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4C LA REPUBLICA. Domingo 21 de Febrero de 1993 Domingo Viaje al San José de 1900 n viaje al San José de 1900 para mirar entre la niebla del recuerdo a nuestros antepasados o ver el testimonio gráfico de algunos hechos históricos, es lo que ofrece el Museo de Fotos. Los mejores clientes son los alema.
nes, debido quizás al amor que tienen en ese país por las antigüedades y el pasa do. mí me asombra el desinterés de los costarricenses por su propia historia.
Una anécdota refleja muy bien esta si: tuación. Hace unos días una pareja llegó al museo y, según aseguró don Frank estuvieron como una hora viendo las fotografias, especialmente las de San Ramón. Siendo ambos de esa ciudad, esperé que llevaran a sus paisanos la idea de vi sitar el museo, pues en las fotografias hay antepasados de muchas familias de San Ramón. Sin embargo, nadie vino.
223 Nada quedó por fuera EMILIA MORA GAMBOA La República Trescientas cincuenta fotos tomadas entre 1900 y 1930, es la herencia que Ma.
nuel Gómez Miralles dejó para la posteridad.
Este fotógrafo, quien aparentemente fue el primero en el país que trabajó en exteriores, salió a la calle a captar escenas que de otra manera solo conoceríamos por la palabra impresa.
Con una mentalidad adelantada para su época, y con un equipo muy simple, Gómez Miralles logró plasmar para siempre al costarricense de principios de siglo y los hechos que marcaron momentos importantes en el desarrollo del país.
Pero la conservación de este tesoro no se dio por casualidad y detrás de las fotografias en exhibición hay una historia que se inició en Alemania y aún no concluye en Costa Rica.
Castillo La República Mecánico y fotógrafo Frank Schlicker Schindlbeck nació en Alemania, y siendo un niño se trasladó con su familia a vivir a Nueva York. Ahí conoció a dos ticos, quienes lo invitaron a visitar Costa Rica.
Tanta fue la insistencia que Frank decidió venir acompañado de su esposa y le gustó tanto el país desde el principio, que decidió quedarse. De eso hace 46 años. Lo curioso es que mi amigo, Francisco Meléndez, regresó a Nueva York y yo Frank Schlicker me establecí aquí, donde nacieron mis muestra parte de la dos hijos Roberto y Ana Teresa. contó colección de fotodon Frank.
grafías antiguas Como veterano de guerra, el Gobierno que exhibe en el estadounidense le pagó sus estudios en la museo.
Universidad de Costa Rica (UCR. donde ingresó para estudiar Ciencias Económi.
cas durante cuatro años.
Manuel Gómez Miralles. Se hicieron por el país y estuvo presente en hechos Pero lo que más le gustaba era la me muy amigos y él le ofreció venderle el arimportantes, que vale la pena recordar.
cánica y en eso empezó a trabajar. chivo de su colección de fotos.
En este momento, don Frank está en Enamorado de este oficio, confeccio No la quise comprar en ese momen capacidad de reproducir las fotografias no equipo de laboratorio para la Fábrica to. Pero cuando murió, decidí adquirir de su museo, porque piensa que la histoNacional de Licores, el Ingenio Victoria la. Eran 350 placas, conservadas con mu ria contenida en ellas es tan grande que y la Universidad de Costa Rica, entre cho orden en cuanto a nombres y fechas: no es justo que se pierdan en la indifeotras empresas.
todo lo tenía con un indice perfecto. rencia de la gente.
Luego conoció al fotógrafo social, el Don Frank empezó pacientemente a catalán José Ballester Balagué, quien le hacer las fotografias basado en las placas dio trabajo como su ayudante.
que había comprado y hace un año deciLos mejores clientes Pero a los quince días ya me había dió abrir un museo para mostrarlas al independizado. Los tiempos eran dife público.
Pero pese a que esta colección es el rentes y no había tanta competencia co Realmente es impresionante el traba retrato de Costa Rica, no son los naciomo ahora. dijo Schlicker.
jo, porque las fotografias no se refieren a nales quienes más se acercan al museo, Fue entonces cuando conoció a donun solo tema, sino que don Manuel viajó sino los extranjeros.
Con una visión clara de lo que valía la pena rescatar y una excelente calidad, Manuel Gómez Miralles logró un impre sionante trabajo gráfico.
Las fotografías muestran indígenas de Talamanca en 1900, quienes asustados se quedaron muy quietos ante el hombre blanco que con su cámara les robaba el espíritu.
Pero igualmente asustados y serios quedaron los sencillos josefinos, quienes enfundados en sus tiesos trajes de antaño posaron para el atrevido fotógrafo.
Familias enteras formadas por damas de recia contextura, niños obligados a permanecer quietos y hombres con ceño adusto, o bien jóvenes mujeres con cara de virgen de estampa, pueden observar se en varias de las fotografías.
También el bello paisaje de una finca en Juan Viñas, una vista aérea de San José y de La Sabana, las calles del barrio Amón, la ampliación al Teatro Variedades o la finca del padre Valenciano en De.
samparados, forman parte de la valiosa colección.
Es lindo observar a los dependientes de la zapatería de Apolinio Brenes en Cartago, ver una exhibición de sombreros, conocer la tienda de Paco Aymerich y la fábrica de confites de Paco Fonseca, o admirar a dos campesinas de 1922.
También puede trasladarse con don Julio Acosta hacia el congreso, asistir a la boda de Pedro Prado; ir a un paseo a la finca La Fortuna, donde los caballeros iban elegantemente vestidos con saco, corbata y sombrero, y las damas con traje largo; o ver al padre Kern frente a la iglesia de Alajuelita.
Pero, además, puede impresionarse con los daños que ocasionó el terremoto de Cartago en 1910 o el dolor ante la tra.
gedia del Virilla, donde murieron 360 personas. Gómez Miralles logró conser.
var la visita del famoso Charles Lindbergh a Costa Rica en 1927, el entierro de los aviadores italianos que murieron en una exhibición aérea en 1928 o los solda.
dos costarricenses que fueron a la guerra con Panamá en 1921. Esto es parte de la vida, es la vida misma. dijo emocionado don Frank Schlicker, y tiene razón, su museo es un viaje en el túnel del tiempo hacia un pasado que no podemos ignorar. El museo está ubicado 75 metros al norte del hotel Balmoral.
El horario de atención es de lunes a viernes de a. a 11:30 a. y por las tardes de 1:30 a p. Los sábados solo abren por la mañana.
La entrada tiene un valor de 200.
casto la Republica Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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