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La República Jueves 22 de Abril de 1993 12 Gentes y Paisajes La vida en la montaña es triste, sí señor. Aislados de la civilización 1962 frotaciones con alcol a ver si se le bajan, pero a ratos me da mie. piensan tener más hijos?
do porque parece que está boquiando. Pues yo le pido a Dios que no, porque cuesta mucho criarlos a vida en la montaña es triste, sí señor. Rosa. Los otros de que padecen?
aquí. Cada uno es una cruz. También hay mucho peligro cuando Alba Villegas se llama la mujer. Luce pálida. De todo. Lo pior es el animalero, porque las aguas son malas. una se mejora.
fatigada. En sus brazos sostiene una niña de po En Tierras Morenas, donde yo vivía, no eran tantos los males. Va a algún hospital?
cos años. Sentadas, a corta distancia, hay cinco. Ustedes son del interior del país. Qué va crer! Si por la pura gracia de Dios no se muere uno.
más. El muchacho mayor, Felicindo, está en la De Tilarán es mi marido.
Yo me mejoro en la casa y me atiende Jeremías. Sólo que tenga otra parte de la escuela del Palenque Margari El rubio del pelo de las pequeñas revela sangre cartaga. En algunos cinquitos guardaos entonces busca una partera. Pero casi ta, precisamente en donde se encuentra el den Tilarán predomina la población que ha emigrado del interior. Ro siempre me mejoro sola.
tista. El doctor esculca a las pequeñas. escribe las recetas. To sa Alba retira a Virginia y lleva a Miriam al examen. Faltan Anais, Rosa Alba continúa acercándole pequeñuelas al doctor. das están enfermas. La diarrea es cosa corriente. Los parásitos Angela y Emilce. También Felicindo, al que le están extrayendo continúa esperanzada en las medicinas que le obsequiarán. Porabundan. Los males se multiplican, pero las medicinas se encuen una muela.
que serán una verdadera bendición para combatir las múltiples entran a cientos de kilómetros repletos de árboles y barro. Hoy, gra. El pobre no puede dormir desde hace días. Por dicha vino el fermedades que aquejan a las pequeñas.
cias a algunos corazones generosos, hay la posibilidad de conse dentista.
Estas, entre tanto, con sus vestiditos limpios se apretujan soguir ciertos medicamentos. De qué viven ustedes?
bre la banca. miran, con semblante asustadizo, el remolino de Por eso Rosa Alba se encuentra con sus pequeños en el puesto de De la agricultura. Sembramos arroz y frijoles. Estas son bue personas que se ha formado en la puerta de entrada. Todos demansocorro, instalado precisamente en la escuela indígena. Rosa Al nas tierras. Lo malo es la falta de caminos. Fíjese que pa salir a Ti dan atención. Todos quieren saber el mal que los ataca. Porque no ba no tiene sangre aborigen; tampoco su marido; ellos son blan larán dura uno como un día caminando. si es en San Rafael, allí volverán a ver otro médico en lo que resta del año. Es ésta la gran cos. Han llegado a la región en busca de mejores horizontes para pagan muy mal los granos. Bueno, es que tienen que llevarlos por oportunidad y hay que aprovecharla.
sus vidas. En procura de las manzanas de terreno que, cultivadas el río y darles la vuelta por el Lago de Nicaragua hasta Puerto Vie El médico concluye con las pequeñas de Rosa Alba. Le da las con amor, se convertirán en la finquita. Sí, la finquita que les dará jo de Sarapiquí. Usté cre que algún día hagan carretera? recetas y la mujer se dirige al departamento de farmacia.
el sustento a ellos y a los hijos. Claro que sí; llegará el día en que todo esto estará unido con Ya cuando se despide rumbo a su casita metida en la selva, nos los hijos, sí. Porque hay que pensar en ellos. Hay que tratar el Valle Central por buenas carreteras. Sólo es cuestión de pacien presenta al varoncito, a Felicindo, que con la cara contrita, exclade dejarles algo. No se lucha sólo para subsistir en el presente; se cia.
ma: lucha con la mente puesta en el porvenir. Pero a veces. Pero. es que ningún gobierno ha hecho nada. Mamá, se terminaron las inyecciones y no me pudieron sacar veces dan ganas de abandonar la lucha. dice Rosa Alba. Tiene razón; pero ya llegará el día en que se acuerden de us la muela.
mientras acerca a otra de las pequeñas hasta el pupitre que sirve tedes. Bueno. y su marido. Achará! Bueno, por dicha me dieron un poquito de alcol. Ora de mesa al doctor. El anda realizando un puchito de frijoles en San Rafael. Tie le pongo un taquito para que se le alivie. Es la vaina, señor, de. Todos son suyos?
ne que trer algunas cositas: candelas, manteca, jabón.
vivir uno tan lejos de la gente. Sí, seis mujeres y un hombre. Vea a las pobrecitas; están pá. Tienen animales ustedes? alejándose aún más. Rosa Alba y sus siete pequeños se dilidas; y aquella, la menorcita, Nícida, tiene un ataque de lombri. Cuatro vaquitas y un chancho. La leche, a Dios gracias, no nos rigen hacia el oeste, perdiéndose poco después la fila india entre ces desde hace días.
falta, y si es el chanchito, éste lo queremos pa la manteca del gas la maleza y los árboles gigantescos que forman la selva. Le ha dado medicinas?
to en cuanto se engorde Sí, la selva dura y difícil de vencer, que separa a El Silencio y. De dónde las cojo? Aquí no tenemos y en San Rafael no se Parece que usted es muy joven. cuántos años tiene? del resto del país. Los separa y les sirve, además, de tumba.
consiguen. Sólo en Los Chiles, pero está muy largo. Ai he hecho Veintisiete voy a cumplir orita.
Palenque Margarita octubre de 1962. Hasta luego, abuelito.
31 años después, lo mismo. Salguero En el Palenque Tonjibe, niños y adultos le dicen adiós a Magaly. Por qué aún suceden estas cosas. se preguntaban algunos indígenas. Hasta luego, Abuelito. Ahorita vuelvo. volvió, pero muerta.
Treinta y un años después, la civilización llegó. Tal como lo soñaba Rosa Alba, la madre acongojada por la salud de sus hijos, hace 31 años, hoy tienen carretera, luz eléctrica, estación de radio en el Palenque Tonjibe, médicos en San Rafael de Guatuso. Huyeron los árboles, llegó la civilización. Pero esto de nada le valió a Magaly Elizondo.
Una oración en maleku se eleva al cielo, mientras la abuela, rodeada de sus vecinos, llora. La niña venía muy mal;tan mal que el lunes me la eché al hombro a las de la madrugada y me fui hacia San Rafael; llegué a las seis y media. Yo nunca pido nada, pero estaba en tal estado mi nietica que le dije a la enfermera a ver si me la atendían.
La atendieron en el Centro de Salud. Pero la Doctora, por una apreciación muy personal, consideró que con una inyección podía mejorarse la criatura. la envió de vuelta a la casa.
Ahora bien. por qué si hay carretera, en San Rafael tienen ambulancia y algunos vecinos cuentan con carro propio, la Abuela Rebeca tuvo que llevar en brazos a la niña de años hasta el Centro de Salud. Porque no podemos llamar la ambulancia a esas horas. nadie me ayudó. Llegué cansada, con la espalda adolorida.
Regresó la niña al pueblo, pero siguió mal. La pobre, con el estómago crecido, lloraba sin cesar. Por las noches se sentaba en su camita, mientras la abuela se desesperaba. Ahorita se compone, mijita.
Pero la pequeña empeoraba minuto a minuto. yo tan cansada. No tenía fuerzas para echarmela otra vez al hombro. los hombres del Palenque Tonjibe. el contacto directo entre la estación de radio, la Radio Cultural Maleku, con el centro del cantón, San Rafael de Guatuso? No hay respuesta.
Ahora, en la salita de la vivienda, los niños rodean el cuerpo Porque ayer jueves amaneció tan mala, que aproveché que visin vida de Magaly. Los adultos guardan silencio. La vecina, an no un carro al pueblo y me la llevé a San Rafael. Cuando íbamos ciana ya, ora en maleku. Todos parecen preguntarse. Por qué ocu a coger el automóvil, Magaly se volvió al abuelo blanco y le dijo: tren estas cosas hoy, cuando la civilización todo lo tiene a las puer Abuelito, hasta luego, ahorita vuelvo.
tas? La civilización que les ha despojado de su cultura, de sus En San Rafael el médico se preocupó. De inmediato ordenó creencias.
suero y oxígeno y una ambulancia para trasladar a Magaly al Hos Ya no nos quieren dejar enterrar nuestros muertos aquí, a la pital de San Carlos. Pero ya era tarde. Cinco minutos después, Mapar de nuestras viviendas. Lo hacemos porque los muertos para galy murió.
nosotros siguen presentes; los queremos cerca. Hasta luego, abuelito.
Ya la selva que le daba vida al indio, ha desaparecido. Solo se La oración en maleku se enredo, en el cielo, con las notas del ven ríos medio secos, potreros que son como peladeros, y cables Himno Nacional que salían de Radio Cultural Maleku, que así fique llevan el progreso de la luz eléctrica y la energía bienhechora nalizaba la transmisión en señal de duelo en la tribu. Minutos anpor todos los rincones. Bienhechora si se le sabe utilizar. Ma tes por esas mismas antenas salían a chorros los corridos mexicagaly, sin embargo, hoy como hace treinta o cincuenta años a otras nos, en el infaltable Atardecer Ranchero que ahora callaba como niñas, de nada les sirvió vivir bajo los árboles o en pleno siglo XX. calla el indio cuando el dolor le hinca el alma.
Pero. por qué murió?
Abril de 1993.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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