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Entre debates, charlatanes y política

Las semanas de campaña política que presiden las elecciones federativas de la UCR son un claro reflejo de la crisis de legitimidad, que no solo afecta al gobierno de Costa Rica sino que penetra en los sistemas electorales universitarios (es necesario tomar en cuenta que las elecciones para la FEUCR han mantenido un histórico porcentaje de abstencionismo). Alrededor del 75% (posible porcentaje de abstencionismo) del estudiantado sencillamente no se ve representado por los mismos políticos de siempre. ¿Será acaso por la charlatanería de los candidatos presidenciales en los debates (en especial los representantes de Progre y Convergencia)? Es deprimente observar el nivel de “discusión” que se genera en esta clase de encuentros, donde se puede encontrar de todo… menos ideas.

Las semanas de campaña política que presiden las elecciones federativas de la UCR son un claro reflejo de la crisis de legitimidad, que no solo afecta al gobierno de Costa Rica sino que penetra en los sistemas electorales universitarios (es necesario tomar en cuenta que las elecciones para la FEUCR han mantenido un histórico porcentaje de abstencionismo). Alrededor del 75% (posible porcentaje de abstencionismo) del estudiantado sencillamente no se ve representado por los mismos políticos de siempre. ¿Será acaso por la charlatanería de los candidatos presidenciales en los debates (en especial los representantes de Progre y Convergencia)? Es deprimente observar el nivel de “discusión” que se genera en esta clase de encuentros, donde se puede encontrar de todo… menos ideas.
El debate organizado por las asociaciones de estudiantes de Ciencias Políticas y Estudios Generales fue un ejemplo claro de por qué muchos estudiantes no le dan importancia a la FEUCR; las discusiones donde se tomara en cuenta un modelo educativo sencillamente brillaron por su ausencia. No obstante, las preguntas con una clara orientación personal fueron el grueso del pastel; agrupaciones como ¡Ya Basta! y Abran Paso intentaron desviar la discusión a temas un poco más relevantes, pero el bullying psicológico que les aplicaron las otras dos tendencias terminó prevaleciendo. Pero, todos los grupos se mantuvieron en la misma línea de cuestionamientos.Las discusiones en torno a las condiciones del préstamo con el Banco Mundial, la relación de la UCR respecto a la administración de los EBAIS, aspectos relacionados con el acceso a la educación universitaria estatal e incluso la vinculación de la educación superior al sector productivo, no tuvieron lugar en el debate.
Sin embargo, la charlatanería política no es exclusiva de debates ni campos publicitarios, ya que ha penetrado incluso en conferencias y conversatorios. En la misma semana del pleito por el órgano federativo universitario, se organizó un conversatorio sobre el modelo educativo actual. Este se llevó a cabo en el ITCR gracias a la iniciativa de un estudiante de dicho centro de estudios. El señor Eugenio Trejos Benavides, exrector de ese centro de estudios además de haber sido candidato presidencial del Frente Amplio, nos dio una excelente muestra de demagogia política de plaza, al mejor estilo sofista. ¿Pero por qué la crítica? Al parecer Trejos confundió el eje central del conversatorio y dedicó todos sus esfuerzos en realizar propaganda política (aprovechando la autoridad que tiene su nombre). Una lluvia de flores y halagos hacia el Frente Amplio pasó a ser el eje central de la exposición del exrector, incluso se encargó de diferenciar las políticas de izquierda con las de derecha, ejemplificadas con el Movimiento Libertario. La indignación no pudo ser mayor: ¿dónde quedó la seriedad de ese individuo? Bueno, al fin y al cabo se trata de un político, de ellos se puede esperar cualquier cosa.
Para las y los candidatos a la FEUCR como para Trejos lo importante es llegar al aparato, no importa cómo, ni siquiera importa la gente (lo que importa son las X que haya en las papeletas), y los demás órganos políticos que inundan Costa Rica no son excepciones (no se sientan especiales ni diferentes), basta con ver a la nueva Evita Perón (a la tica) repartiendo dientes “verdes”.
Creo que el mismo Villalta dijo que la política podía ser una actividad decente (ojo Trejos);  estoy completamente en desacuerdo: las ansias del aparato legitiman cualquier acto politiquero que logre beneficiar los intereses que hay en llegar al Ejecutivo y al Legislativo;  la política no beneficia a la clase trabajadora, sólo a la clase favorecida. Al fin y al cabo, la configuración del Estado tiene esa finalidad: favorecer a la clase burguesa. En vez de aspirar a esos aparatos ¿por qué no reconfigurar el Estado? Bajo esa realidad la política jamás podrá ser decente.
Los invito a dejar de lado las clases de Cívica impartidas por el Estado en el sistema educativo. Si usted realmente ama a la nación costarricense lo invito a no votar en las próximas elecciones, no sea parte más de ese juego político. Independientemente de quién llegue al poder habrá inflación (beneficiando a los exportadores), habrá desempleo (favoreciendo a la economía), habrá pobreza (para explotar laboralmente) y habrá desigualdad. No es cuestión de colores políticos, es cuestión del sistema económico y estatal.

  • Marco Garita Mondragón (Estudiante)
  • Opinión
Working Class
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