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4C VENTANA. Domingol3 de Febrero de 1994 Portada VIDA DE CASADOS DINO STARCEVIC ace cinco años que soy casada con Manuel Castro; en este tiempo no sé cómo, con mis sufrimientos, no he muerto o por lo menor minorárseme las facultades mentales. Causa para esto ha habido más que suficiente, pero Dios ha querido que así no suceda; Dios asiste al afligido, Dios consuela al desagraciado. En todo este tiempo he sido casi una mártir; digo casi una mártir por que yo no he sufrido exactamente los mismos castigos.
Así se quejaba, en 1875, Guadalupe Castro, una mujer vecina de San José, ante la violencia con la que su marido, Manuel, la trataba. Como ella, muchas mujeres de finales del siglo pasado veían en el matrimonio una cárcel de la cual difícilmente podían escapar.
La historia de Guadalupe ha sido recogida por la historiadora Dora Cerdas, cuya tesis de licenciatura pretende demostrar la existencia de una doble moral en la vida del país, que se reflejaba en el matrimonio católico, cuyas características se propuso estudiar en la Costa Rica de la segunda mitad del siglo pasado, para definir si la práctica cotidiana de éste era consecuente con la doctrina predicada por la Iglesia Católica.
Para ello, fijó su estudio entre los años 1850 y 1890 en la región central del país.
La primera fecha corresponde al año en que se estableció el Obispado en Costa Rica cuando se reorganizó la doctrina católica en el país. y la segunda corresponde a un cambio significativo en la vida religiosa del país, tras ser aceptado el matrimonio civil y el divorcio, en 1888, lo que puso fin a la exclusividad de la Iglesia en ese campo.
El establecimiento del obispado en Costa Rica significó, para la autora, el control de los feligreses a través de la doctrina, en la que el matrimonio era el medio más eficiente para perpetuar la unión de la familia, como base de la so Cartago y cinco de Alajuela.
Iglesia, que asignaba roles y jerarquías, ciedad. Gracias al matrimonio se logra Cerdas utiliza varias hipótesis en su figuras de poder (para el hombre) y su oficializar la procreación e intentar la es trabajo, para demostrar que entre el mo bordinadas (para la mujer. por lo que tertabilización social a través de la fijación delo de matrimonio y familia impulsado minaba por atentar contra el espíritu gede valores.
por la Iglesia y lo que se daba en realineral de armonía que ella misma promulCerdas basó su estudio en el análisis dad había una profunda brecha. La pri gaba.
de documentos oficiales, tanto eclesiás mera llamaba a la armonía, pero los ma Para ella, la vida familiar de la Costa ticos como civiles, para demostrar los trimonios maltrechos eran cosa de todos Rica de entonces no reproducía la beaproblemas familiares que afectaban a las los días.
titud y armonía que la Iglesia buscaba imparejas de entonces, en nueve localida Según Cerdas, la fuente de discrepan poner con su discurso. y más bien eran des de San José, seis de Heredia, dos de cia era el mismo discurso ideológico de la comunes problemas como el adulterio, la En materia de matrimonio, aún en el siglo pasado los costarricenses vivían una doble moral, entre la prédica de la Iglesia y la realidad que palpaban en sus hogares.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
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