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La República Jueves 22 de Abril de 1993 Gentes y Paisajes La invasión de Morazán Empieza el descontento El mismo pueblo que recibió al prócer centroamericano, hace 150 años, en medio de vítores y clamores, lo llevó al y paredón de fusilamiento.
Enrique Tovar el de abril de 1842 al 15 de setiembre del mismo año, el general Francisco Morazán escribió el último capítulo de su vida y le correspondió a nuestro país ser escenario y protagonista en la página postrera del paladín del federalismo centroamericano.
Su fugaz paso y aniquilación en nuestro país, no obstante habérsele recibido como libertador, se originó básicamente a sus desaciertos, desafueros y exacciones o procedimientos de exigir impuestos, multas y otras cargas a la ciudadanía. Además, la soldadesca a sus órdenes cometió muchas tropelías.
Su ideal, y por el que luchó con tanto ahínco la unión de Centroamérica prácticamente se desvaneció con su muerte aunque todavía hay quienes sueñan con la patria grande formada por los países del área.
Sin embargo, las diferencias entre estas naciones siguen siendo muy grandes tanto en lo cultural como en lo político, a pesar de contar con afinidades y una herencia histórica que indiscutiblemente les ata como lazo indisoluble.
No soportó nuestro pueblo, desde los pocos días de su presencia, al ejército centroamericano, Los abusos, el irrespeto a las damas y la matonería empezaron a ser moneda de todos los días y poco a poco se fue acumulando un odio incontenible en los habitantes de la ciudad capital y de otras poblaciones Varios alzamientos tuvo que afrontar Morazán en los cinco meses que duró su dictadura. Ya el 29 de mayo de ese año, se produjo la primera rebelión, encabezada por el mayor Mercedes Jiménez. Morazán, en lugar de poner orden y disciplina entre sus tropas, procedió a endurecer la mano en perjuicio del país conquistado.
El fusilamiento ordenado contra algunas personas que se habían sublevado, enardeció más los ánimos de nuestros antepasados.
Un error que no se le habría de perdonar, fue haber ofrecido a Nicaragua el Estado de Costa Rica en calidad de departamento.
Esta decisión nunca se llegó a concretar, pero cuando se le hizo el juicio poco antes de su ejecución, Morazán admitió haber hecho tal oferta aunque sin el deseo de cumplirla, según dijo.
La Chispa Morazán a la vista El de abril de 1842, el general Francisco Morazán fondeo en Caldera con cinco barcos en los cuales traía aparentemente 500 hombres dispuestos a invadir a Costa Rica. Hay historiadores que señalan que venían solamente 400 soldados provenientes de El Salvador y Honduras, principalmente.
Se trataba de los barcos Cruzador, Asunción Granadina, Isabel II, Josefa y Cosmopolita. Procedían de la isla Martín Pérez en el Golfo de Fonseca y formaban la escuadra de Morazán.
El caudillo centroamericano, nacido en Honduras el de octubre de 1792, fue invitado a nuestro país por enemigos de Braulio Carrillo, dictador a quien deseaban derrocar. Loacompañaban varios generales de carrera, entre ellos Isidoro Saget, francés; Trinidad Cabañas, hondureño; José Miguel Saravia, guatemalteco; y el coronel Blas Brusual, colombiano, quien había peleado con las fuerzas de Simón Bolívar.
Morazán acumulaba diez años de continua lucha guerrera, tanto en su tierra natal, Honduras, como en El Salvador y Guatemala. En esa década acumuló muchas victorias y varias derrotas.
En una cantina, conocida como la taquilla ña Liberata, en avenida cinco y calle tres, o sea, 100 metros al norte del automercado o antiguo Bar Azul, empezó la insurrección final contra los intrusos.
El 10 de setiembre en ese lugar se armó una bronca entre costarricenses y un grupo de cachucheros. tal como se apodaba a los soldados traídos por el militar hondureño. El abuso fue tan extremo que se produjo un malestar general en todo San José e incluso una dama le tiró una piedra a Morazán cuando éste iba por la calle. No se sabe si el objeto dio en el blanco y se cree que lo lanzó Pancha Carrasco, quien muchos años después se convertiría en la heroína de la Guerra de 1856.
El 11 de setiembre se levantó Alajuela, a las Pero Villaseñor, salvadoreño, escribe una página de felonía órdenes de Florentino Alfaro (héroe también del 56. quien con si no es que ya había un acuerdo con Morazan desde mucho an 450 hombres entró a San José a las p. del día siguiente.
tes, pues esto no lo han podido determinar con claridad los his durante tres días consecutivos se combatió en la capital, toriadores.
pues Morazán se refugió en el cuartel principal. En una de las En el lugar llamado El Jocote, cerca del Coyol de Alajuela, acciones bélicas, el paladín del federalismo entroamericano Villaseñor pactó con Morazán la caída de Carrillo. esta trai fue herido de un balazo en el carrillo izquierdo.
ción se unirían luego los comandantes de Puntarenas y Guanacaste, salvadoreño y guatemalteco, respectivamente.
Fusilamiento de Morazán Curiosamente, esos comandantes y Morazán habrían de morir en forma violenta pocos meses después.
Al ver la situación tan desventajosa, el militar hondureño, Paralelamente, en ese día también se escribió una página junto con varios de sus generales, logró huir a Cartago, ciudad gloriosa. El militar Rafael Barroeta, que iba a las órdenes de morazanista. Allí encontró refugio en la casa del teniente coVillaseñor, rompiendo la espada, dijo: Hemos venido aquí a ronel Pedro Mayorga, casado con Anacleta Arnesto, una dama pelear y no a tratar. no firmó el pacto.
que es toda una leyenda en nuestra historia.
Por otro lado, Carrillo contaba con mil hombres dispuestos Mayorga, al ver que las tropas enviadas por Alfaro se diria morir por él, pero antes de una guerra fratricida prefirió sa gían a la Antigua Metrópoli, inventó la excusa de tener que ir crificarse.
a Matina y dejó a Morazán y acompañantes a merced de sus perseguidores. El general Saravia optó por envenenarse, apaEl libertador en San José rentemente con una dosis de estricnina que llevaba en su anillo. Villaseñor, el traidor, sería llevado al paredón.
El 15 de setiembre de 1842, Morazán con grillos y a cabaEl 13 de abril entró Morazan a caballo en San Jo Joven llo, prisionero, entró en San José. lo largo de las calles los de militar apostura y hermosa presencia. lo describen así los ojos de los habitantes eran puñales que le clavaban todo el odio historiadores. En su triunfal entrada iba vestido de brigadier que podían. El mismo Morazán escribió en una carta, poco andel ejército federal de Centroamérica, y se le recibió como a un tes de ser ejecutado, que cinco mil personas por lo menos, reuhéroe.
nidas en aquellas vías que solo unos meses atrás le habían daLas gentes de Cartago, Heredia y Alajuela lo aclamaron co do la bienvenida de libertador, mostraban un semblante del mo libertador. La Guerra de la Liga de 1835 la segunda gue furor del más valiente guerrero.
rra civil en nuestra historia, había dejado también muchos las de la tarde de ese día, en el costado suroeste del Parodios, especialmente porque a partir de entonces San José se que Central, donde está hoy el Banco de Crédito Agrícola de consolidó como la principal ciudad política y comercial de Cartago, fue fusilado. De pie, sin permitir que le vendasen los país.
ojos, dando él mismo las órdenes de disparar a los soldados, Morazán acusó a Carrillo de déspota, aunque al asumir el cayó abatido por las balas.
gobierno por la fuerza y en un pueblo que no era el suyo, el lí El gran historiador Ricardo Fernández Guardia dejó escrider centroamericano pasaba a su vez a constituirse en un tira to que Morazán pagó sus errores con una muerte heroica, digno. Carrillo se fue al exilio. Primeramente al Ecuador y luego na de quien había consagrado su vida su talento y sus energías a El Salvador, en donde moriría asesinado.
a un gran ideal, por desgracia irrealizable.
Carrillo entra en acción las 10 de la noche del de abril, Braulio Carrillo se entera de la presencia de Morazán en aguas costarricenses, por lo que de inmediato ordenó reforzar con 300 hombres el puesto de La Garita, en la ruta de Atenas, pues supone que los invasores tratarán de pasar por ese lugar en su marcha hacia San José. También procedió a organizar la defensa de la capital.
El de abril Morazán desembarca en Caldera y duerme en el lugar conocido como Jesús María.
Al día siguiente, a fin de evitar el choque con las tropas de Carrillo en La Garita, que era una posición muy fortificada, procede a vadear el río Grande, y va a salir cerca de Alajuela.
El pacto del Jocote El 11 de abril de 1842 se encontró con los 700 hombres al mando de Vicente Villaseñor, general de brigada de Braulio Carrillo, en quien nuestro gobernante había depositado entera confianza para que enfrentara a los invasores.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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