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Justo Orozco: Solo a Dios me le hinco y es mi único jefe

Justo Orozco: Los ataques que me han hecho más bien han redundado para bien. (Foto: Katya Alvarado)

Justo Orozco: Los ataques que me han hecho más bien han redundado para bien. (Foto: Katya Alvarado)
El diputado Justo Orozco Álvarez, candidato presidencial por el Partido Renovación Costarricense (RC), afirma que en un gobierno suyo la prioridad sería la defensa de la familia, y nunca se aprobaría el matrimonio homosexual, como él llama a las sociedades de convivencia entre personas del mismo sexo.

Laico evangélico, conocido por su controversial posición en temas de derechos humanos, este profesor de matemáticas, abogado y político de 63 años, niega que RC sea un partido tureca, como lo llaman algunos por sus acuerdos con el oficialismo, y asegura que los recientes allanamientos que le hizo la Fiscalía en busca de pruebas sobre presunto uso indebido de las oficinas de la Asamblea Legislativa en labores privadas de notario público, se deben a presiones mediáticas.

Trato de ayudar a los pobres, no le he hecho mal a nadie y no tengo de qué avergonzarme, sostiene el político, quien se propone distribuir “un millón de Biblias” en su campaña. Durante un receso en el plenario legislativo, Orozco conversó con UNIVERSIDAD el pasado 22 de octubre.
¿Don Justo, para qué lanzó su candidatura presidencial, qué es lo diferente que usted propone?
−Lo diferente es que le vamos a dar énfasis a la familia. Lo que más se asemeja a Dios es la familia, y si tenemos la familia en orden hay más posibilidad de que las cosas salgan en orden. Si usted no tiene la familia en orden, difícilmente puede proyectarse.
¿Cómo llegó usted a la política?
−Yo era mariachi (calderonista), y cuando se dio el descalabro del Banco Anglo (1994) los dos partidos (mayoritarios, Liberación Nacional y la Unidad) decepcionaron a los costarricenses y como era el asesor nacional de matemáticas, hablé con diputados amigos para que nos ayudaran al financiamiento de las olimpiadas costarricenses de matemáticas.
Todos me decían que sí, pero me rodaron; entonces dije, voy a hacerme diputado para darle financiamiento permanente a la olimpiada de matemáticas. En 1995 fundamos el partido, en el 98 llegamos a diputado, y ahí logré el financiamiento permanente para la olimpiada costarricense de matemáticas; ahora tienen sus ¢70 millones para que trabajen.
¿No lo motivó entonces ninguna corriente o pensamiento político?
−Esa primera vez tenía esa motivación académica, de rescatar el talento matemático nacional; pero, en esta segunda diputación fue Dios el que me puso ahí, porque si no hubiera sido por mi participación, ya aquí el matrimonio homosexual estuviera listo (aprobado).
Creo en la familia, creo en Dios y tengo que defender lo que he aprendido, lo que da buenas experiencias. Soy un educador de vocación, tengo un colegio privado con sensibilidad social en los barrios del sur; ahí he visto cómo los niños y los jóvenes sufren por la desintegración familiar.
¿En un gobierno suyo no pasaría una ley para legalizar la unión civil entre personas del mismo sexo?
−Nunca. Voy a luchar por que en Costa Rica nunca se dé eso.
¿Ese sería el objetivo prioritario de su gobierno?
−Aparte de hacer un ministerio de la familia, incentivar que los matrimonios no paguen alquiler. Así como hay facilidad para madres solteras y para otras personas, también hay que darla a los matrimonios, y lucharé para que los hijos nazcan de la figura del matrimonio.
En Costa Rica ya el 60% de los nacimientos son de madres solteras. ¿Qué va a hacer?
−Eso hay que combatirlo, hay que castigar al varón que anda engendrando hijos irresponsablemente.
¿Ese es el principal problema del país?
−Aparte de esto, que son cosas importantes, creo que el principal problema de Costa Rica es el desempleo, y más de los jóvenes. Las escuelas, colegios y las universidades no están preparando para el trabajo. Tenemos psicólogos cuidando carros, abogados de taxistas; entonces hace falta una concertación: el país es de todos.
¿Cree verdaderamente que tiene la posibilidad de ser presidente?
−Claro que puedo llegar a ser presidente. Creo en un Dios de milagros; yo apelo al milagro y si somos 12 o 14 candidatos, aquí nadie tiene nada, las distancias se han acortado y ¿por qué no?, soy una persona digna, y Costa Rica ganaría mucho con un presidente que tome decisiones. Mi especialidad es resolver problemas y no tengo miedo a los problemas.
¿No cree en las encuestas?
−A mí no me engañan con las encuestas. La verdadera encuesta es el 2 de febrero (día de las elecciones). He estado trabajando en todo el país y tengo el pulso. Esos ataques que me han hecho más bien han redundado para bien. La gente que me conoce sabe que no soy esa persona que señala el canal del trencito (como Orozco llama a Canal 7).
¿Y quién es Justo Orozco?
−Una persona normal que ha venido de abajo hacia arriba, y que a través del estudio y del trabajo honrado, agarrado de Dios y apartado de los vicios, he podido progresar y estoy consolidado. Gracias a Dios todavía tengo a mi mamá y a mi papá, tengo esposa, hijos, hijas, nietos, hermanos y hermanas, tengo empresa y trabajo, y realmente no le temo a nada y he aprendido más en la Biblia que en otras cosas.
¿No se dañó su imagen con el allanamiento que le hizo la Fiscalía en sus oficinas?
−En realidad ese es un lobby mediático que está presionando, pero ¡a mí que me registren! Nadie se ha quejado de mí, no le he hecho ningún mal a nadie, he tratado de ayudar a los pobres, amo al prójimo, no soy competencia desleal para nadie. No he robado, no he recibido dádivas, no tengo ningún vicio, no trafico nada, entonces ¿de qué me acusan, de hacer el bien? Jesucristo fue crucificado por hacer el bien.
¿Y la acusación ante la Fiscalía por el presunto cobro fraudulento de la deuda política que hizo su partido?
−No hay que escuchar solo lo que dicen las noticias, hay que oír las dos caras de la moneda.
¿Cuál es la realidad entonces?
−La Fiscalía desestimó cualquier posibilidad de algo incorrecto, ni en el partido ni en mi persona.
Pero contra figuras de su partido sí hay causa abierta…
−No, no, uno delega regionalmente, pero realmente −que yo sepa− no tenemos nada; en mi caso personal no creo que lo tenga, porque sinceramente no nos dieron dinero, no nos dieron ni un solo cinco.
¿No les dio el Tribunal Supremo de Elecciones ¢31 millones?
−Bueno, nosotros hicimos un presupuesto de ¢800 millones; con los votos que sacamos teníamos derecho a ¢402 millones, porque sacamos diputado, regidores en diez cantones y ganamos alcaldías también. Para mí todo ha sido desestimado. De esos ¢402 millones a que teníamos derecho, el Tribunal sabiamente, debo reconocer, nos avala solo ¢31 millones, pero no es porque cometimos algún dolo: fue porque no dimos comprobantes idóneos para ellos, porque pagamos con bonos y no con cheques o por diferentes circunstancias. Pero no con doble intención; le garantizo que ni de pensamiento.
¿No son ustedes un partido tureca de Liberación Nacional?
−Nunca he sido liberacionista; lo que pasa es que como leo la Biblia, me dice que los gobiernos son permitidos por Dios y tenemos que respetarlos y admirarlos. No me considero tureca de nadie.
¿Por qué ahora me acomodo mejor con los de Liberación? Porque son los que me buscan, los que dialogan conmigo. Cuando un compañero libertario o de otro partido me ha buscado, nunca le he negado las posibilidades tampoco. Los que más se han acercado son los de Liberación; será que son los más inteligentes.
¿No es que vende su voto a cambio de algunos beneficios?
−No, aquí en la presencia de Dios  nunca he buscado el beneficio personal, ni el beneficio de un pariente; ni siquiera aquí en mi despacho −que tengo posibilidades− tengo ningún familiar, porque creo en la distribución del trabajo y la riqueza y no creo en nepotismo.
No he recibido dádivas ni nada a cambio; me han abierto las puertas para ayudar a otros;  la política es negociación, pero nunca beneficios para mí o para algún familiar; solo a Dios me le hinco y es mi único jefe.

  • Jorge Araya 
  • País
National LiberationPartido Liberación Nacional
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