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pot. det at BV ASSES 18 LA REPUBLICA. Viernes 16 de diciembre de 1988 COMENTARIO INTERNACIONAL El Voyager abandona nuestro sistema planetario Por: Rudolf Merget HAMBURGO (DPA. La sonda espacial Voyager 2, lanzada en 1977 por los científicos estadounidenses, viaja ahora hacia el planeta Neptuno, el segundo más alejado del sol, y lo pasará el 25 de agosto de 1989, para perderse después en las profundidades del cosmos. Para entonces, el único planeta del Sistema Solar no explorado aún por ingenios construidos por el hombre será Plutón, el más lejano de todos. AS dos sondas Voyager habrán representado, hasta entonces, el mayor éxito científico de la navegación espacial no tripulada, habiendo transmitido a la Tierra una profusión de imágenes y datos de todo género del espacio interplanetario tan asombrosa que han modificado sustancialmente la comprensión científica del Sistema Solar.
El 25 de agosto próximo, el Voyager sobrevolará el polo norte de Neptuno a 000 kilómetros de distancia. Tritón, un satélite de Neptuno, verá pasar la sonda a 43. 000 kilómetros de distancia. El instrumental de a bordo, cumpliendo el programa de exploración que le fue encomendado por los científicos de la NASA, llevará a cabo una vasta serie de mediciones de datos de ambos cuerpos celestes.
Ambas sondas llevan ya 11 años de viaje por el Sistema Solar y continúan funcionando. Voyager fue el primero en ser lanzado, el 20 de agosto de 1977, mientras que Voyager fue disparado más tarde, el de septiembre del mismo año, hacia los planetas más alejados del Sol.
La lista de éxitos de ambos ingenios artificiales es larga e impresionante.
Entre otras cosas descubrieron volcanes en actividad en la superficie de lo, una de las lunas de Júpiter, otras tres lunas del planeta cuya existencia se desconocía y un sistema anular jupiteriano. De los anillos de Saturno llegaron a la Tierra imágenes extraordinariamente nítidas y de seis satélites desconocidos. En torno a Urano las sondas detectaron nueve nuevas lunas. De Neptuno y Triton ya fueron transmitidas a la Tierra las primeras fotos, tomadas desde 400 millones de kilómetros de distancia.
En principio, la misión de las dos sondas era explorar únicamente a Júpitery Saturno. Pero el éxito del viaje superó todas las previsiones y la NASA amplió la misión Voyager con la exploración adicional de Urano y Neptuno.
Mientras que Mercurio, Venus y Marte, los más próximos a la Tierra, forman con nuestro planeta un grupo relativamente cercano al Sol, con distancias al astro rey que oscilan entre 58 y 228 millones de kilómetros, los planetas exteriores Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón giran en torno al Sol en órbitas que se hallan a distancias comprendidas entre 78 y 900 millones de kilómetros.
Una constelación planetaria extraordinariamente propicia, que sólo se da cada 179 años, permitió a los dos Voyagers llegar a Júpiter en menos de dos años y a Saturno en cuatro años.
Hasta llegar a Neptuno, el Voyager necesitará 12 años, desde que fue lanzado.
Ambas sondas, idénticas, pesan poco más de 800 kilogramos. Sólo las variaciones de rumbo requieren órdenes enviadas desde la Tierra. De todas las demás funciones se encargan las computadoras de a bordo. Los cerebros electrónicos pueden reaccionar a hechos exteriores o bien poner en práctica órdenes memorizadas que les fueron transmitidas por los científicos en algún momento del viaje.
Debido a su extraordinario alejamiento del Sol, las sondas no pueden trabajar con baterías solares, pues sólo generarían una energía demasiado débil. La energía eléctrica es proporcionada por generadores termoeléctricos alimentados por radioisotopos.
En Neptuno el Voyager hallará un planeta cuya distancia media al Sol es de 500 millones de kilómetros y que tarda 165 años en describir una órbita completa. Tiene 50. 000 kilómetros de diámetro (por 12. 700 kms. la Tierra) y 17 veces la masa de nuestro planeta. Sus dos satélites, Tritón y Nereida, presentan características particulares.
Con la visita de Neptuno terminará para el Voyager la fase de exploración activa del Sistema Solar, para perderse luego en el espacio galáctico. Para el Voyager la misión exploratoria terminará ya, debido a las leyes de la mecánica celeste, después de aproximarse a Saturno. Ambas sondas errarán por el espacio llevando a bordo, para el caso hipotético de que algún día encontrasen vida inteligente en el espacio, un mensaje visual y sonoro grabado en una placa. Podria ser que el mensaje fuera recibido por alguna hipotética civilización extraterrestre después de millones de años y que para entonces ya no existiera la civilización terrestre.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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