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LA REPUBLICA. Domingo 25 de enero de 1987 19 atlikta teie vorabu.
NA motora Sección Agropecuaria Semanal Direccion kemerde Editora: Vihma Ag iluz NA OSTA Rica podria variar su condición de pais vendedor de carne y convertirse en comprador, si en el corto plazo no se define una estrategia agropecuaria que frene la extinción del hato nacional.
Para los ganaderos la situación es clara, nos estamos comiendo el hato nacional a falta de mejores opciones para los productores que la de sacrificar sus anima para hacer frente a compromisos pendientes con los bancos del Sistema Bancario Nacional.
El presidente de la Federación de Cámaras de Ganaderos, ingeniero Alberto José Amador, declaró al respectos que la desaparición del hato nacional es inminente, si no se varían las reglas del juego y el Gobierno no se decide a aplicar una verdadera política ganadera.
Mientras la Secretaría de Planificación Sectorial, SEPSA, ha logrado determinar que la extracción ideal para mantener la estabilidad del hato es de 110. 000 hembras por año, los números de los años 85 y 86 dejan ver una realidad totalmente contraria y peligrosa para la actividad ganadera que sólo en 1986 contribuyó con un 12 por ciento en el Producto interno Bruto Agropecuario, siendo superada únicamente por el café y el banano.
En contraste con esta activa participación en el PIB agropecuario, no existen acciones definidas para reactivar la ganadería, que entró en su gran depresión a partir de la década del 80.
El comportamiento de la actividad ha venido demostrando una profunda transformación. Según el censo agropecuario de 1984, la población bovina de hembras se ha reducido aceleradamente, en una participación relativa de menos por ciento en el periodo 1982 1984.
De continuar esa tendencia, el volumen de exportaciones seguirá decreciendo y el mismo consumo interno (conforma.
do en su mayoria por carne de hembras)
podría verse afectado, total o parcialmente.
En términos generales, Costa Rica estaría arriesgándose a pasar de exportador a importador después de haber exportado carne durante los últimos 36 años.
De acuerdo con los datos aportados por el ingeniero Amador, la tendencia de los últimos dos años impone una seria meditación y la obligatoriedad de acciones inmediatas por parte del Gobierno, para evitar el sacrificio creciente de nuestro pie de cría.
Sólo en 1985, nuestro país sacrificó 466. 303 cabezas, de las cuales 227. 141 fueron machos y 229. 657 hembras y el resto 505 terneros y terneras.
En 1986 se sacrificaron 537. 089 cabezas con un total de 245, 364 machos, 278. 255 hembras y 13. 500 terneros y terneras.
Para el ingeniero Amador, las elevadas matanzas de los años 85 y 86 son el producto de la grave crisis que atraviesa la ganadería de nuestro país. Sólo en Nos estamos comiendo el hato que permitan detectar el crecimiento o el decrecimiento del hato y no como sucede ahora, que cada 10 5 años se hacen encuestas agropecuarias.
Es importante, también, suministrar al productor recursos económicos, mediante el financiamiento de sus animales, con base en los lineamientos aprobados por la junta directiva del Banco Central, en marzo de 1984. Adicionalmente, son necesarios estímulos para los productores, en particular para los que se dedican a la cría.
La dirigencia ganadera considera urgente la definición de una política y la implementación del programa de Reactivación de la Ganadería Bovina de Carne, junto a establecimiento de planes de crédito, con intereses preferenciales, para aquellos productores dispuestos a aplicar las soluciones técnicas planteadas, para incrementar su productividad, en el corto y mediano plazos.
Es importante, según Amador, tener presente que la extracción de vacas no se va a detener prohibiendo la matanza ni reglamentándola, sino ofreciendo estimulos que permitan al productor obtener rentabilidad positiva de su actividad y, en consecuencia, estar interesado en seguir produciendo Otro aspecto importante es que existan bases, para que las vacas se desechen con base en un criterio técnico de selección, por palpación, y no por falta de financiamiento o de flujo de caja.
Amador estima necesaria, también una reducción de la capacidad instalada para el sacrificio de carne, por cuanto actualmente existen plantas industrializadoras, que operan con un porcentaje de trabajo que no supera el 35 por ciento de su capacidad y ello genera altos costos de matanza, que disminuyen el precio final que recibe el productor.
Según el Presidente de la Federación de Cámaras, lo más importante de adoptar estas medidas asegurar la continuidad del hato. En caso contrario, se podrían presentar problemas no sólo para abastecer el mercado interno sino que se dejarían de recibir gran cantidad de divisas, necesarias para levantar la erosionada economia nacional.
1985 se sacrificaron 85. 848 vacas más que en 1984.
Por otra parte, mientras en el período anterior a 1985 la extracción de hembras tuvo promedios de 13 por ciento, en el año 1986 la cifra llegó al 21 por ciento.
Esta difícil situación ha generado crisis, según Amador, en todo el sector, afectando fundamentalmente a los criadores y a pequeños y medianos productores, que representan el 93 por ciento de los ganaderos del país. De acuerdo con datos de la encuesta ganadera de 1982, los mismos productores son además propietarios del 75 por ciento del hato nacional.
Los ganaderos consideran que se ha venido generando una crítica e injusta situación, donde el peso de la crisis ha recaído sobre los criadores que, en este momento, no tienen ningún estímulo y únicamente enfrentan pérdidas en sus explotaciones, al verse obligados a sacrificar su activo circulante (las vacas. para poder atender las gastos operaciones de su actividad.
Como consecuencia de las crisis y aunque están recurriendo al sacrificio de su activo. un alto porcentaje de los criadores no está haciendo frente a sus obligaciones con los bancos.
Entre las soluciones que ven los ganaderos a esta situación, Amador resaltó la necesidad de llevar estrictos controles, es Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.

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