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Domingo 14 de Marzo de 1993. LA REPUBLICA 5C Domingo de Biblioteca EROTECA WCJO El viejo refugio del Cerro de la Muerte alberta recuerdos de pioneros que, a pie y a caballo, colonizaron el gran valle del sur desde finales del siglo pasado.
ang lj car Dentro del refugio, alguien avivó el fuego para calentar botellas de café y aguadulce. El desayuno esperaba en La Georgina, pero el cuerpo reclamaba más calor del que podían proporcionar precariamente los El sol caía como una abrigos y los sombreros.
y las tres en punto se dio la lluvia de plomo sobre orden de marcha. En medio de. parecía la huida silenciosa de un Isidro.
las crines de las grupo de duendes.
La En algunas partes de la vía, primera impresión del recorrido fue bestias. La calle se desde donde se divisa el resplandesalentadora. No más andar algunos medor amarillento de Cartago y San tros en frentamos los indicios de la destruc les dieron llenó con salpicaduras der en llamas.
José, estas ciudades parecían ar ción: trochas para la extracción de maderas fuerzas. Cada jinete revisó su cabalcon tractor, carboneras y, por doquier, la gadura: el ajuste preciso de las pecheras y muerte expansiva del bosque a fuerza de sie las gruperas, la segura instalación de los apade cascos y alegría de rra y hacha.
rejos y una que otra corrección a la altura len La cabalgata se transformó después en un de los estribos para prevenir los rigores de mu gente sorprendida. Los Paso por las alturas seguido bajo ramajes frondosos, entre los un terreno abrupto.
ele cuales se miraba a ratos la portentosa forta Al mediodía alcanzamos La Ese, y a las El recorrido sobre el asfalto leza del macizo del Cerro de la Muerte. dos de la tarde, por fin, llegamos a Quebrajinetes, empolvados sus era peligroso por el paso amenaeño El descenso por el bosque acabó antes das, donde un grupo de caballistas de Pé.
zante de vehículos de carga. Una de tocar el caserío de División. Al final de rez Zeledón acudió a dar la bienvenida. El Ta rostros y adolorido el hora después de iniciado el cami un sendero apareció el espacio infinito del paso a campo traviesa había terminado. no el frío se hizo más intenso. La Valle de El General. Allí, en una casa don partir de ese punto el recorrido sería por cuerpo, habían llegado los puntas en que se divide el Cepeor las de varios jilgueros cantaban a la mañana, barrios entre Quebradas y San Isidro, un Juan Segura Zúñiga, un agricultor de 15 rincón del país donde todavía la gente tierro de la Muerte.
años, veía pasar la cabalgata. Varias mu ne la oportunidad de disfrutrar del fin de a la tierra prometida del las cuatro en punto de la jeres miraban desde el interior, sorprendi semana bañándose en pozas cristalinas del mañana empezó el descenso ha das, el raro espectáculo de tantos hombres río, al frente de la casa.
sur, una meta que por desayuno y un breve descanso cia La Georgina. Allí esperaba el a caballo deslizándose por el potrero.
Los vecinos saludaban el paso del grupo, En División hubo descanso. Aflojadas las las tres de la tarde el sonido de los casantes de tomar la picada. o an cinchas, los caballos descansaron. Agua, muchos años significó tiguo camino de caballos a San cos llegó hasta el interior del templo de San más la mezcla de un puñado de arroz y azú Isidro. La meta había sido alcanzada.
la diferencia entre la spe ses vida y la muerte.
SAN JOSE DESAMPARADOS GEORGINA HIGUITO COPALCHI SALSIPUEDES ren ntos canjor real. 000 nge ron rrimilóri oa a senamción ALUMBRE OJO DE AGUA DIVISION CORRALILLO SANTA MARIA BUENA VISTA STA ELENA COPEY SABANA CERRO VUELTAS QUEBRADAS FRAILES tur se etes los.
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