Ana Helena Chacón, ambos provenientes de la filas del PUSC, aunque Fallas lleva ya varios años cercano al PAC.
Una fórmula que mezcla a antiguos rivales políticos −puesto que Solís formó parte de la dirigencia del Partido Liberación Nacional, del que fue secretario general− y que en el caso de Chacón fue el motivo de crítica de algunos que toman la postulación como una incoherencia ideológica, ya que ella estuvo en el bloque de 38 diputados que apoyaron el TLC y sus leyes de implementación, mientras que PAC lo combatió como primera fuerza de oposición.
“Estoy haciendo un llamado a toda Costa Rica porque me parece que esa es la convocatoria que se necesita en estos momentos. Necesitamos un país que se una en torno a una visión de futuro y no una visión de pasado, en torno a los nuevos desafíos y hacia la esperanza y no a los miedos que en otro momento nos atraparon; creo que esta es una tarea que va más allá de un partido político”, dijo Solís tras insistir varias veces ante la asamblea del PAC que debía aprobar la nominación.
“Lo que hizo o lo que hicimos nosotros hace seis años constituye algo que se tiene que quedar en la memoria agradecida de Costa Rica; me parece que seguir atados al pasado no constituye el objetivo prioritario de este país”, recalcó Solís ante insistentes preguntas de la prensa sobre la presunta incoherencia de tener a una candidata con posiciones ideológicas contrarias al PAC.
Su propuesta caló en exdiputados y dirigentes del partido que elogiaron la fórmula propuesta por el candidato, entre ellos Ottón Solís, fundador y actual candidato a diputado por San José. Entre los asambleístas no todos estuvieron de acuerdo: 45 votaron a favor de la papeleta, 8 en contra, uno en blanco y uno nulo.
Ottón Solís dijo que Chacón estuvo a favor del TLC y hay que felicitarla porque al aceptar el puesto está aceptando la propuesta del PAC que es muy diferente a lo que ella defendió en el pasado.
“Ojalá que este sea un mensaje a miles de mujeres y hombres costarricenses que todavía no se han comprometido con el PAC, que sigan el ejemplo de ella y reconozcan que la propuesta ética y sobre el modelo de desarrollo del PAC es la correcta”, expresó.
La postulación de Chacón, reconocida como una activista por la defensa de los derechos humanos y de las minorías, se ve como un guiño dirigido a los descontentos de la gran mayoría del electorado que dice en las encuestas no tener por quién votar. O bien personas de otras tiendas como los socialcristianos que pudieran haber quedado golpeados por los conflictos internos del PUSC de los últimos días, y que restañan heridas luego que el candidato presidencial Rodolfo Hernández dejó vacante el puesto y en su lugar fue nombrado el domingo Rodolfo Piza.
La dirigencia del PAC, consciente de la desfavorable posición del partido en las encuestas (que lo ubican en un lejano cuarto lugar con alrededor de un 4% en la intención de voto), y que la militancia no le alcanza para ganar la elección, ha debido concluir que no hay más opción que abrirse al diálogo con otros sectores.
Falta por ver si la apuesta le ha resultado a la agrupación opositora, que está urgida de levantar las intenciones de voto y ubicarse en un lugar que le permita, entre otras cosas, obtener crédito en los bancos para financiar la campaña.
Esta semana el partido empezó una campaña publicitaria en los medios con fondos propios, a un costo de ¢100 millones, mientras trata de negociar un crédito bancario para financiar la campaña.
“Para los próximos días se está organizando encuentros ciudadanos, caminatas y reuniones con dirigentes y con gente que todavía no es simpatizante nuestra para atraerla a nuestras tiendas”, dijo Epsy Campbell, candidata a diputada por San José, quien junto con Ottón Solís tiene a su cargo una labor de coordinación con los candidatos a diputado de todas las provincias, de acuerdo con la organización territorial que se acordó en reunión con los aspirantes el pasado fin de semana.
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