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Costa Rica todavía es un Estado confesional. Y la jerarquía católica defiende ese privilegio constitucional, a pesar de que desde la sede papal el discurso oficial es otro. Pero el discurso no ataca directamente a los candidatos, sino que refuerza la posición de la Iglesia costarricense en contra de la FIV, el matrimonio igualitario, el estado laico y el aborto en situaciones específicas. Por ello, los fieles católicos deben votar por los candidatos que no apoyen abiertamente estas cuestiones. El acatamiento de las sugerencias del documento Rehabilitar la política es obligatorio. Aquí se apela a la culpa y al miedo: un buen católico debe seguir los mandatos, si no, no será salvado.
Varios de los candidatos se consideran católicos pero ninguno va a misa; hasta Villalta dijo que él había sido criado católico. Y algo interesante, el neo-integrismo católico se alía con el fundamentalismo cristiano: Alexandra Loría es candidata a diputada por Restauración Costarricense, el partido cristiano de Carlos Avendaño: ahí es donde los conservadurismos coinciden.
Por otro lado, tenemos el otro discurso fundamentalista, un discurso del miedo con las misma tácticas utilizadas durante la campaña para la aprobación del TLC (recordemos el memorando Casa-Sánchez http://donatien.wordpress.com/2007/09/09/memorando-de-casas-y-sanchez-a-los-hermanos-arias/). Se trata del discurso anticomunista dirigido (sin ningún tapujo) en contra del Frente Amplio: comunismo-sandinismo-chavismo. Primero, la noticia, después desmentida, del apoyo de la Juventud Sandinista al Frente Amplio.
Después, la entrevista en La Nación a la candidata a la vicepresidencia del FA, Dagmar Facio,. El titular presenta a Dagmar como admiradora del chavismo y no es sino hasta varios párrafos internos del artículo (los que en una lectura habitual de barrido pasan desapercibidos para los lectores) donde el periodista escribe que ella no cree que pueda implantarse ese sistema aquí. En el 2006, la familia de Dagmar, hija de Rodrigo Facio, fundador de Liberación Nacional, pidió la eliminación de su nombre del instituto de formación política del partido, así como la desvinculación de su imagen del PLN, puesto que los ideales iniciales ya no se cumplían.
Pero progresismo es equivalente a socialismo y socialismo a izquierda e izquierda a comunismo. Sin embargo, se olvida que Liberación Nacional es el único partido inscrito en la Internacional Socialista y es el que en los dos últimos gobiernos ha establecido grandes negocios con China, que sigue siendo un gobierno comunista, con control estatal, con grandes desigualdades y múltiples denuncias por la violación de derechos humanos. Pero, ahí sí, por beneficios económicos para ambos gobiernos y los pequeños grupos de poder económico, la etiqueta del tan temido comunismo se obvia.
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