Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
Jueves 28 de Enero de 1993 LA REPUBLICA A9A Opinión Espigando colores Direccion Barrel HEMEROTECA Biblioteca CHISPORROTEOS ARMANDO ALFAROO Nacional ALBERTO CANAS Cuando terminaba ayer de escribir sobre la novela de Tatiana Lobo, me hice una reflexión que quiero compartir con mis lectores.
Una reflexión sobre la contribución verdaderamente impresionante de las mujeres a las letras costarricenses en 1992.
Cito en orden alfabético estos cuatro nombres: Julieta Dobles, Astrid Fischel, Tatiana Lobo y Virginia Zúñiga Tristan El sexo masculino no puede aducir en su descargo un bagaje parecido ni de tanto peso como el de las mujeres.
Hablando con un amigo acerca de artistas, me dijo, y muy serio: Mira Padre, es que cuando un artista te pega, te pega. No le hice mucho caso entonces a una frase ya seis años vieja. Pero la semana pasada tuve la suerte de entrar al Banco de Costa Rica para ver la actual exhibición de pinturas, y así se me hizo realidad lo que antes no había entendido muy bien. La obra de Vicente Fabris Luna, un pintor de Orizaba, Méjico, ime pegó y de veras. Fabris tiene algo importante para mí y creo que para el común denominador de un público que gusta admirar la forma, el color y la ubicación, de aquello que mira y observa. No es un pintor modernista, ni salta al cubismo, ni quiere el simbolismo de líneas o color. Su fuerza está en la imagen real de un recuerdo vivido en el largo caminar de una vida que observa, escucha y pondera. Fabris traslada al lienzo lo concreto de una vida que se atora o fenece en la pasión de un juego, o que se levanta en aras de la fantasía suprasensual, para encontrarle sentido a la vida.
Yo siempre he creído que en la mente de un artista, sea pintor, músico, dibujante, literato, en fin, toda persona que se dedica a alguna de las bellas artes, y no importa si es de hoy o de ayer, siempre cabe esperar la presencia de una inmensa riqueza de valores culturales, morales y espirituales, que y irrumpen de pronto afanosos a la luz de la realidad planetaria, movidos por ese instinto y vocación perenne del hombre para la comunicación.
Cuando el hombre se comunica, está siguiendo la dinámica de Dios en sus relaciones con el mundo y sus criaturas. Más aún, está ejerciendo el don de Dios o privilegio para darse a conocer, para enseñar mediante el uso de expresiones, figuras, sonido, luz y color. El artista expresa en su arte la sabiduría que anida en su inteligencia, que la quiere comunicar y que desea dejar plasmada en un fenómeno real que casi siempre evoca una experiencia o un deseo. Seguramente, por esto mismo, algunos llamaron a Dios el gran Arquitecto del Universo y de seguro, por esto, el salmista escribió: Los cielos cuentan la gloria del Señor, proclama, el firmamento las obras de sus manos. Un día al siguiente le pasa el mensaje y una noche a la otra le transmite el dato (S. 19. No terminaba de admirar la obra titulada El gran juego. metiéndome dentro de la pasión de aquellos viejos, apasionados unos, pensativos otros y algún burlón al margen, cuando alguien llamó mi atención para que observara la fantasía en silueta de si no existieras tú. pornografia. Jamás. una deslumbrante forma de percibir la nobleza del amor y la angustia de la ausencia. en todos los motivos, una exhuberante fuerza de las cosas bellas que ofrecen la vida en sus más nobles expresiones.
Hay paz en esa exhibición de arte del Banco de Costa Rica. Como un mensaje que aflora en medio de la vorágine de un mundo que a veces olvida su bondad y la alegría de vivir, para decirnos que todavía queda la esperanza de un mundo mejor.
Sali del banco en reflexión espiritual, consciente. Miré a mi alrededor y aquel mundo de comercio seguía trotando igual, en estampida de pasos hacia la nada, de gritos llamando a nadie, de ventas, chucherías, loterías. movimiento que tal La República Jorge lità vez algún otro artista capte para la posteridad, con colores reales como los de Fabris, o en pinceladas de modernismo, no importa, que siempre serán rastros de una historia que los hombres protagonizamos cada día, cada tarde, cada noche. La historia de la supervivencia, de la vida y de la muerte, en peregrinaje constante hacia una meta final, cuyo misterio podemos atisbar con Agustín: nuestro corazón inquieto está y no descansará, hasta que no descanse en Dios. Gracias don Vicente Fabris Luna, pues desde México, me trajiste esos momentos tan bellos!
El poemario Amar en Jerusalén. de Julieta Dobles, es la consagración de la autora como la poetisa más importante de su generación, y quien sabe si no de toda nuestra historia literaria. Cuando uno agrega a su nombre los de Carmen Naranjo, Mía Gallegos y Ana Istarú, puede llegar a la conclusión de que, haciendo abstracción de los consagrados Azofeifa, Cardona Peña y Albán, el porvenir de la poesía costarricense parece estar en manos de mujeres.
La conjunción de dos libros: Consenso y Represión. y El Uso Ingenioso de la Ideologia en Costa Rica. consagran a Astrid Fischel no solo como una de nuestras más importantes historiadoras, sino también que no deja de ser importante como pensadora y ensayista. Su visión bien centrada de la educación costarricense fomentada y encadenada por los liberales de finales del XIX y comienzos del XX, es un planteamiento original, una revisión de algunos lugares comunes, y una invitación a que nos formule mos una nueva versión de nuestra república liberal, cuya debilidad aparentemente mayor, Astrid Fischel ha encontrado y denunciado. Los retos educativos de los 90 OLIMPIA LOPEZ La novela Asalto al Paraíso de Tatiana Lobo nos revela una escritora en el mejor sentido de la palabra, y señala lo que ojalá constituya una revolución en el tratamiento literario de la prosa por parte de los costarricenses. Tatiana Lobo se incorpora al grupo de narradoras femeninas cuya otra representante de importancia en 1992 fue Linda Berrón. Ellas dos, Julieta Pinto, Carmen Naranjo otra vez, Virginia Grutter, Alicia Miranda, Emilia Macaya, Dorelia Barahona, van conformando una intere.
sante constelación.
dal Los noventa se han caracterizado por la irrupción de nuevas formas de relaciones económicas, comerciales y productivas que han provocado inestabilidad, confusión y polémica en el país. pesar de las diversas perspectivas con que pueden analizarse estos hechos, hay algunos elementos que no es posible desconocer: las fronteras se han ampliado y la protección a la producción nacional cada vez será menor, la producción de bienes o servicios debe ser lo suficientemente buena para competir con la de otros países, la organización de la sociedad debe ser repensada para que la mayoría pueda generar y disfrutar la riqueza nacional, en el marco de auténticos valores democráticos.
La nueva situación internacional ha desplazado las posibilidades de competencia de la mano de obra barata al conocimiento y la posesión de ciencia y tecnologia.
Esto es fundamental para poder enfrentar las nuevas reglas del juego.
Estas ideas no son nuevas, sin embargo, en el presente deben ser enfrentadas inevitablemente para intentar el desarrollo.
Lo interesante del nuevo estado de cosas es que obliga a pensar en el nivel educativo de la población, en las herramientas intelectuales, las destrezas y actitudes que la caracterizan. Esto porque no es posible producir con calidad en cualquier campo, sin el concurso de todos. Se han globalizado los problemas, pero también las posibles soluciones. Los japoneses y las nuevas teorías de la administración que ponen en práctica así lo demuestran, la participación es el elemento clave para la eficiencia productiva. Profesionales con alto dominio de la ciencia y la técnica, son tan importantes como el obrero que garantiza la realización de las operaciones responsablemente. Los resultados que han obtenido lo reafirman sin ninguna duda.
Aquí es donde una nueva perspectiva de la educación entra en juego. Los límites entre lo formal (educación institucional jerarquizada que conduce a grados o títulos) y lo no formal (educación con fines de capacitación y formación general que se asume desde diversos ámbitos)
deben disminuirse. Lo deseable es establecer vinculaciones que den flexibilidad al sistema y favorezcan desarrollo y la capacidad productiva de la población en general.
La concepción de educación como inversión de los 70 dejó como saldo positivo una serie de programas en este campo, los que a pesar de haber devenido en subprogramas, mal financiados y peor administrados, pueden servir de punto de partida para la transformación requerida. Esto implica superar la concepción asistencialista y limitada que los sustenta para inyectarles el dinamismo del pensamiento y la acción humana. El país cuenta con los recursos humanos para realizarlo, sin embargo se desperdician talentos y premia la mediocridad cuando los puestos se asignan a quienes no están capacitados para desempeñarlos.
Es urgente unificar, a partir de una perspectiva teórica, pedagógica y administrativa renovada, una serie de programas y proyectos que hoy funcionan bajo el adjetivo de educación de adultos. La dinámica social nacional e internacional hace necesario incorporar a una serie de grupos que salen del sistema formal por diversas razones. Los adolescentes padres de familia, independientemente de su extracción social, y los niños mendigantes, son un ejemplo de ello en este país.
Quizá un primer paso por parte de las instituciones del Estado a quienes corresponda asumir este reto, sea la realización de un diagnóstico riguroso que mida el impacto social de estos programas y proyectos y precise las limitaciones que se deberán subsanar para la tan necesitada y urgente renovación.
Finalmente, Virginia Zúñiga Tristán, que al escribir la historia de la Orquesta Sinfónica Nacional dio un ejemplo de dedicación, de sabiduría investigativa y de consagración a la tarea de las letras. Fina critica literaria y concienzuda investigadora filológica (su diccionario de anglicismos costarricenses es ejemplar. en los últimos tiempos ha estado buceando en nuestra música, y su trabajo monumental sobre la Orquesta Sinfónica (y sobre todas las orquestas del pasado) es como la consecuencia de su investigación de hace algunos años sobre la soprano Zelmira Segreda. Mujeres como Virginia Zúñiga Tristán, como Yadira Calvo, Margarita Dobles, Clotilde Obregón, están marcando caminos. No todas aparecieron en librerías en 1992, es claro, pero la constelación femenina es seria.
No debo olvidar, al comentar el aporte de las mujeres en 1992, la linda memoria que sobre los primeros años políticos de don Pepe Figueres nos dio su primera esposa Henrieta Boggs: Casada con una Leyenda.
Aunque no es costarricense, escribió este libro como si lo fuera.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
Este documento no posee notas.