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David Ortiz, el poderoso bateador designado de los Medias Rojas, es el único jugador de su equipo que repite de la Serie Mundial del 2004, ganada a San Luis 4-0. (Foto: http://boston.redsox.mlb.com)
Los Pájaros Rojos de San Luis abren la Serie Mundial hoy, miércoles 23 de octubre, contra los Medias Rojas de Boston, en el viejo e histórico Fenway Park.
El cardenal, ese dulce pajarito de un rojo intenso cercano al fuego, viaja a poner su cabeza en el patíbulo de los traileros bostonianos, esos jugadores barbudos, fuertes y rapados, que más asemejan a leñadores canadienses que a deportistas de alto rendimiento.
Por ahora, a escasas horas de que arranque el llamado mundialmente “Clásico de Otoño”, ningún analista del béisbol de Grandes Ligas se atrevió a señalar un favorito; en mucho, porque se van a enfrentar, por primera vez en 14 años, los dos mejores equipos según los números de cada Liga.
Los Cardenales ganaron 97 juegos esta campaña y fueron de acuerdo con las estadísticas −tras 162 partidos−, el mejor equipo de la Liga Nacional.
Los Medias Rojas obtuvieron 97 victorias y sobrevivieron a una lucha en su división contra equipos con marcas ganadoras. Boston fue el mejor equipo de la Liga Americana, después de que en los pronósticos de pretemporada, fueron señalados como candidatos a ocupar el último lugar de la División Este, junto a los decaídos Yanquis de Nueva York.
De hecho, en la era moderna del “Comodín” −que data de 1995−, solo en dos ocasiones se enfrentaron novenas con el mejor récord en sus respectivas ligas: Bravos versus Indios en 1995 y Yanquis versus Bravos en 1999.
En ese sentido, lo que estamos a punto de presenciar a partir de este miércoles −en Fenway Park− es como un regreso al pasado, y el hecho de que están involucradas dos históricas franquicias con un largo recorrido en el mes de octubre, hace todo mucho más interesante.
Ahora, si los Cardenales desean capturar su título 12 de una Serie Mundial, deberán vencer a una franquicia que se les metió en el camino en el 2004 y que los barrió (4 juegos a 0) en la Serie Mundial.
Anteriormente, los Cardenales derrotaron en dos ocasiones a Boston en el Clásico de Otoño, en las temporadas de 1946 y 1967, las dos series a siete juegos.
CLÁSICO DE REVANCHA
Dados los sucesos del clásico de hace 10 años, muchos consideran que esta serie reúne visos de revancha para los Pájaros Rojos, pero eso está lejos de ser legítimo, pues el dominicano David Ortiz es el último eslabón que queda de aquella banda de “idiotas” de Boston, y el puertorriqueño Yadier Molina −en ese entonces un novato y receptor reserva del ahora mánager Mike Matheny− es el último eslabón que queda de aquella escuadra de San Luis.
Quizá por eso, Molina no sabe nada de revanchas y rechaza el calificativo. “Esta versión de los Cardenales es muy diferente a la de aquel entonces. En los dos equipos todo es completamente distinto. Los jugadores, los entrenadores, la situación… todo”, dijo Molina.
Incluso, si usted desea ligar a estos dos equipos a su más reciente éxito en Serie Mundial, es un eslabón recientemente tenue.
Big Papi Ortiz, Dustin Pedroia, Jacobo Ellsbury y Jon Lester son los únicos peloteros de Boston que quedan de aquel equipo que lo ganó todo en el 2007.
Aunque los Cardenales lo ganaron todo hace un par de octubres, ahora cuentan con 19 jugadores diferentes en su nómina de 25, comparado con aquel que armó un increíble regreso en contra de los Vigilantes de Texas. Solo quedan Molina, David Freese, Matt Holliday, Daniel Descalso, Jon Jay y Lance Lynn.
¿Qué nos dice esto? Que estos dos clubes se reorganizaron como pocos.
Los Cardenales arrancaron la temporada regular con bastantes interrogantes, aunque hacía rato había desaparecido la sombra de su estelar inicialista, el Caballo Alberts Pujols, que se marchó después de ganar la Serie Mundial tentado por un contrato multimillonario y multianual, que le ofrecieron los Angelinos de Anaheim para nada. Pujols ha pasado sentado por lesiones una temporada y media: fracaso total.
En su pitcheo abridor, San Luis perdió a su astro Chris Carpenter; Kyle Lohse partió a la agencia libre y el mexicano Jaime García lanzó con un hombro lastimado. El favorito para ganar la División Central eran los potentes Rojos de Cincinnati que, sin embargo, fueron eliminados en la lucha por el Comodín por los Piratas de Pittsburgh.
¿Y los Medias Rojas? Demasiadas interrogantes como para mencionarlas todas. Fueron últimos la temporada anterior, despidieron al piloto Bobby Valentine, estrenaban mánager, John Farrel ─que fue piloto de los Azulejos de Toronto─ y sin mucho dinero se arriesgaron a firmar a peloteros veteranos a bajo costo. En la actualidad, lo más fuerte que tiene Boston es su bullpen, sin menospreciar el poder de sus bates.
La serie contra los Tigres de Detroit la ganó el cuerpo de relevistas de los Medias Rojas. ¡Sin ninguna duda! Promediaron 0.43, números escalofriantes de eficacia.
Los relevistas de Boston permitieron solo una carrera y poncharon a 16 tigres en 21 entradas. Y estamos hablando de que se quedaron con el bate al hombro peloteros de la talla de Miguel Cabrera, Prince Fielder y Víctor Martínez.
El cerrador japonés Koji Uehara salvó tres partidos y ganó uno y fue seleccionado como el MVP (más valioso de la serie). Craig Breslow, Brandon Workman y otro “chinito”, Junichi Tazawa, hicieron el resto.
En la Serie Mundial, al piloto Farrel no le va a temblar el pulso para sacar del juego a uno de sus abridores estelares: Lester, Buchholz y Lackey en un quinto segmento, para dar paso a su maquinita aceitada de relevistas y cerradores.
Los Cardenales suman dos lanzadores abridores de lujo: Adam Wainwrigt, que lanzará en el primer juego de la Serie, y el espectacular novato Michael Wacha, que se dio el lujo de vencer por partida doble al considerado mejor pitcher del béisbol profesional actual, Clayton Kershaw, de los Dodgers de Los Ángeles.
Yadier Molina, David Freese y el resucitado Carlos Beltrán la sacan del parque en cualquier momento, de manera que se está frente a un Clásico de Otoño equilibrado, parejo y sin claro favorito.
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