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París, 14 de noviembre de 1913. El estudiante costarricense Clodomiro Picado Twight defiende su tesis de doctorado en la Universidad de París, ante un tribunal constituido por los doctores Caullery, Molliard y Rabaud, de la Facultad de Ciencias de La Sorbona. El título de la tesis: ‘Las bromeliáceas epífitas consideradas como medio biológico’. Podemos imaginar la emoción del muchacho, la solemnidad del acto, la sensación del deber cumplido, la nostalgia.
Picado, un talentoso joven cartaginés que enseñaba ciencias naturales en el Colegio San Luis Gonzaga, viajó a Francia en 1908, merced a una beca otorgada por la Asamblea Legislativa. Tenía un profundo interés por la historia natural y había recibido el influjo de destacados naturalistas nacionales y extranjeros, como José Fidel Tristán, Gustavo Michaud y Anastasio Alfaro.
En La Sorbona, Picado estudió en el Laboratorio de Evolución de los Seres Organizados, bajo la guía de Maurice Caullery. Aparte de los diversos cursos, Clodomiro Picado centró su interés en el estudio de las bromeliáceas epífitas, asombrosas plantas aéreas que crecen en las ramas o troncos de árboles en las regiones neotropicales.
Las bromelias acumulan entre sus hojas el agua proveniente de la lluvia y de la condensación de la niebla, formando pequeños ‘acuarios’ permanentes en las alturas. Hacia el exterior de la planta, se acumulan hojas viejas y un sedimento que constituye lo que Picado denominó un ‘terrario’.
Estas plantas aéreas fueron estudiadas a profundidad por Picado. Colectó muchas muestras en giras de campo en varias regiones de Cartago, y analizó ese rico material, aquí y en Francia. Sus estudios en Europa fueron interrumpidos temporalmente por la crisis fiscal desencadenada por el terremoto de Cartago en 1910. Su retorno Costa Rica lo aprovechó para colectar y analizar nuevo material, para luego regresar a la Sorbona, al restituirse su beca.
Su tesis fue muy novedosa. Trascendió la descripción de las plantas, para aportar un análisis de fisiología vegetal experimental con una perspectiva ecológica. Combinó las observaciones de campo con la biología de laboratorio. Analizó la composición química del agua acumulada en las bromelias y estudió la digestión de proteínas y carbohidratos efectuada en los ‘acuarios’ de las bromelias por enzimas sintetizadas por la planta. También investigó otros aspectos de su fisiología, para generar un amplio conocimiento del tema.
Picado mostró que las bromelias eran nichos aéreos, auténticos ecosistemas en los que diversos animales desarrollaban parcial o totalmente sus ciclos vitales. Como comunidad biológica, las bromelias constituyen, al decir de Picado, las ‘charcas aéreas del bosque virgen americano’, aportando como población un enorme volumen de agua en el que se alimentan, reproducen e interactúan muchas otras especies. Su estudio ofrece una perspectiva ecológica muy novedosa en su tiempo.
En la tesis Picado también describió con gran detalle la fauna bromelícola. Logró identificar 232 especies animales en las bromelias, de las cuales 49 eran totalmente nuevas para la ciencia. Su trabajo contiene abundantes dibujos, de gran belleza y precisión, de algunas de estas especies. La lectura de esta obra, incluida en el volumen 1 de las Obras Completas de Clodomiro Picado, publicadas en 1987 por la Editorial Tecnológica de Costa Rica, es un placer.
Además de sus estudios en La Sorbona, antes de regresar a Costa Rica, Picado se capacitó en el Instituto Pasteur, donde absorbió el efervescente mundo de la Microbiología Médica y de la Fisiología Experimental, la Medicina de Laboratorio. Esto tendría enorme importancia en su trabajo futuro.
Al retornar en 1913, se hizo cargo de la dirección del Laboratorio Clínico del Hospital San Juan de Dios. Con tenacidad, capacidad intelectual y visión institucional, convirtió dicho laboratorio en un centro de diagnóstico de gran relevancia para el hospital. Pero también en un núcleo de investigación científico-tecnológica en temas tan diversos como Microbiología, Análisis Clínicos, Biología, Fisiopatología Experimental, Patología Vegetal y otros saberes.
Su enorme obra científica, que se refleja en más de 100 publicaciones, constituye, sin duda, el nodo a partir del cual se desarrollaron buena parte de las ciencias biológicas y biomédicas en Costa Rica. A su enorme capacidad intelectual sumó compromiso social activo y un amplio interés por los problemas nacionales.
Al conmemorar el centenario de la tesis doctoral de Clodomiro Picado Twight, bien podemos decir que gran parte de las ciencias biológicas y biomédicas costarricenses se originaron en aquellas lejanas bromelias, aquellas plantas aéreas colectadas en los bosques de Cartago y estudiadas con pasión, en Costa Rica y en Francia, por este joven cartaginés, a inicios del siglo XX.
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