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221 A REPUBLICA Viernes 16 de setie étiembre de 1994 Editorial REPUBLICA PRESIDENTE EJECUTIVO: Alvaro Chaves DIRECTOR INSTITUCIONAL: Carlos José Gutiérrez GERENTE GENERAL: Martin Robles Robles.
DIRECTOR EDITORIAL: Eduardo Amador SUBDIRECTORES: INFORMACION: Eduardo Castro DISEÑO: Eduardo Sánchez Sánchez.
Cirugía necesaria FUNDADA EN 1950 PUBLICADA POR EDITORIAL LA RAZON.
CON EL LECTOR GAETANO PANDOLFO RIMO Solo eso nos faltaba Llovía torrencialmente. Lógicamente, conducía mi auto con los vidrios cerrados. Poca visibilidad. Estoy en el centro de la ciudad en busca de parqueo. Ando apurado.
Cerca del vespertino La Prensa Libre hallo sitio en un estacionamiento. Entro, busco un espacio y estaciono el vehículo.
De pronto, la puerta que se abre y la regañada altanera.
Un empleado del estacionamiento me grita. No puede estacionarse ahí, esos campos están reservados.
Desde que entró al parqueo le estoy gritando, para que tome su ficha y se estacione donde le corresponde. Su campo es el número 23. me increpa molesto, debajo de un paraguas, pues por mi culpa tuvo que caminar 20 metros desde su posición de guía vigilante.
Me quedé viéndolo, agarré la ficha y se la revente en el suelo.
Salí del estacionamiento. Solo eso nos faltaba a los clientes!
Tenemos que meter, por necesidad, nuestros vehículos en unos parqueos indecentes, cuyos propietarios salvo contadísimas excepciones se saltan los reglamentos sobre las medidas que deben tener los espacios, los carros parecen sardinas enlatadas, hay que hacer verdaderos malabares y acrobacias para parquear y después salir. Miles de costarricenses hemos llegado a casa para mirar sorprendidos cómo nuestro carro tiene una arruga o una larga raya horizontal en su costado, hecho que sucede en los estacionamientos, sin derecho a reclamarle a nadie, y todavía, un simple empleado regaña al cliente porque no prestó la debida atención a su llamado. Lástima que no le reventé la ficha en la cara!
Estamos atrapados, los parquímetros son escasos, tienen guarda privado, hay que pagar doble y, iqué viva la Pepa!
El negocio bancario, antes que de capitales, es un asunto de confianza. Para manejar dineros, tanto públicos como privados, se requiere contar con el apoyo y la aceptación de depositantes e inversionistas que confian en que su capital va a ser manejado en forma prudente, ordenada y rentable. Por ello resulta tan dificil seguir adelante en actividades de ese género cuando la confianza se sustituye por el temor y la duda.
La decisión del Consejo de Gobierno de liquidar el Banco Anglo Costarricense duele. No se puede negar que el cierre de la institución bancaria más antigua del país constituye una verdadera conmoción, económica, institucional, social. medida que pasen los días, las implicaciones de la decisión tomada se verán con mayor claridad y podrán ser objeto de mayor y mejor análisis. Pero la trascendencia del hecho hace necesario reaccionar ante él.
La conclusión inicial no puede ser otra que reconocer que el presidente Figueres y sus ministros han realizado un acto que no tiene mejor símil que una operación quirúrgica. Ante una extremidad enferma, de imposible recuperación, han procedido a amputar el órgano infectado, con dolor para el paciente, pero con posibilidades de salvar su vida.
La recuperación implica una serie de secuencias a las cuales hay que darle igual atención. Hay que minimizar las pérdidas, lo que obliga a cubrir las responsabilidades con los depositantes y los inversionistas. En ello creemos que se podrá hacer una comparación muy favorable entre las instituciones bancarias estatales y las financieras que hace unos años sufrieron un fenómeno parecido de pérdida de confianza por parte del público. Entonces, todos aquellos que habían colocado sus ahorros en manos de las compañías dedicadas a captar capitales perdieron APUNTES DE LALO parte o la totalidad de su dinero; algunos de ellos llevaron a cabo infructuosas huelgas de hambre y ocupaciones de iglesias para buscar solidaridad estatal con sus pérdidas. Nada de ello ocurrirá ahora. Los dueños de cuentas de ahorros, cuentas corrientes y certificados de depósitos no deben tener el temor de que su dinero pue da perderse.
Igualmente, el proceso obliga a la exigencia de responsabilidad, tanto de los funcionarios que causaron la debacle como de aquellos que se beneficiaron de ella.
Ya existen las causas penales donde deberá determinarse el grado de dolo o culpa de los funcionarios y comisionistas que por interés venal, descuido o ignorancia produjeron los malos negocios. Pero todavía no se han iniciado las acciones para lograr la recuperación de los dineros mal entregados.
Dentro de estas últimas, incluimos no solo las gestiones cobratorias ante los tribunales, sino la información pedida por la opinión pública de sus nombres, para que se les señale y se les haga sentir el repudio a sus acciones. El pudibundo velo que el Auditor de Entidades Financieras ha querido tender a su alrededor debe levantarse, a fin de que cada uno de ellos acepte sus responsabilidades.
Luego, hay que lograr la recuperación del valioso personal que prestaba sus servicios en el Banco Anglo. 700 empleados suponen 700 familias, cuyas necesidades van a ser cubiertas inicialmente por las prestaciones sociales que recibirán. Pero además, la gran mayoría de ellos deberán ser reincorporados a la vida laboral en funciones parecidas o equivalentes. Nuestra aprobación a la medida tomada tiene el condicionamiento de nuestra simpatía por la suerte de los trabajadores del Anglo para quienes esperamos que la vitalidad de nuestra economía permita nuevas y mejores posiciones de trabajo.
ENFOQUE DEL REDACTOR EMILIA MORA GAMBOA Triste independencia UN 15 DE SETIEMBRE El país celebró este 15 de setiembre el Día de la Independencia más triste de su historia. El cierre del Banco Anglo ha dejado a media asta la bandera blanco, azul y rojo por tiempo indefinido, porque tendrán que pasar muchas generaciones para que los costarricenses asimilen la muerte de la centenaria institución.
Costa Rica está de luto porque el pueblo, idealista y confiado, nunca se preparó para un descalabro semejante y los empleados, quienes acudieron cada día a su trabajo con entusiasmo, nunca esperaron alevosía ni traición.
Eran ellos precisamente quienes debían velar por los intereses de la entidad, que eran a la vez los intereses del pueblo y del país.
Pero. dónde está ahora el flamante gerente que con una sonrisa burlona nos repetía a diario en la pantalla chica que pensaba como nosotros. Cuál será el castigo para los filibusteros y saqueadores del Banco Anglo?
Como muy bien dijo un trabajador: son más de 700 empleados y fueron solo 12 los que hicieron fiesta y se aventuraron en un barco sin capitán ni timón, jugando con dineros que nos les pertenecían y con el prestigio del Sistema Bancario Nacional.
Si la justicia es pronta y cumplida. por qué un indígena que robó un chancho en Talamanca fue a dar a prisión. Por qué por delitos menores muchas personas enfrentan un calvario legal y en muchos casos pierden todo sin derecho a decir esta boca es mía?
La mayoría de los costarricenses dará su apoyo al Gobierno por esa dura decisión, pero también exigirá que el peso de la ley caiga sobre los responsables. la triste independencia que ayer celebramos, no puede suársele el desconsuelo de saber que los culpables siguen tran disfrutando beneficios y burlándose del pueblo al que rado sin consideración.
ME TOCA IZAR UNA BANDERA YARRIAR OTRA 20 wo oka 44 lalo Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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