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Miércoles 17 de Noviembre de 1993 LA REPUBLICA 23A BIBHOTECA NIRMAL Tatloiatas Opinión Ecología e intervención foránea CHISPORROTEOS RODRIGO CARAZO ODIO ALBERTO CANAS Había una vez un escritor judio llamado Max Nordau, que escribió un libro de talante iconoclasta y revolucionario que se llamaba Mentiras Convencionales de la Civilización. Cuando yo me criaba era muy popular y sensacional ese li.
bro; ahora está olvidado.
Pero su título sigue resonando en mis oidos, porque nuestra civilización sigue viviendo de mentiras convencionales y acuñando nuevas. Cada día más.
Las naciones ricas sacrificaron en aras del tipo de progreso y de vida que escogieron la casi totalidad de sus recursos naturales. Las últimas dos décadas sin embargo han sido el escenario para observar una creciente preocupación por el ambiente y sus efectos en el ser humano. Grupos de ecologistas de todo tipo e inspiración han surgido por centenas, y los políticos empiezan a observar y preocuparse por el impacto creciente de los argumentos ambientalistas. La investigación de fenómenos viejos, hizo que ellos se convirtieran en problemas serios y actuales, lo que ha estimulado a los defensores del ambiente y les han permitido acceder a los medios de difusión. La percepción política popular, que se hace de la finalización de la Guerra Fría, hizo el resto: el mundo se percató de que el Planeta está en peligro y de que la existencia de la raza humana puede llegar a su fin.
La tesis poco divulgada de que esto ocurría conocida por los expertos desde mucho tiempo atrás se hizo popular. la capa de ozono, el efecto invernadero, la desertificación, se convirtieron en lenguaje de todos los días.
Pueblos que destruyeron la mayoría de sus riquezas forestales y que siguen barriendo con la lluvia ácida lo poco que les queda. empezaron a buscar culpables. Lo más serio es que están convencidos sobre quienes son esos culpables, y han empezado a dirigir la presión contra tales responsables.
Naciones que se han fortalecido internamente esgrimiendo armas y levantando banderas para enfrentarse a otros países que amenazan su seguridad nacional, han empezado a señalar a los culpables pidiendo que se practiquen políticas ambientalistas que garanticen la perpetuidad del Planeta.
Típico, como lo es en los humanos, se busca al culpable ajeno y se ignora la responsabilidad propia.
La paz de América Latina pasa ahora por la urgente necesidad de convencer a los poderosos de que estamos asumiendo la responsabilidad de cuidar nuestros recursos naturales, en particular, nuestros bosques. Esta labor de convencimiento debe preceder a cualquier presión que inicie el proceso: que pretenderá convertir a los países del bosque húmedo tropical en enemigos de la humanidad y en potenciales responsables de la desaparición de la raza humana. En enemigos que deben ser sometidos por los poderosos quienes querrán lograr con ello el triunfo de otra buena causa. No debemos olvidar que nuestra Región nunca ha sido respetada por las potencias de turno; que se nos considera blanco de la intervención y que esta sería para los interventores justificada, si se practica en defensa del género humano.
La hora ha llegado de laborar y practicar políticas ambientalistas que cubran los dos frentes: el de proteger nuestro Planeta y el de evitar el pretexto de quienes La Republica Jorge via han reforzado siempre su integración interna, creando enemigos externos.
Como muchas acciones latinoamericanas fundamentales, la relacionada con la preservación del Planeta debe ser tarea realizada en conjunto por nuestros países, bajo la consigna de que estamos contribuyendo positivamente a la paz en la Tierra, practicando la paz con la Tierra. Esta política y su cumplimiento será nuestra mejor arma de negociación, así como la más útil fórmula para incorporarnos a la vida en el Planeta, cuya existencia depende en mucho de lo que nuestros pueblos hagan.
Una de las mentiras más convencionales que vivimos es la que da origen a eso que llaman la economía de mercado. Los pensadores de doscientos anos atrás anteriores a la revolución industrial descubrieron que la ley de la oferta y la demanda operaba continuamente en el mercado (un mercado concreto, un mercado de abastos. y que los precios de las viandas variaban de acuerdo con esa ley de la oferta y la de manda.
El mundo cambió con la revolución industrial, pero la idea de la economía de mercado no. a pesar de que todos sabemos que el precio de los productos industriales los fija el fabricante tomando en cuenta sus costos, y hasta imprime el precio en el empaque, no sea que alguien (cla oferta y la demanda. lo varie, a pesar de todo eso nos siguen predicando la economia de mercado como la edénica panacea del derecho natural que nos permitirá progresar, y esto va acompañado de filipicas contra los Estados, los gobiernos y los políticos que osan regular precios u ocuparse de ellos, pero por supuesto no contra los fabricantes y demás particulares que intenten o realicen lo mismo.
Crisis del Estado Nación ARNOLDO MORA Esto convierte a la decantada Economía de Mercado, en una de las mentiras convencionales de nuestra civilización, y por lo tanto en una muestra de la hipocresia con que actualmente se tratan los problemas de la humanidad.
Una hipocresía tan flagrante como esa otra que se satisface y se conforma con que en las pantallas de televisión aparezca a determinada hora un letrerito que avisa que de ese momento en adelante los programas que se trasmitirán no son aptos para menores.
Uno de los hechos políticos más recientes, y que mayor impacto me ha causado, lo constituye el resultado de las elecciones en Canadá. Ciertamente, hasta el más despistado observador del panorama político de ese país norteño estaba consciente de la inminente derrota del Partido Conservador, que venía dirigiendo el Gobierno de Otawa durante casi toda la década anterior. Las causas de ese deterioro eran múltiples, siendo la principal la crisis económico social que ha llevado a ese país a la recesión y a un galopante desempleo.
Pero lo que nadie podía imaginar que resultaría de esas elecciones es la virtual desaparición del panorama político canadiense, del hasta entonces partido mayoritario. Hoy, los conservadores no tienen más que dos re.
presentantes parlamentarios; es decir, por primera vez en la historia política de ese país los tories ni siquiera son el partido más importante de la oposición. Hoy, el Partido de oposición más significativo lo es, ni más ni menos, que el Bloque quebequense. el sector ultrarregionalista de la provincia francoparlante del Canadá, que hoy ve más cercana que nunca la posibilidad de una real emancipación y la constitución de una República Quebequense.
En otras palabras, lo que el resultado de las elecciones arroja como consecuencia política más evidente es la virtual desaparición de Canadá como Estado Nación y su probable fragmentación a corto plazo (de dos años habla el líder de los quebequenses) de ese inmenso y despoblado país. La rutina democrática de unas elecciones se ha constituido, así, en un acto político de trascendencia histórica que puede cambiar radicalmente la vida institucional y la historia política de ese inmenso país. Agoniza el Canadá. Estamos a las puertas del parto de una o varias nuevas naciones o estados nacionales, en lo que hasta hoy ha sido un solo país al norte de los Estados Unidos?
Todo parece indicar, en efecto, que el actual Primer Ministro y líder de los liberales, Jean Chrétien, es la úly tima oportunidad que el separatismo quebequense está dispuesto a tolerar. Si Chrétien fracasa en el breve lapso de dos años, los francófonos tomarán sus bártulos y harán casa aparte.
Otro tanto sucede entre walones y flamencos en Bélgica, luego de la muerte lamentable del Rey Balduino, único soporte que parecía mantener viva la unidad de ese pequeño país, paradógicamente sede de la Comunidad Europea. En Italia, la conciencia regionalista de las provincias del Norte (Piamonte, Liguria, Lombardía y Véneto) cobra más y más fuerza, al convertirse en un movimiento político que amenaza la unidad del estado italiano. Del Este europeo no hablemos, pues hoy se escribe con sangre y muerte la división de la antigua Yugoslavia. Por su parte, los enfrentamientos entre las repúblicas y regiones, que no hace mucho configuraban la Unión Soviética, no se quedan atrás en la orgía de muerte de la región balcánica. Por todas partes, el Estado Nación hace aguas, mientras las tendencias de la economía van hacia la apertura de mercados y la configuración de bloques geográficos más y más amplios.
Todo esto revela un grave atraso entre las fuerzas que impulsan el desarrollo económico y las instituciones que deben garantizar la estabilidad política, sin la cual no habrá nunca un desarrollo económico estable.
Las respuestas a estas interrogantes no son fáciles, menos aún son infalibles las soluciones. Sin embargo, el primer paso para encontrarle salida a una crisis o conflicto está en la toma de conciencia lúcida de la situación real. Esto hemos tratado de hacer hoy. Próximamente, volveremos sobre las posibilidades de solución de una de las crisis más graves que vive la humanidad actual.
Hay almas candidas que creen a pie juntillas, que en ese preciso instante todos los menores de 18 años que estaban viendo televisión, se van, obedientes y modositos, a acostar; y que los padres de familia (que por supuesto, no salen jamás de noche para estar presentes en ese momento. envían a la cama a los menores que no se van voluntariamente. partir de ese momento y para satisfacción de ciertas mentalidades neoliberales que confunden la libertad de expresión con la libertad de exhibición en la televisión se puede ver toda la violencia y toda la pornografia que se quiera, se guros como están quienes se oponen a que eso se prohiba, de que ya para entonces todos los niños están dormidos como angelitos, y los papás los arrebujaron y los persignaron.
Por supuesto, la vida y la realidad van por y otro lado. Que es lo que pasa siempre con los ingenuos planteamientos edénicos de los inefables preconizadores de la economía de mercado y del dejar en manos exclusivas de los padres de familia el velar por la moralidad de los niños. Se olvidan de que hay cada padre de familia, y cada fijación unilateral de precios, que se para el sol a verlos. Las opiniones publicadas en esta página, no son necesariamente compartidas por este periódico.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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