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ALERIA EDITORA: MARIANA LEY Redactoras: Ana de Rivera, Emilia Mora, Ana Rojas, Helen Castro, Silvia ChaLA varría, Maylen Brenes, Lorna Chacón. Fotógrafos: Walter Alfaro, Adrián Flores, Herbert Arley. Diagramación: Yira Morales Separaciones de color: Rodolfo Rodríguez, Mauricio Arana, Walter Ballestero MIERCOLES DE DICIEMBRE, 1993 REPUBLICA Sección Culinaria ROSITA ARGUELLO LA REPUBLICA ose sabe, a ciencia cierta, el origen del queque navideño; algunos creen que procede del pudín inglés. Derivado de un rito de una antigua religión de galos y británicos, en las celebraciones de culto al sol y a la madre naturaleza; está relacionado más con el Año Nuevo que con la Navidad.
También está ligado con el consumo de frutas secas, como símbolo de prosperidad y buenos augurios, en los cambios de estación que eran celebrados con fiestas alusivas. Las viandas usadas se preparaban con anticipación y culminaban con el pudín de año nuevo. recordó dona Nelly Urbina, autora del libro Mi cocina.
Ambas fechas, Natividad y Año Nuevo se asocian hace mucho porque las festividades del último día del año comenzaban desde una semana antes, en preparación para la última noche del año viejo y el recibimiento de los buenos espíritus superiores que ofrecían sus buenos augurios al entrar el año nuevo.
En la tradición china el queque navideño es de arroz y debe contener siete frutas secas que representan los tesoros que los espíritus del bien traían consigo junto con el año nuevo. Con él se celebra la llegada de la primavera china. continuó doña Nelly.
En la tradición nórdica inglesa, el 25 de diciembre caía en lo más crudo del invierno, donde el hábito de calentarse para pasar la noche era prioritario y no faltaba el quequito caliente, preparado al baño maría y cubierto con crema. Probablemente las frutas secas tendrían algún otro sentido más allá que el de proporcionar calorías, pues el queque debe llevarlas en gran cantidad. enfatizó.
Con el tiempo fue más fácil hornearlo y guardarlo. El licor con el que se baña cambia la textura del queque y le da gusto como de pudín, pero más liviano.
En Costa Rica, su receta llegó con los estudiantes o comerciantes que buscaban traer a nuestro país un recuerdo de esas tierras.
Dulce Tradición Pág.
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