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Viernes 11 de Junio de 1993. LA REPUBLICA 15A Opinión MACION Ramiro de León Carpio FRANCISCO BARAHONA RIERA CHISPORROTEOS ALBERTO CANAS Crean ustedes que estas cosas me divierten, porque llevan años de estar circulando.
Los periodistas no deben ser políticos. Claro, que si se trata de periodistas anti liberacio.
nistas, la cosa cambea.
Los periódicos abiertamente anti liberacionistas, son periódicos independientes. Los periódicos que apoyan tesis social demócratas o liberacionistas, son periódicos políticos.
Conocí al nuevo Presidente de Guatemala, hace más de diez años, cuando era líder del Partido Unión Centro Nacional de Guatemala (U. y desde entonces hemos sido amigos.
Los destinos del pueblo de Guatemala lo acaban de poner al frente de la primera magistratura de ese hermano país, luego de una crisis constitucional de tremendo peligro para su proceso de pacificación y consolidación democrática.
El Congreso Nacional lo eligió por unanimidad, responsable de la conducción política de su país, hasta enero de 1995.
Este abogado, líder político honesto, rectilíneo e insobornable, ha sido durante los últimos cinco años Procurador de Derechos Humanos de Guatemala y Presidente del Consejo de la Sociedad Civil Centroamericana para la Paz (COCEPAZ. del cual el suscrito es miembro. Fue diputado a la Asamblea Nacional Constituyente siendo su Presidente Alterno y Presidente de la Comisión de los Treinta, que discutió y aprobó el proyecto de Constitución entre 1984 y 1986, y además, fue candidato a la vicepresidencia de la República por el en 1985, ocupando ese Partido un segundo lugar en la preferencia electoral. Por desavenencias ideológicas, el actual Presidente de Guatemala se declaró diputado independiente y, desde entonces, asumió un rol de liderazgo nacional sin militancia partidista.
Quizás por todo lo anterior, el ex presidente Vinicio Cerezo impulsó su candidatura a la Procuraduría de Derechos Humanos en su primer período; durante esos cuatro años de gestión, demostró un alto compromiso en la defensa por la vida y a favor de los sectores mayoritarios marginados cultural y económicamente; denunció y se enfrentó con el ejército, logrando enjuiciar por primera vez en décadas, a varios militares, comprometidos en asesinatos contra la población civil; él y su Procurador Adjunto, Lic. César Alvarez Guadamuz, defendieron con gran valentía y a riesgo de sus propias vidas a poblaciones indígenas, que eran sometidas a persecución militar y hasta bombardeos.
También se pronunció en contra del terror, del boicot y de las violaciones contra la vida hecha por los movimientos insurgentes guerrilleros, y en más de una ocasión, muchos de sus amigos temimos por la seguridad y la vida de Ramiro y su familia.
Quizás su creciente popularidad en el pueblo guatemalteco que le reconoció con valentia su sacrificio y el apoyo internacional logrado; son las razones por las cuales Ramiro sobrevivió este último período de la historia guatemalteca.
En una palabra, fue la sociedad civil de su país, concertada y superando sus diferencias y confrontaciones, la que impulsó su candidatura y elección a la presidencia de la República.
Ramiro De León Carpio como Presidente Constitucional de Guatemala, junto con su pueblo, tiene por delante enormes retos a vencer. Comienza con paso firme al impulsar cambios en el mando militar, al intentar recomponer la confianza de su pueblo en el sistema democrático, en tratar de construir una sociedad basada en la integración, en la justicia, en la solidaridad en el respeto a la diferencia étnica y cultural.
Pero esta vez y lo digo con gran esperanza el pueblo de Guatemala y su institucionalidad han escogido al líder que su coLa República sorge ila yuntura histórica exige; un guatemalteco comprometido en mejorar su sociedad, en impulsar y respetar los derechos humanos por encima de cualquier otro interés, a un hombre que cree en la integración centroamericana, que cree y ha luchado por la democracia, y que estaba decidido a contribuir en ese proceso, incluso antes del último golpe del presidente Serrano, era del conocimiento público en Guatemala que muchos sectores simpatizaban con una posible candidatura de Ramiro a la presidencia en las próximas elecciones. El destino político en forma veloz e inusitado lo llevó a la presidencia por un camino y en un momento que nadie esperaba.
Ojalá que esta vez Guatemala marche sin retorno hacia la democracia y la pacificación definitiva.
Los periodistas que aceptan la inocencia de un político, son voceros oficiosos de ese político. Los periodistas que la cuestionan o la niegan o le exigen que la pruebe, son periodistas independientes y por supuesto no son voceros de nadie. Esto es más claro y ético cuando el y político es liberacionista.
Corolario del anterior: El periodista liberacionista no puede llegar por su propia cuenta a conclusiones. El periodista anti liberacionista sí, siempre, porque dicho está es verdad inamovible, que no es vocero de nadie.
Investigar (definición para la vigésima segunda edición del Diccionario de la Real Academia. Reproducir cargos, acusaciones o inferencias, darlos por ciertos, y exigir de la víctima que los aclare y explique; luego, cualquiera sea su explicación, declararla insatisfactoria e insistir en que aclare.
El pueblo suele equivocarse, y por lo tanto no se debe creer en sus fallos. Esta regla tiene su excepción cuando, por ejemplo, un Alfonso Carro liberacionista por supuesto afirma después de las elecciones de 1978 que el pueblo se ha equivocado, y recibe una andanada por anti demócrata. Moraleja: los que no son liberacionistas sí pueden cuestionar los veredictos del pueblo, cuando no se ajusten a su particular y robespierrana visión de la moralidad.
Apuntes al proyecto de Ley de la Cesantía CARLOS ECHEVERRIA Si en las décadas de 1950 y de 1960, los miembros de una Junta Directiva se mostraban, en conversaciones privadas, totalmente de acuerdo con la política de sus subalternos y declaraban que sus subalternos estaban ejecutando la que ellos ordenaban o deseaban; y los miembros de esa Junta Directiva, en la década de 1990 afirman en conversaciones privadas no tener ninguna participación en lo que hacen sus subalternos, quien de allí deduzca que los subalternos podrían estar actuando por cuenta propia sin ser voceros de nadie, es un infame o, en el mejor de los casos, un idiota.
Me declaro idiota por razones obvias.
No ser vocero de nadie no parece ser siempre una virtud. Como que a veces se necesita serlo. o aparentarlo.
No es mi objetivo en esta oportunidad, el entrar a analizar a fondo el llamado proyecto de Ley de la Cesantía, que por su naturaleza es polémico y digno del mayor y más cuidadoso análisis, desde todas las perspectivas y estas integradas. En la esencia, simpatizo con la idea, siempre y cuando se inviertan los recursos sanamente en actividades que aumenten la producción de bienes y servicios, que expanden la masa de propietarios, que desarrollen las características empresariales en los trabajadores y que no sirvan para generar feudos y argollas, o ser utilizados como instrumentos de dominación e influencia política. También es evidentemente necesario que se tome en cuenta las capacidad real de la economía de hacer efectivo ese ahorro, lo que es difícil de determinar, especialmente cuando se lleva el análisis al nivel microeconómico y también porque la capacidad de pago de una economía tan abierta y vulnerable como la costarricense, está sujeta a los vaivenes y condiciones de la economía y mercados internacionales, generalmente desfavorables.
Lo que está claro es que la filosofia del proyecto es buena, en el sentido de que así como se reconoce al empresario o a las cooperativas la plusvalía y el valor del good will. se ha de reconocer al buen trabajador algo por su aporte, algo que vaya más allá de su salario o comisiones, que contribuya a acrecentar la existencia de fondos de inversión y como se dijo anteriormente, la masa de propietarios. Lo que no está claro y debe de estarlo, es que el producir es riesgoso y que los mencionados beneficios que de la empre.
sa o la cooperativa reciba el trabajador, deberían estar ligados a su contribución al éxito de la actividad. Por lo tanto hay un riesgo empresarial al que el trabajador no debe estar ajeno, y que a juicio del suscrito implica deberes para él.
El proyecto en cuestión no debe ser visto como una regalía; estas no hacen progresar a nadie. Debe de ser tratado o promulgado como un instrumento de desarrollo sostenible, en el pleno sentido de la palabra, o sea, el que implica crecimiento económico y distribución equitativa del proy ducto resultante, sin sacrificar sus posibilidades futuras.
Ello implica también y necesariamente, un compromiso de los diferentes sectores de la producción con el incremento de la competitividad y la modernización permanente de la que ha de ser cada vez más flexible economía. Proyectos como el que aquí se trata, deben de darse dentro de un contexto de Pacto de Solidaridad y Competitividad. un poco a la mexicana, que obligue a los sectores gubernamentales, empresariales y laborales a asumir el compromiso con el desarrollo, marchando hacia él armónicamente. El que no sea así, puede ser sumamente peligroso.
Los periodistas pueden actuar como quieran en contra de los políticos. Los políticos no pueden actuar de ninguna manera contra los periodistas, así sea en defensa propia. Los periodistas son invulnerables; los políticos, por su naturaleza misma de tales, no. Aforismo obviamente no elaborado por los políticos. Cuando el político a quien se le exige que aclare y explique, lo hace con detalle y con longitud, lo que procede es acusarlo de abusar del derecho de respuesta, y enviarlo al campo pagado. que al fin y al cabo es fuente de ingresos.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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