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Lunes 19 de Abril de 1993 LA REPUBLICA 15 Opinión La cumbre de Vancouver soy1918 Diccia Coral HEMEROTECA CHISPORROTEOS ALBERTO CANAS. Don Jorge Corrales, a quien tengo por un economista inteligente, por un intelectual inquieto, y no por uno de esos bárbaros especialistas que abundan y que cada día saben más sobre menos, se ha quejado en estos días de que la palabra neo liberal ha tomado en Costa Rica una connotación peyorativa y que se ha puesto de moda acusar de neoliberal a la gente, como antaño se puso el acusarla de comunista.
VES!
La Cumbre Clinton Yeltsin, celebrada el y de abril, en Vancouver, Canadá, marca el inicio de una nueva etapa en las relaciones ruso norteamericanas, inte.
rrumpidas desde principios de siglo por la Revolución Soviética.
Además, es la primera reunión entre delegaciones de antiguos enemigos, presididas por dos protagonistas nacidos al calor de la guerra fría y, por tanto, con una nueva perspectiva de la realidad nacional y mundial.
Ahora bien, a diferencia de los encuentros de ese tipo que le precedieron, en donde se ponía sobre la mesa de negociaciones el futuro de la comunidad internacional, éste tiene mayores repercusiones al interior de cada una de las dos potencias que a nivel internacional. Ambos mandatarios encontraron en la reunión bilateral una especie de válvula de descompresión de la situación doméstica.
Para los dos fue la oportunidad de desviar la atención de la opinión pública hacia temas menos conflictivos. Para el presidente Bill Clinton fue su primer encuentro internacional fuera del contexto de las negociaciones de libre comercio en Norteamérica y una ocasión para dejar de lado los problemas económicos nacionales que lo obligaron a romper sus promesas de campaña; además de mostrar su capacidad de liderazgo allende las fronteras estadounidenses en su calidad de jefe de la mayor potencia mundial. Para el presidente Boris Yeltsin la reunión sirvió para obtener el respaldo internacional a su proyecto de reformas políticas y económicas. Al igual que Mijail GorYeltsin requiere consolidar su imagen externa, que ya de por sí es buena, en su afán de consolidarse como un poderoso mandatario del país más grande del planeta. Sin embargo, de la misma forma que su antecesor, parece que internamente no goza del mismo prestigio y sus numerosos enemigos amenazan no sólo su proyecto sino su permanencia al frente de Rusia. Desde esa perspectiva, la cumbre de Vancouver era la oportunidad para obtener, al menos, la promesa de recursos, financieros y técnicos, para enfrentar el referénCARLOS MURILLO ZAMORA метр dum del próximo 25 de este mes, desde una posición más sólida.
En el plano bilateral cada mandatario llegó con intereses definidos. Para Clinton es necesario la consolidación del proceso reformador y democratizador ruso, pues es una garantía de que no se producirán masivas migraciones hacia Europa y Estados Unidos, por lo que se condicionó que el 75 de la ayuda se enviará fuera de Moscú e igual porcentaje se destinará al sector privado, además que las armas nucleares se mantendrán bajo el control de un régimen aliado, de ahí que Washington brindará asistencia por más de 200 millones para desmantelamiento de vehículos artillados con ojivas atómicas y la construcción de instalaciones de almacenamiento de material de fisión. los 600 millones prometidos por Clinton en ocho áreas de acción (asistencia humanitaria, subsidios a alimentos, sector privado, democratización, ejército, energía y ambiente, comercio e inversión, y asistencia de seguridad)
se propone un cambio de la estrategia occidental hacia Rusia, incluidos los programas del Banco Mundial y el FMI. En definitiva, los Estados Unidos procuran una nueva relación entre Rusia y Occidente que supere el am.
biente de conflicto que históricamente ha ca.
racterizado esas relaciones. Desde la perspectiva de Yeltsin, Rusia no puede quedar alejada del protagonismo mundial. Por sus dimensioLa República Jorge Illa nes, recursos naturales y conformación étni.
y ca, Rusia es un factor que debe ser tomado en cuenta en todos los foros internacionales y parece que Moscú ha comprendido esa situación y trata de marchar en ese seny tido. Sin embargo, Yeltsin debe consolidarse internamente antes de lanzarse de lleno a esa aventura, por ello es que procura el apoyo y el contacto con Occidente.
De hecho la cumbre de Vancouver tendrá consecuencias de largo plazo. Se trata de un nuevo estilo de relaciones bilaterales en un mundo diferente. En esta oportunidad ambos presidentes resultaron ganadores, Yeltsin retorno con una cartera llena de recursos, en un momento clave de su gestión gubernamental, y Clinton consolidó su liderazgo mundial al demostrar la capacidad estadounidense para cooperar con sus aliados y conducir al Grupo de los a una posición más sólida a nivel internacional.
Estudioso de las manifestaciones populares del idioma, he notado ese fenómeno y efectivamente he constatado que en el lenguaje de los costarricenses el calificativo neo liberal está asumiendo la connotación que se ha anotado. Me interesan dos cosas en este momento: la razón de tal fenómeno lingüístico y la afinidad que el señor Corrales le encuentra con la costumbre de llamar comunista a quien no piensa como nosotros, que pusieron de moda los macarthystas y en Costa Rica sus seguidores encubiertos.
El cristianismo como posibilidad OLIMPIA LOPEZ AVENDANO El cristianismo es un movimiento histórico humanista y de carácter universal. En el momento en que surge la sociedad se estructura con base en la esclavitud. De ahí que los principios de igualdad y libertad que sustenta resulten desde todo punto de vista revolucionarios. Aunque en la práctica quienes abrazaron la doctrina en aquellos tiempos no eran iguales y, mucho menos libres; en su fuero interno lo creyeron y actuaron imbuidos por tales principios. Este trascendente hecho histórico es el preámbulo para que la humanidad reclame posteriormente, la materialización de tales ideas. Paradójicamente, en el momento en que esto ocurre, el cristianismo ha sufrido cambios sustanciales producto de sus vinculaciones con el poder político. El mensaje central de amor, autenticidad y justicia se oculta en una torre de dogmas y rituales que amenazan con desnaturalizarlo. El problema se mantiene hasta el presente.
Hoy, la modernización caracterizada por la dilución del individuo ante el vértigo de la tecnología, la destrucción del ambiente, y el egoísmo sin límites de una sociedad materialista, ha desembocado en un estado de anomia, o pérdida de valores socialmente compartidos, que amenaza con la desintegración en todos El presente deslumbra con la desbordante producción y creación del talento humano, pero también por su capacidad destructiva. El cambio, por lo vertiginoso, invade la vida en todos los ámbitos e induce a pensar que nada permanece. En qué creer y por qué luchar, entonces. Cómo inyectarle sentido a la vida?
No es posible encontrar respuestas fáciles, pero es un hecho que urge la definición de valores de cuya importancia y necesidad no se dude. Desde esta perspectiva, tales valores deberán vincularse a lo esencial del ser humano y actuar como mecanismos que posibiliten la vida en plenitud en el planeta. Quizá si se emprende la tarea de despojar al cristianismo de los espesos ropajes que lo cubren se podría encontrar elementos para potenciar la tan necesaria cohesión social y atacar la incertidumbre y las crisis que provoca la inseguridad a todo nivel.
En América Latina donde una mayoría de ciudadanos profesan estos principios de fe, el cristianismo tiene posibilidades de asumir el reto. Sin embargo, se requiere revitalizar lo esencial del mensaje y recrearlo a la luz del presente.
Una lectura cristiana de los tiempos que se viven podría conducir a asumir un compromiso con los derechos humanos, el desarrollo integral de hombres y mujeres, la erradicación de la discriminación de todo tipo, la equidad social, pero fundamentalmente con la solidaridad y el amor hecho acciones.
De tan expuestos en los discursos políticos y religiosos, estos conceptos se presentan vacíos, falsos, sin sentido. Es necesario replantearlos, colmarlos de nuevos significados, pues la vida sin ellos se torna imposible.
El pensamiento cristiano, revolucionario en sus inicios debe recuperar terreno, peor no armándose de los viejos dogmas y antiguas posiciones. Tampoco parece viable su politización en movimientos que lo caricaturizan. La reflexión en todas las instancias, la utilización del raciocinio en procura del bien colectivo, como sustitución de la evasión ritualista, podría ser un mecanismo por seguir. El camino está abierto, hay que recorrerlo, hay que recuperar el mensaje en su esencia, asumirlo y plasmarlo en las acciones sencillas y comunes de todos los días. en cuanto a la primera, es inevitable llegar a la conclusión de que si el pueblo ha tomado el adjetivo neo liberal como una forma de ofender al prójimo, no será porque lea periódicos, ni o porque lea o escucha a quienes nos hemos manifestado adversarios del neoliberalismo, sino porque algo le resentirá a esa tendencia, o porque no han gustado los resultados que ha tenido su aplicación a nuestro país.
Las políticas neo liberales que se han venido aplicando, han tenido como resultado según los campos pagados un enriquecimiento del país. Pero también un empobrecimiento de sus habitantes. Tal y como sus adversarios lo predijeron han hecho más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Lo que pasa es que ha hecho tan ricos a los ricos, que las cifras de los ricos, aplicadas al país, producen estadísticas optimistas.
Esto lo sabíamos los viejos, desde que cuarenta años atrás, nos enfrentaban a las estadísticas salvadoreñas que hablaban de un país más enriquecido que el nuestro. pero al borde de la guerra civil, y en el abismo de la injusticia. de paso nos acordábamos de la pintoresca frase del político ecuatoriano Velasco Ibarra que decía: Para qué quiero moneda sana con pueblo enfermo.
Sobre todo, porque los neoliberales han tomado por asalto el noble adjetivo liberal y lo han deformado, hasta hacer creer al prójimo que liberalismo es término referido exclusivamente a la economía. No es tolerable que se haga llamar liberal un defensor de Pinochet, tan sólo porque Pinochet fue un adalid de la libertad de enriquecerse. Defender a un criminal que acabó con la libertad de los chilenos (no sólo con su libertad política sino con la libertad de vivir en su propio país y aun con la libertad de seguir viviendo) tan sólo porque defendía la economía de mercado, no es ser liberal. Es ser mercader. Oen el mejor de los casos ser neo liberal.
Por eso, porque el neoliberalismo se ha convertido en sinónimo de la defensa de los ricos, de la indiferencia ante los pobres, y de la insensibilidad ante los atentados contra la libertad, es que el lenguaje popular le ha dado ese tremendo sentido peyorativo al término. Hay manera de que se quiten el sambenito: sean liberales de verdad y no defiendan las políticas neo liberales de los tiranos antiliberales. Verdad que es fácil? Queda material para la próxima.
los niveles.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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