Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
LA REPUBLICA. Martes 29 de marzo de 1988 15 EL MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES CULTO Manifiesta Con respecto a las denuncias hechas por la Embajadora de Costa Rica en España, señora Teresa Martínez Randulfe, sobre diversos asuntos conflictivos en torno a la misión diplomática a su cargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto ha realizado un estudio exhaustivo de ese caso. Oportunamente se le contestaron dos cuestionamientos planteados por ella con respecto a los funcionarios. Se solicitó una investigación sobre el particular al señor Procurador General de la República y, mientras ella se efectuaba, se suspendió temporalmente en sus funciones a la mayor parte del personal remunerado de la Misión. En la actualidad, y habiendo procedido a analizar detenidamente el informe rendido por el señor Procurador, así como a tomar diversas medidas para dar solución, en la medida de lo posible, a los principales problemas planteados, la Cancillería considera oportuno referirse en forma pública a la situación de la Embajada de Costa Rica en Madrid.
En primer lugar, como en diversas ocasiones lo ha señalado el Ministerio, es verdad que los recursos que se destinan al servicio exterior son insuficientes, y en consecuencia éste se ve limitado en muchas de sus gestiones. La Cancillería ha hecho y hace reiterados esfuerzos para lograr que las embajadas de la República cuenten con los fondos necesarios para llevar a cabo con dignidad. sin abandonar un marco de austeridad y economía, las funciones que les corresponden. Es bien sabido, por otra parte que la decisión final, sobre los incrementos que deban efectuarse en las partidas presupuestarias asignadas a las embajadas, no corresponde al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto que, sin embargo, realiza todos los esfuerzos posibles para que esos incrementos se efectúen en forma adecuada y oportuna.
En este sentido, tiene fundamento la aseveración de la señora Embajadora en el sentido que nuestra Embajada en Madrid no cuenta con los contenidos presupuestarios que sería de desear. Pero también debe señalarse que en idéntica situación se encuentran, por ejemplo, las restantes misiones de Costa Rica en Europa, cuyos titulares, actuando con orden y eficiencia continúan adelante con sus tareas.
Al respecto, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto debe señalar que prácticamente no hay ningún funcionario del servicio exterior que no haya de esperar un tiempo considerable antes de partir a asumir su cargo. Esto se debe a que desde el momento en que se efectúa el nombramiento, el proceso para la emisión de los giros toma corrientemente unos tres meses. El trámite está en manos de otros ministerios e instituciones, y no han tenido hasta la fecha éxito alguno los esfuerzos de la Cancillería por conseguir que se agilice. El Ministerio no tiene siquiera la posibilidad de disponer de una cuenta en dólares para satisfacer necesidades urgentes de las embajadas en caso, por ejemplo, de que se retarde la emisión de los cheques. Así las cosas, y salvo el excepcional caso de algunos funcionarios con abundantes recursos económicos propios, todo el personal diplomático y consular de la República se ve en la necesidad de permanecer en Costa Rica por algún tiempo, para ajustar una suma adecuada y poder efectuar los depósitos de rigor en materia de alquiler e instalación en el país de destino. La señora embajadora Martínez conoce bien este tipo de dificultades, ya que ella misma permaneció en Costa Rica varios meses después de su nombramiento.
Pero ninguna ha llegado al extremo de dejar de pagar alquileres, teléfono y otros servicios esenciales cuya supresión equivale a cerrar la sede.
En segundo lugar, con respecto a los problemas de personal, señalados por la Embajadora, cabe señalar que ella no ha sido consistente en sus quejas, y ha variado de criterio con respecto a distintos funcionarios de la Misión. En un caso, manifestó haberle dicho a una funcionaria que le limitaba su horario por considerarla incapaz de cumplir las tareas que debía, y más tarde ha declarado no tener contra ella queja alguna. En otro caso, acusaba de un ausentismo total a un funcionario y posteriormente aclaró que la acompañaba a actos culturales, en todo caso, este funcionario ya ha presentado su renuncia al Viceministro de Relaciones Exteriores y Culto. En cuanto a una tercera funcionaria, de la que la Embajadora dijo que no se presentaba a laborar, la funcionaria señaló más tarde al Procurador General que tenía un problema personal con la Embajadora y que ésta le impedía el ingreso en la Misión. Esta funcionaria también ha renunciado. La Embajadora denunció, además, que un cuarto funcionario que también ha presentado ya su renuncia había cobrado todos los sueldos desde su nombramiento, sin haber llegado a trabajar, y a la postre ha resultado que solamente había retirado uno de sus giros. Otro funcionario de la Embajada fue trasladado a otra sede.
Sin embargo, debe reconocerse que en algunas misiones existe desde años atrás y como en otros sectores de la administración pública un exceso de personal. Pero si bien este es un problema que debe ser corregido y en la actualidad, algunos funcionarios están siendo trasladados a misiones donde su concurso resulte de mayor utilidad que en las que han laborado hasta ahora resulta falso manifestar o dar a entender que la supresión de esas plazas y el reparto de los correspondientes salarios entre las embajadas vayan a permitir satisfacer los faltantes en el servicio exterior, ya que no guarda proporción una cosa con la otra.
Es cierto que casi todos los funcionarios de la Embajada de Costa Rica en Madrid tardaron varios meses en trasladarse a la capital española y que cuando lo hicieron tenían varios salarios acumulados.
Para la Cancillería constituye una preocupación constante y un proceso continuo el mejoramiento del servicio exterior, tanto en su calidad profesional, como en el de las condiciones económicas que le permitan desarrollar a cabalidad su labor. Sin embargo, en este empeño es requisito fundamental, la colaboración de otros ministerios e instituciones, así como una actitud responsable de los sectores políticos.
En tercer lugar, es cierto que algunas embajadas de Costa Rica no exclusivamente la de Madrid han tenido dificultades de comunicación e información con el Ministerio, en particular en lo que se refiere a la Dirección General de Política Exterior, encargada de conocer, tramitar y dar respuesta a los reportes y requerimientos de las misiones. Nuevamente debe hacerse mención de las limitaciones presupuestarias que han impedido a esa oficina contar con el número necesario de funcionarios idóneos decorosamente remunerados y con diversos recursos materiales para atender en forma satisfactoria y expedita las demandas de las embajadas.
Sin duda alguna, las dificultades suscitadas en torno al tema de información y comunicación se verán solucionadas en su mayor parte en fecha muy próxima, cuando de inicio su actividad una red computadorizada que vinculará a la Cancillería y otras instituciones nacionales e internacionales con las embajadas más importantes, a fin de que estas puedan obtener directamente toda la información que requieran. De esta manera quizá no se requiera más personal para atender las consultas especiales que formulen las embajadas porque ese equipo facilitará enormemente las labores. También se van a poner en ejecución programas para modernizar los archivos y reglamentar de modo más adecuado otros diversos campos de las actividades del Ministerio, tanto en lo interno como en el servicio exterior.
De todo lo expuesto puede concluirse que muchos de los problemas y dificultades que existen en las embajadas de Costa Rica, y que en el caso de la de España han sido hechos públicos por la embajadora Martínez Randulfe, con un carácter sensacionalista, no pueden ser resueltos por el Ministerio en forma exclusiva, ni tampoco de inmediato, especialmente en lo relativo a asignación de recursos y agilización de trámites.
Después de todos los diferentes análisis que se han hecho de la situación entre el Presidente de la República, el Ministro y el Viceministro de Relaciones Exteriores, el Procurador General de la República y la Embajadora, y ante la circunstancia de que las soluciones al alcance del Ministerio, especialmente en lo económico, no satisfacen sus requerimientos y de que no se llegó a un acuerdo sobre el particular, la señora Martínez decidió presentar desde ahora su renuncia, la cual comunicó al Presidente de la República, manifestando que desea hacerla efectiva a más tardar el 15 de julio, a fin de finiquitar algunos trabajos que ha señalado tener pendientes y proceder, con el protocolo de rigor, a despedirse del Gobierno de España y de sus colegas del cuerpo diplomático acreditado en Madrid.
San José, 28 de marzo de 1988 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.