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La República Jueves 29 de Abril de 1993 Gentes y Paisajes Otra Herrera defiende el Castillo Viejo Enrique Tovar I PARA ALGUNOS EL ESPIRITU de Rafaela Herrera no recorre el Castillo Viejo, por lo menos otra Herrera lo resguarda hoy en día, procura que todo esté en orden en esa fortaleza transformada en un museo y en un centro do cumentación, y hace todo lo posible para que los visitantes se enteren al máximo de su historia.
Se llama Nidia Herrera y sonríe cuando se le pregunta si es descendiente de la heroica doncella que defendió esa fortificación hace dos siglos ante una de las tantas embestidas de los piratas ingleses.
Pero al sonreír no afirma ni tampoco rechaza su parentesco con Rafaela Herrera.
Lo cierto es que como aquella joven, nacida en Cartagena de Indias, y que le tocó enfrentar a los piratas, Nidia Herrera es una enamorada del Castillo de la Concepción, llamado luego Castillo Viejo, y que está sobre un peñón estratégico en la margen derecha del río San Juan, Nicaragua.
Con diligencia, esta joven atiende a los turistas Luego los acompaña en su recorrido por el museo y les narra, tanto acontecimientos del tiempo de la Colonia cuando fue erigido el castillo, como hechos más recientes, propios de nuestra época, relacionados con las luchas guerrilleras y acciones del gobierno Pero ahora todo está tranquilo aquí. Ya no hay problemas bélicos. señala.
El gobierno de doña Violeta Barrios viuda de Chamorro, recobró esa joya histórica y la acondicionó de tal manera que los visitantes puedan penetrar casi como por arte de magia, al tiempo de la Colonia, cuando recorren sus corredores, arcadas y explanadas.
y También funciona un centro de documentación, en donde se está haciendo acopio de todo lo relacionado con el Castillo Viejo y con la historia de Nicaragua, principalmente de la región del departamento del Río San Juan. En el museo se exhiben una serie de piezas de artillería y objetos que se han logrado encontrar en el lugar y en los alrededores, desde botellas de vino y espadas hasta tenazas e instrumentos de construcción.
Por cierto que en el municipio de El Castillo, el pueblito donde se encuentra esa guarnición museo, los niños venden balas de cañón que se encuentran por montones bajo las aguas del río o en sus orillas. Déme 50 pesos. le dicen al turista, pero en verdad lo que están pidiendo son 50 dólares. veces bajan a mil colones costarricenses o menos, depende del regateo que se les haga. Aquí abundan esas cosas. dice una señora que alcanzó a ver una de las balas u obuses que se utilizaron en tiempos de la Colonia y que la gente del lugar las mira más como piedras que como reliquias.
Sin embargo, Nidia Herrera, la guardiana de Castillo Viejo en nuestros días, manifiesta que todo eso es patrimonio histórico y que debe estar destinado a enriquecer el museo.
Nidia Herrera, la responsable del museo y centro de documentación en Castillo Viejo, en la margen derecha del río San Juan, Nicaragua.
Mencha, la cámara andariega, ayer y hoy La coyolera en su punto. Para lograrlo, se hicieron incisiones en la parte tierna de los troncos y ahora el hombre va recogiendo puchitos en cada orificio. Si se deja unos tres días, el vino de coyol embriaga como cualquier licor fuerte. Foto captada en Quebrada Honda de Nicoya, donde son expertos coyoleros.
De veras que nadie está libre de una vaina.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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