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En el ojo del huracán, un santo llamado Ignacio

Este pasado jueves 24 de noviembre Costa Rica se vio afectada por el huracán Otto

Este pasado jueves 24 de noviembre Costa Rica se vio afectada por el huracán Otto, y por primera vez en muchos años en la historia de este país todos los costarricenses pasamos la noche en vela; sin saber qué tan graves serían los efectos del recorrido de este fenómeno natural por el resto del territorio, ya que la provincia de Limón es siempre históricamente la más afectada en estos casos.Sin embargo, en esta oportunidad la tragedia no solo tocaría al sector Caribe, sino también al Pacífico Sur y al Norte de la Nación.Por ello, la labor titánica que realizó el Gobierno en particular es de reconocer más allá de las ideologías políticas que nos rigen a cada uno o no, y que se hizo más que evidente días antes del desastre por medio de los principales medios de comunicación; que en realidad sirvieron mucho para retrasmitir los informes y orientaciones que el presidente Luis Guillermo Solís, junto con su equipo de ministros, la Comisión Nacional de Emergencias, la Cruz Roja, el Instituto Meteorológico Nacional y diversos organismos nacionales e internacionales, prestaron de manera constante en diferentes etapas del transcurso de esta emergencia nacional.Pero, ¿qué empañó la labor de cooperación y los reportaje de los medios de comunicación al informar y orientar a la población costarricense? Pues la insensatez, si se puede llamar así, por parte del director de Telenoticias, Ignacio Santos, quien en esta ocasión quedo más que en evidencia, en cuanto a su lectura parcial de los hechos de una noticia vital para la seguridad de gran parte de los costarricenses de la Zona Norte de este país.Y con esto me refiero como filósofa a la falacia y teatro mediático que montó en el cantón de Upala, junto con el alcalde de turno, quienes, aprovechando al medio de comunicación y el protagonismo desmedido por parte del señalado director, trataron de informar, si es que a eso le puede llamar “informar,” sobre la poca ayuda que supuestamente se le estaba brindando al pueblo de Upala por parte de la Comisión Nacional de Emergencias.En realidad lo único que se demostró fue la nulidad absoluta en cuanto a la ética profesional que le faltó al director de dicho medio de comunicación, en la entrevista realizada al alcalde de Upala, quien no dudó en hacer proselitismo del más burdo, respecto de las veces que ha sido nombrado “alcalde” y sobre la supuesta “preocupación” en torno a la escasa ayuda que se le estaba brindando a ese cantón guanacasteco. Mientras, el director de Telenoticias trataba de darle peso a la entrevista solo por su presencia en el sitio, aprovechando la coyuntura que había en el cantón, donde lo único que lograron fue perder tiempo valioso y hacer demagogia, en lugar de evacuar a una población que desde hacía días en todos los medios de comunicación se sabía que estaba en alerta roja.Esa obligación también es responsabilidad de los gobiernos locales, que cuentan con recursos suficientes para, en estos casos, poder enfrentar una tragedia de este tipo, más allá de los intereses partidistas que fueron evidenciados por toda la población de Costa Rica, como cómplices de una tragedia en uno de los pueblos más humildes de la Zona Norte.Por ello es impensable no reprochar públicamente esta acción, que no buscaba informar, como lo expresó este periodista, sobre una grave situación, cuando a la vista de todos los que pudimos apreciar la supuesta noticia, quedó claro el provecho que se quería sacar en ese momento de crisis nacional y que no solo empañó la labor de su equipo periodístico, el cual durante toda la transmisión del paso del huracán lo hizo lo mejor posible de acuerdo con las circunstancias, sino que puso en tela de juicio público el hecho, porque a estas alturas ya lo es: el amarillismo y sensacionalismo con el que este medio de comunicación lucra con la desgracia ajena una y otra vez…

  • Marisol Chévez Hidalgo
  • Opinión
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