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4C LA REPUBLICA. Domingo 14 de Marzo de 1993 Domingo Cabalgata a la tierra prometida ELBERTH DURAN De La República RPURUCA ntre el bullicio de una ciudad pujante acabó la cabalgata para don Aníbal Monge, de 73 años, y para dos niños de escuela: José lberto Calderón Zúñiga y Wilbert Calderón Rojas, de ocho años, procedentes de la zona de Los Santos. José hizo el viaje a lomos de un burro llamado Chumico y Wilbert siempre a horcajadas sobre una yegua canela.
Junto a ellos entraron a la iglesia de San Isidro de El General otros 25 compañeros de aventura, incluido yo, el más inexperto de todos y, por supuesto, el que resentía con más intensidad el castigo voluntario de la cabalgadura en las posaderas.
Se había cumplido así la segunda cabalgata entre Desamparados, tierra madre de pueblos. y el siempre rico y prometedor valle de Pérez Zeledón, 135 kilómetros al sur.
This do total, estimado en unos 150 kilómetros. décadas del actual.
Precisamente, para recordar la valenTierras para cabalgar tía y resolución de aquellos hombres y mujeres es que el grupo hípico Eliécer Lele Refugio de pioneros Monge, de Desamparados, decidió empren.
El viaje había empezado y medianoche y der el viaje hasta San Isidro. su empeño del jueves 25 de febrero en Higuito de De En una encenada, al lado de la carrete se unieron jinetes de la zona de Los Santos samparados y se prolongó por caminos ru ra, exactamente en el kilómetro 76, alcan. Santa María de Dota, San Marcos de Tarales, senderos de fincas, potreros y para zaron el viejo refugio, el mismo que usaron rrazú y San Pablo de León Cortés. jes montañosos. Solo hubo en un tramo en los pioneros durante el durísimo tránsito que fue inevitable el gélido asfalto de la Ca. por el Cerro de la Muerte a principios de rretera Interamericana.
siglo. Aquellas jornadas eran extenuantes Santa María de Dota les dio el regocijo a lomos de caballo o a pie y en condiciones Desde el frio de la primera noche. El primer descenso de frío extremo.
se produjo en la cumbre de una sierra fe De la edificación declarada patrimonio El viernes, se sabía, era el día de descanraz, después de un recorrido agotador en el nacional, quedan solo el emplazamiento so para animales y hombres porque la jor.
que se los vió pasar hechos una nube de original, los horcones, algunos batientes y nada de sábado se presumía como realpolvo y risotadas. La alegría de sus bromas partes de paredes. Todo lo demás ha sido mente fue agotadora.
y cuentos se prolongó en todo el viaje, co reconstruido: paredes de barro, pisos, cie las dos de la madrugada, a más de 000 mo cuentas de un rosario de fábulas. Re lo raso y divisiones de madera. Una mesa metros de altitud y con un cielo tan despecuerdos, anécdotas, presagios y cuitas de de fogón es el corazón de la casa. Al este jado mientras se podía caminar bajo las es amor y de trabajo fueron quedando endil tiene un techo volado que da resguardo a trellas, el jefe de la cabalgata, José Monge gadas en los contornos del alto del Tabla los caballos cuando llueve, y en su exterior Mora, y su hermano gemelo, Daniel, dieron zo, Colpachí, El Alumbre, San Antonio de varias placas recuerdan los nombres de la señal para comenzar el último recorriCorralillo, Santa Elena, Frailes, El Alto del tantos valientes que por allí pasaron. do.
Abejonal, San Pablo y San Pedro de Tarra El refugio fue construido por don Ricar Primero rezamos. Ese gesto de humilzú.
do Jiménez, presidente de la República, en dad colectiva dentro de un refugio históriA la lista de caseríos pintorescos, bos 1936. El gran líder liberal, cuya huella en co, frío y oscuro, fue conmovedor; daba a ques y frescas arboledas por donde pasa la historia política nacional persiste toda la misión de aquellos hombres, gente sen ron, se fueron sumando otros escenarios: vía, destinó una cuadrilla especial de tra cilla y acostumbrada a trabajar en el cambarrancas profundas, cangilones pedrego bajadores que incluía hacheros y aserrado po para ganarse el sustento, una dimensión sos, alambradas hostiles, y manadas de ga res de madera. El trabajo de aquellos hom espiritual ejemplar.
nado mugiendo por doquier. En algunos bres debió ser una proeza. Rodeados por Durante la hora de preparativos el aturparajes aparecían parcelas de cultivo, o una montaña inhòspita, dependían para somás adentradas en las montañas, abras de brevivir, de sus fuerzas y de lo que les prodimiento se fue disipando. Las bestias se y escabullían y hacían correr a los jinetes marcadas por el filo de las hachas.
veyera la naturaleza.
hasta que estos alcanzaban aprehenderlos.
El viernes pasaron por Copey, tierra en En el refugio, muy cercano a la famosa Un olor a albardas y estiércol se mezcló con vuelta en colinas de verde intenso, Las cafetería de Los Chespiritos, pernoctaron nubecillas de vapor en las narices de caba.
Vueltas, La Sabana y, finalmente, Ojo de josefinos y cartagos en el angustio llos y hombres por el calor corporal de sus Agua. Ese día completaron siete horas de so camino hacia las tierras del sur del pais exhalaciones. Una yegua caprichosa fue la camino. Fue el trecho más corto de recorri entre finales del siglo pasado y primeras última en caer prisionera del lazo.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

    León Cortés
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