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4A LA REPUBLICA Jueves 27 de Enero de 1994 Tema del Día Faltan 10 dlas Intensa fiesta de bonos Pobreza, riqueza electoral ientos de votantes acuden a los partidos políticos para ser incluidos como futuros beneficiarios de un bono. Será, al final de cuentas, una compra de conciencias?
Por eso se entró a ese mundo de desventurados, para palpar sus pensamientos, sus esperanzas, sus vivencias, mientras hacían fila añorando alcanzar aquel papel que representa para muchos el sueño de toda la vida: un bono.
detrás de mí me agarró de un brazo y dijo, riendo y escupiendo al suelo: No oye? No tiene uno ni donde caer muerto.
RODRIGO PERALTA La República ¡Qué ironía!
Para los pobres, se trata de buscar una respuesta a su necesidad, mientras que para los políticos significa sumar más seguidores a su campaña electoral.
Entre las esperanzas de un mejor mañana para aquellos que más lo necesitan y el trampolín político usado porlos partidos mayoritarios, la fiesta de los bonos tomó auge.
Diariamente, cientos de pobres se apuntan en las listas de los partidos Unidad Socialcristiana y Liberación Nacional en procura de bonos de vivienda, escolar o alimentario. porqué no. Todos!
Carentes de esperanza, ahora al menos sueñan con que el de mayo próximo puedan hacer realidad el cumplimiento de la promesa que les hicieron Esa lamentable historia, cuyos protagonistas son los olvidados de siempre, y a los que se les toma en cuenta tan solo cada cuatro años, refleja que ellos tienen en su poder algo que los políticos buscan ansiosamente, y por el que a veces son capaces hasta de suplicar: el voto.
Con el alba Ahí estaba, en las primeras horas de la mañana, frente al Hospital Nacional de Niños, en la sede de la Unidad Socialcristiana (PUSC. Vestido con un pantalón de corduroy muy usado, zapatos tenis rotos y sucios, además de una camiseta negra desteñida y una gorrilla con visera, de esas que tienen varios años de no lavarse. Así, me aprestaba a solicitar mi bono de vivienda.
Delante de mí, en la fila, estaba una mujer gordita de unos 50 años.
Más allá, un hombre de unos 65 años, de pelo canoso y flaco; sostenía el formulario que hacía pocos minutos una persona del partido nos había entregado a todos los de la fila para que lo llenáramos.
Con responder unas preguntas, aquel papel estaba a punto de convertirse en la llave mágica para obtener el ansiado bono.
Ahí estaba yo, simulando ser uno de esos tantos desvalidos de la patria, pero con una misión oculta: indagar lo que se decía entre aquellos hijos de la miseria y, sobretodo, vivir en carne propia la triste, denigrante y real experieny cia.
Mientras reflexionaba silenciosamente sobre la ingrata escena que veían mis ojos, observando a madres con niños llorones en brazos, procurando obtener una migaja de promesa de alimento o casa, mis pensamientos fueron interrumpidos por mi vecina de delante. Doncito. pa qué sirve esta vara. me preguntó mientras me mostraba su formulario. Pssst, no sé. No ve que estoy igual que usted. le respondi de mal modo Hay que llenarlo.
Una mujer, a la que le faltaban al menos cuatro dientes delanteros, un poco andrajosa, estaba detrás de mí, e interrumpió. Esto sirve pa que nos den el bono. Hay que llenarlo y dárselo a una de las carajillas que está adentro, atendiendo.
El anciano que iba más adelante se volvió hacia nosotros para advertirnos que se debía llenar totalmente el formulario, ya que de no ser así se corría el peligro de no obtener el bendito bono.
En ese momento pasó un vehículo por el Paseo Colón, cuyos ocupantes nos gritaron: Trabajen, muertos de hambre!
Nadie de la fila les respondió.
Quizás porque la miseria es cierta.
Nuevamente el anciano se nos acercó y con voz baja, como quien cuenta un secreto, nos preguntó si éramos casados, porque a los solteros no les dan nada.
Al responder todos afirmativa mente, procedió a consultar. Ninguno de ustedes gana más de 52 mil pesos, verdad? Porque solo a los que ganan menos de eso les dan bono. Ay doncito, Dios lo oyera! Si yo ganara eso no estaría aquí. dijo la señora gordita delante de mí, mientras que la otra desdentada, Más.
En la fila unos hablaban que les importaba un comino el candidato, mientras obtuvieran algo a cambio del voto que les ayudara a resolver su necesidad familiar, otros joh ironía. maldecían la política porque estaban hartos de ella.
Entre conversaciones y diálogos cortos, las horas transcurrieron. Un 85 por ciento de los futuros beneficiarios. calculo, eran mujeres, la mayoría con niños. En cuanto a los hombres, un diez por ciento serían ancianos.
Tras casi cuatro horas de espera, nos acercamos a una de las puertas del club político, por donde entraríamos para ser atendidos por alguno de los tres funcionarios del mostrador Durante ese lapso, los olvidados de siempre reiteraban su anhelo de tener casita propia e incluso alcanzar algún otro tipo de ayuda adicional, como un bono alimentariooescolar.
En cierto momento escuché a una mujer que le decía a otra:. de por sí, lo que importa es que uno de estos viejos (refiriéndose a los candidatos) le deje a una algo.
Nuevamente, el anciano aquel de delante intervino en esa conversación: Doñita. de qué se preocupa, si el voto es secreto?
Ese es el meollo de todo. La seguridad que da la democracia de elegir libremente, al final y por voluntad propia, a sus gobernantes.
Llegó mi turno. Entré a las oficinas del PUSC, y luego de respon.
der algunas majaderías y con ayuda de algunos datos poco ciertos que aporté en el formulario, me dieron un bono. sin sellos.
Cuando salí, observé disimuladamente la fila. Noté que algunos miraban con esperanza el bono que llevaba en mis manos.
Comprendí que para muchos esa era la respuesta esperada a su pobreza, mas para los partidos, sig.
nificaba supuestamente. un votante más a su favor.
En el PLN Acudí a las oficinas cantonales de Liberación Nacional, en Guadalupe y Tibás, a fin de aplicar el mismo estilo de trabajo que en el PUSC y así obtener información similar, pero me encontré con otro sistema de entrega de bonos.
Me presenté como deseoso de obtener un bono; sin embargo, me explicaron en ambas sedes que las oficinas cantonales no los distribuyen. COmo el PUSC, sino que son las distritales. Usted debe dirigirse a alguno de los dirigentes comunales de su distrito; nosotros le decimos quién es y conversa con él o ella. Luego, lo incluyen en una lista que llega aquí, a la sede cantonal, donde le entregamos el bono en dos o tres días. me dijo un funcionario de Tibás.
En Guadalupe, me informaron que la forma de operar era idéntica y eso obedecía a que los líderes distritales conocen mejor a sus vecinos.
De hecho, la estrategia de infiltrarse en las filas de los solicitantes no funcionó en el PLN, porque su forma de operación obliga a una visita del dirigente distrital a la casa del aspirante para conocer su situación. Ello, evidentemente, habría descubierto toda la trama periodística a la que se abocó este diario.
No obstante, al igual que sus contendores, la distribución del bonos está a la orden del día, en procura de capturar a aquellos que tienen hoy algo que los partidos políticos quieren: su voto disponible.
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PH ish BONO GRATUITO DE VIVIENDA US OM Particorn atido Liberación Nacional One Bono a nombre de Rodrigo Peralta, redactor de La República, quien se hizo pasar por indigente en uno de los puestos de distribución establecidos por el PUSC.
Los bonos de vivienda que entrega el PLN vienen refrendados por la firma del candidato José María Figueres, así como por el sello del partido.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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