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4C LA REPUBLICA. Domingo 28 de Febrero de 1993 Domingo Uno como todos Aloe sus 26 años lleva una vida normal. Casi todo lo hace él mismo.
Tiende su cama, se baña, viaja en bus, trabaja y por ello recibe una ayuda económica.
ADRIANA QUESADA Para La República Siendo muy joven quedó huérfano de padre y madre. Su abuela, doña Amparo lo tomó y le dio todo su cariño. Sin embargo, nunca lo sobreprotegió.
Esto último ha sido fundamental para que Arturo Alejandre se adaptara la vida social. Hoy se vale por sí mismo.
Al igual que él, muchas personas con Síndrome de Down llevan una vida normal. Esto se logra gracias a los programas de estimulación temprana, en los cuales un grupo de profesionales les enseña las conductas básicas y orienta a los padres para su educación.
La integración de los Síndrome de Down comienza en el seno familiar y se extiende al resto de la sociedad. En este sentido, lo primordial es tener en cuenta que son seres humanos, con derechos y necesidades.
Son más de 50 las características que distinguen a las personas que padecen este problema, entre ellas están: ojos oblicuos, nariz y orejas pequeñas, pelo lacio, mandibula pequeña, tendencia a sacar la lengua y retardo mental. Se le conoce como síndrome por la agrupación de características; Down es el nombre del médico que lo descubrió.
El Síndrome es causado por un exceso de información genética.
Los seres humanos normalmente contamos con 46 cromosomas en cada célula, que codifican las características del individuo. Lo particular de estas personas consiste en que tienen un cromosoma más.
La probabilidad de que nazca un niño con este problema es de uno en en ca.
da 600 nacimientos vivos. No obstante, es más común en madres de edad madura. Una mujer de 20 años tiene una posibilidad de uno en 2000 y una de 40 años, de uno en 20.
El desarrollo de destrezas varia de acuerdo con la estimulación que se les haya dado cuando niños. Las personas con Síndrome de Down son reflejo de la educación que reciben. afirma Cida Sales, profesora en el Centro de Psicotera.
pia y Estimulación Precoz.
En este sentido, desde hace poco más de un año, el Hospital Nacional de Niños tiene una entidad especial para tra.
tar esta deficiencia. Según el Dr. Manuel Saborio Rocafort, especialista en genética y metabolismo, su labor es sacar el máximo del potencial fisico y mental de los bebés para que, reduciendo los problemas médicos, se logren integrar en la sociedad.
Por otra parte, cuando se habla de integración, hay que tomar en cuenta la necesidad de trabajo. Actualmente existen una serie de talleres laborales en los que las personas discapacitadas pasan la mayor parte de día ocupados y bajo la atención de un educador especial.
Otra opción, aunque no está generalizada, es conseguir que las empresas los contraten en puestos que se adapten a su condición.
Arturo asiste al taller laboral Atjala, ubicado en Cartago.
Su trabajo consiste en doblar bolsas plásticas de basura y empacarlas. Esto le ha dado la oportunidad de compartir on otras persona nas, desarrollar destrezas y aumentar su autoestima.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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