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A OR LA REPUBLietº Lunes de noviembre de 1994 Editorial LA DIRECTOR INSTITUCIONAL: Carlos José Gutiérrez DIRECTOR EJECUTIVO: Douglas Acosta Porras GERENTE GENERAL: Martin Robles Robles REPUBLICA Alerta amarilla en salud DIRECTOR EDITORIAL: Eduardo Amador SUBDIRECTORES: FUNDADA EN 1950 PUBLICADA POR EDITORIAL LA RAZON, INFORMACION: Elsa Morales. Eduardo Castro DISEÑO: Eduardo Sánchez Sánchez CON EL LECTOR EDUARDO CASTRO CH.
Conciertos y prevención Lo que muchos temíamos desde hace algún tiempo se produjo el jueves anterior. La falta de orden provocó la lamentable muerte de un joven al ingreso de uno de los ya acostumbrados conciertos con grupos extranjeros, que dicho sea de paso se producen al menos cada mes, como si viviéramos en Jauja.
Robinson Gamboa, de escasos 20 años de edad, falleció víctima de un paro cardíaco, tras ser prácticamente aplastado por una multitud descontrolada.
Millares de jóvenes, luego de esperar durante muchas horas, trataron de ingresar al Estadio Nacional en tropel. En el hecho encontró la muerte el infortunado Gamboa. La Cruz Roja informó de 100 heridos, 25 de ellos pasados al hospital.
La tragedia pudo haber sido mayor. Solo un milagro impidió algo mucho más grave.
Lo acontecido el jueves es una advertencia para las autoridades. En adelante estas deben ser más exigentes. So pretexto de que los grupos o sus técnicos tienen que probar los escandalosos equipos de sonido, los jóvenes que asisten a esos conciertos deben esperar horas para poder ingresar al sitio del espectáculo, incluso bajo fuerte lluvia, como el jueves.
Es hora de que esa mala práctica se elimine. Que el ingreso de los espectadores se produzca como sucede generalmente en los estadios: con tiempo y fluidez.
Que las autoridades exijan todos los requisitos que garanticen la seguridad de los asistentes. El Estado no solo tiene la obligación de cobrar impuestos y otros derechos, sino que, principalmente, velar por el bienestar de los ciudadanos, y en este país, desdichadamente, este precepto no siempre se cumple.
De momento la esfera judicial debe sentar las responsabilidades del caso. que no solo se entable acción contra los empresarios, sino contra los burócratas que no cumplieron con sus deberes.
Durante dos décadas, todos los sectores de nuestra sociedad aportaron a la construcción del sistema de salud, definido por la reforma de la Constitución Política en 1961, cuando se estableció que el régimen de enfermedad y maternidad de la Caja de Seguro Social debería cubrir a toda la población, sin diferencias geográficas, o de ingreso económico. Tanto el financiamiento del Ministerio de Salud, como de la Caja, con la conjunta programación técnica, fueron suficientes para lograr indicadores que han sido expuestos, dentro y fuera del territorio nacional, como modelos de lo que puede lograr un país pobre que invierte racionalmente sus recursos.
Pero tanta satisfacción no podía durar. Los cambios que se han producido en nuestra comunidad y los vicios internos que comenzaron a aparecer en la prestación de los servicios, encendieron la luz amarilla de alerta para implementar las medidas preventivas, o correctivas, de la progresiva pérdida de eficiencia. El otrora solvente sistema de visita domiciliaria, en área rural y urbana, para proteger a la mujer embarazada y a los niños con nutrición complementaria y vacunación, se fue desmantelando. En el año 1979 vimos aparecer una epidemia de sarampión que produjo muertos.
En la administración pasada, el Ministerio de Salud casi desapareció. Se cerraron centros de salud, la prevención disminuyó al mínimo, el presupuesto se redujo a la mitad, volvió el sarampión, se disparó la malaria, apareció el cólera, aumentaron la tuberculosis y el sida y, para rematar, el dengue aparece en zonas bajas y se extiende a las altas. Con razón el exministro Charpantier fue calificado, durante los cuatro años, como el peor encargado de cartera.
El Ministerio de Salud y la Caja comenzaron, junto con el Ministerio de Planificación, la preparación de sendos proyectos de reestructuración, que rematan con la aprobación y firma de los respectivos contratos para la reforma del sector salud. La autoridad del Ministerio de Salud era tan raquítica, que la administración de los dos préstamos se otorgó a la Caja.
El primero es Ley 7374, publicada en enero de este año, para que el Ministerio traspase a la Caja todos los centros de salud y el personal encargado de los programas de prevención y se dedique a consolidar su rol de rector del sistema.
Era obvio que en enero no veríamos más acción que la campaña política. Pero entre febrero y mayo esperamos en vano el vigoroso enunciado del plan de recuperación, así como la presentación de los planes para la reforma, cuyos detalles solo conocen quienes firmaron los documentos. Si la salud es una responsabilidad de todos, como dice el eslogan, también los planes de recuperación de ben ser compartidos. Sabemos que con apoyo de OPS ha comenzado a reactivarse la prevención y vimos con satisfacción la campaña para vacunar a todos los niños, aunque sus resultados finales no se informaron al país.
Lo que el Ministerio de Salud haya hecho en estos seis meses de Gobierno debe de haber sido bueno, sobre todo porque el ministro Weinstok tiene experiencia previa en el mismo cargo. Lo que no ha hecho es presentar al país sus planes y programas, para que nuestra sociedad sepa como se van a recuperar los niveles alcanzados en otros momentos, cuáles son sus planes como rector del sistema, qué mecanismos utilizará para que todas las instituciones cumplan con los programas fijados a cada una y cuál será la reorganización del Ministerio para planificar, dirigir y evaluar las políticas de Salud.
ENFOQUE DEL REDACTOR LUIS ROJAS GOMEZ Más y más dudas APUNTES DE LALO AGRICULTORES PIDEN AYUDA MINISTRO DE AGRICULTURA MONSEÑOR, POR FAVOR TOQUE.
PERO CON SU TOQUE Aunque parezca necedad, continúo con el tema de la semana pasada, tráficos y dudas. ya que entonces no pude escribir toy do lo que quería, por lo cual procedo a desahogarme ahora.
Precisamente el lunes anterior venía en la microbús de Coronado hacia San José y nos encontramos con la habitual fila de todos los días en el Alto de Guadalupe. En esa oportunidad la cola empezaba más arriba de la clínica Jerusalén, y como yo iba sentado en la parte delantera, me dediqué a observar pacientemente cuál era el motivo de la presa.
Después de casi siete minutos llegamos al primer semáforo, ubicado en la entrada hacia El Carmen de Guadalupe; la fila iba como un entierro.
De pronto apreciamos muy claramente la causa de la presa: por esos lados pasan buses que provienen de Mozotal, Ipís, Coronado, Zetillal, El Carmen, etc. y todos se paran en media calle para que descienda la gente, no se orillan, y eso en un sector en el que hay tres semáforos en 250 metros. dónde estaban los oficiales de tránsito? Uno de ellos se encontraba en un rinconcito, más adelante, frente al Colegio Divina Pastora, en posición de inada que ver!
Lo peor fue que cuando llegamos a Guadalupe, ahí, entre la rotonda y la esquina del centro comercial (aproximadamente 500 metros. había cuatro oficiales de tránsito.
Sería interesante conocer qué criterios utiliza la persona encargada de distribuir a dichos oficiales, porque este es solo un caso entre muchos, pero pareciera que ese trabajo se limita a buscar jugosas multas en la pista, sin complicarse mucho en la capital y sus alrededores. En nuestras calles se impone, únicamente, la ley del más fuerte, porque la Ley de Tránsito: muy bien, si te vi no me acuerdo.
baleta Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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