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Héctor Monestel: “Somos un partido clasista de los trabajadores”

Héctor Monestel: Somos un partido clasista de los trabajadores (Foto: Katya Alvarado)

Héctor Monestel: Somos un partido clasista de los trabajadores (Foto: Katya Alvarado)
El abogado y exsindicalista Héctor Monestel, candidato presidencial y a diputado en la provincia de Alajuela por el Partido de los Trabajadores (PT), no tiene problema en declararse marxista y socialista, en contraste con lo que él llama la “izquierda ligth”, que “trata de sacudirse de todo lo que es izquierdismo.”
Eso sí, el candidato del nuevo partido −que participa por primera vez en las elecciones− es crítico del llamado socialismo real que fracasó en la Unión Soviética y Europa del Este, del régimen chino y del progresismo o “socialismo del siglo XXI”, en boga en varios países latinoamericanos.

El ahora abogado de causas campesinas y sociales, recordó que tuvo una etapa escribiendo y haciendo teatro callejero; luego se vinculó con el naciente Canal 13 estatal a finales de los años 70. Después trabajó en el departamento de televisión del Instituto Nacional de Aprendizaje, donde fue secretario general del sindicato, para pasar posteriormente a la Universidad de  Costa Rica, donde también fue dirigente sindical y representante en el Consejo Universitario. El pasado viernes 8, UNIVERSIDAD conversó con el candidato.

¿Cómo se define ideológicamente el Partido de los Trabajadores?
−Somos un partido clasista de los trabajadores, y abogamos por una salida socialista a la crisis capitalista. No tenemos el problema de renegar −como lo hace la izquierda ligth de este país−, de sacudirse de todo lo que parezca a socialismo e izquierdismo. Somos del movimiento trotskista internacional, estamos organizados como un partido internacional: la Liga Internacional de los Trabajadores Cuarta Internacional, que fue la que fundó León Trotsky.
¿En qué consiste esa salida del capitalismo que plantean, cómo se haría?
−Sería cualquier cosa menos repetir la degeneración de la experiencia socialista que ocurrió en la Unión Soviética y en toda Europa del Este. Reivindicamos el marxismo y repudiamos el estalinismo, que es una degeneración de los principios revolucionarios que estaban a la cabeza de la primera revolución socialista en la historia de la humanidad.
¿No sería entonces un socialismo semejante al que existe en otras partes actualmente?
−Es que empezando por China, ni en broma puede pensar alguien que ese es un estado obrero, una sociedad socialista. Al contrario, ahí se ha restaurado el capitalismo y se ha abierto ese país a los grandes capitales imperialistas. Además, China misma está jugando un rol de saqueo y colonización de las riquezas de los países del llamado Tercer Mundo, incluso siendo un factor determinante de la correlación de fuerzas en la guerra de rapiña por los mercados que tienen los grandes centros imperialistas.
El llamado socialismo del siglo XXI que se ideologiza para América Latina a partir del chavismo, ha sido un fiasco teórico y político. Partidos y gobiernos de esa denominación progresista, como se les conoce, están teniendo un desgaste, y el gran denominador común es que ninguno está rompiendo con el capitalismo y con el imperialismo.
¿Una democracia obrera y socialista como la que ustedes plantean puede sobrevivir en el mundo del capital globalizado de hoy?
−Por eso los procesos revolucionarios o son internacionales o no son. El capitalismo es una economía mundial, el proceso de la internacionalización de la economía es un fenómeno mundial y uno no está pensando en un chovinismo que concluye que los procesos de lucha y revolución son en un solo país.
Y para un partido de esa línea ¿cuál es el sentido de participar en las elecciones en Costa Rica?
−Hicimos el esfuerzo por inscribir el partido a escala nacional (fue constituido en mayo del 2012) con la intención de posicionarlo en la vida política nacional y ofrecerlo como referencia de la izquierda clasista revolucionaria, tratando que el partido vaya construyéndose como referente y desembocando en un partido de la clase trabajadora.
¿Cuáles son las principales tareas que proponen?
−Proponemos el no pago de la deuda externa, una de las principales causas del déficit fiscal. Esta fue una bandera de lucha de la izquierda latinoamericana todavía a principios de los años 90. En Costa Rica más de un tercio de los presupuestos nacionales se van en pago de los intereses de la deuda externa. Ahí hay una fuente para la inversión en salud, educación, el deporte, salarios de los trabajadores.
Toda esa ofensiva y guerra sucia que ha desatado el capitalismo contra las conquistas sociales de los trabajadores y que hoy se siente con especial dramatismo en Europa, tiene su trasfondo en el endeudamiento. La deuda externa suele ser una deuda usurera, fraudulenta, que ha servido incluso para desatar aun más los elementos de corrupción en países como los nuestros.
¿Qué otras prioridades lleva el programa de gobierno?
−Una reforma que grave el capital. Es que no solo es el tema de la recaudación  de impuestos, que es ineficiente, sino el problema de la evasión y la exoneración en el pago de tributos. Hay todo un régimen de zonas francas que tiene cualquier cantidad de prebendas y exoneraciones. El empresariado costarricense está pidiendo que le bajen la luz y chantajean al país diciendo que si no lo hacen retiran sus inversiones, mientras que para el trabajador las tarifas son cada día más altas.
Un tercer elemento es la derogatoria de los tratados de libre comercio (TLC). Todo el mundo coincide que los tratados no han sido buenos, que en lugar de haber más empleo hay desempleo, en vez de más desarrollo para las comunidades, la salud y la educación,  van a recortarle al sector educativo; ahora quieren darle el 6% del PIB, cuando la obligación es el 8%.
Otro eje es una reforma agraria que le devuelva al agro costarricense su capacidad de producción, por lo menos de los granos básicos que come el costarricense. Estas ni siquiera son tareas propias de un gobierno socialista, sino de un régimen democrático burgués, pero no hay ningún sector de la burguesía llamada nacional que se eche encima esas tareas.
Y ¿no les preocupa que con la abolición de los TLC se le cierren los mercados al país?
−Eso, que es un paradigma político e ideológico, es una falacia. Nos están intentando decir que esa es la única manera de gestionar la economía y el comercio de un país y del mundo, y eso no es cierto.  Existen otras  formas de desarrollo de vínculos del país con el comercio internacional sobre otras bases como la cooperación, el comercio justo, la solidaridad entre los pueblos; no tiene que ser únicamente esta lógica de los  TLC.
¿Esas propuestas radicales no asustan a la gente y los aísla a ustedes políticamente?
−A propósito del temor de aislarse política y socialmente con un planteamiento tan radical, ¡por favor!, Figueres Ferrer fue más radical, José Figueres nacionalizó la banca, puso impuesto al capital, etc.
A sectores medios profesionales, académicos, cierta vanguardia acomodada y reciclada, intelectuales de izquierda en desbandada, a esos los asusta. Pero nosotros tenemos nichos. Estamos yendo a las comunidades y barrios obreros; ahí no hay estos dilemas de las vanguardias. Nosotros hablamos del salario, el derecho a la tierra, la salud, la vivienda, de soluciones a problemas concretos, de las cosas más elementales y eso no asusta a nadie.
No aparecemos en encuestas, pero estamos penetrando: en fincas bananeras, piñeras, migrantes nicaragüenses. Somos el único  partido que llevamos como candidato a un emigrante nicaragüense.
¿Cree posible convertir ese apoyo en una cantidad de votos suficientes para llevar representante a la Asamblea Legislativa?
−No nos vamos a cortar las venas si no logramos sacar diputados o presidente, porque para nosotros lo principal es que el partido queda colocado, no sé si a nivel electoral, pero no nos hemos formado para las elecciones, sino para las luchas, aunque entendiendo que nuestra participación es también para arrancarles votos de los trabajadores a los partidos tradicionales.

Prioridades del PT

-No pago de la deuda externa.
-Poner a tributar al capital.

-Derogar los TLC.

-Reforma agraria.

  • Jorge Araya 
  • País
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