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LO QUE DEBE HACER UN PEQUENO COLECCIONISTA.
El niño pequeño, desde que se interesa por todo lo que le rodea, encuentra en la naturaleza y sus elementos todo aquello que constituye su pequeño mundo personal: Inspira sus juegos (guijarros, bastones, castañas, montones de arena. sus primeros dibujos (flores, sol, mariposas, árboles, etc. lo que le ofrecen sus amigos predilectos, los animales, bien vivos, bien figurativos (osos, conejos, etc. Al crecer, situará de buen grado a sus héroes en los bosques, sobre las montañas o en los mares.
Amará los horizontes lejanos en donde la naturaleza manifiesta su grandeza y le gustará jugar a los Robinsones.
El niño ama a la naturaleza, la conoce bien, ella le proporciona sus primeras alegrías, es su amiga.
Pero poco a poco su espíritu es solicitado por otros objetos, por otros lugares, la comodidad. Descubre el mundo y la vida y olvida a su amiga la naturaleza, que se convierte entonces para él en accesoria, hasta incluso en un objeto irrisorio, con frecuencia ridículo, reservado a los amantes de la soledad, a los soñadores, a los naturalistas, etc. Se convierte en prisionero de la ciudad moderna, en un ser prematuramente envejecido y en el cual el frescor se ha embotado.
Poco a poco, vuelve después de nuevo a esta naturaleza, ya que la vida de las grandes ciudades lo impulsa a huir, lo ahoga. Pero desgraciadamente regresa como un extraño; pues no sabe ver ni entender esta sencillez. Siente miedo de la quietud, del silencio, de la grandeza de las cosas que lo rodean. veces vuelve a ella acompañado de aquello de lo que queria huir: el ruido. entonces son los conciertos de transistores tan poco propicios a la reflexión y al relajamiento de los nervios, los que resuenan en este lugar.
No obstante la naturaleza es generosa de equilibrio y proporciona un estimable bien a este agotado nervioso.
Por otra parte, el adulto, ante el modernismo y la escalada de la comodidad y de la técnica incluso si admira y ama a la naturaleza, por su marco y sus bellezas naturales. frecuentemente, ha olvidado su profundo sentido.
Por tal motivo es conveniente inculcar en los niños y en los jóvenes la verdadera afición a la naturaleza, en tanto son todavía capaces de asimilarla. aquí nos dirigimos principalmente a los padres y educadores, ya que la naturaleza es una gran escuela en donde podemos encontrar una enorme gama de inspiración y de actividades educativas (morales, intelectuales, físicas, artísticas. El contacto con estas fuerzas vivas permite adquirir: Astucia, Virilidad, Paciencia, Numerosos adultos han encontrado igualmente en ellas grandes satisfacciones y han ganado confianza en sus posibilidades gracias a los resultados obtenidos.
Será posible pasar unos buenos ratos o preparar unos bonitos obsequios para regalar, incluso sin tener unas 23.
facultades especiales de expresión. Unitamente se precisa poner cuidado y tener buena voluntad, ya que la naturaleza se encargará de lo demás.
La afición al esfuerzo, Delicadeza, La educación de los sentidos (observar, oler, escuchar, gustar, tocar. conservando cuidadosamente la debida medida, el ciclo de la germinación (la flor, el fruto) nos ofrece una admirable ocasión de la educación de la pureza y de una delicada explicación del misterio de la vida.
La amistad de las cosas creadas eleva el espíritu y todos aquellos que aprenderán a descubrir la creación purificarán con ello su alma. mayor abundamiento, la naturaleza pone a nuestra disposición otros medios extraordinarios: sus elementos que de manera gratuita nos permiten (según los sitios, la época, los recursos de una región, nuestras propias previsiones, para los pequeños, los mayores, en la colonia, en clase o en casa) hacer obra de belleza.
Pero con frecuencia pasamos junto a estas riquezas sin prestarles atención, sin pensar en su posible utilización, sin prever; y, con mucha frecuencia, llenos de prejuicios y escépticos en cuanto a los resultados posibles, ya que queremos ver demasiado grande. Queremos lo espectacular, y las cosas demasiado sencillas son erróneamente dejadas de lado, cuando precisamente son ellas las que nos pueden proporcionar más.
Por consiguiente nuestra finalidad es la de ayudaros a reflexionar sobre vuestras ideas y conocimientos, a realizar nuevos descubrimientos, sin daros fórmulas o trucos y cosas ya hechas sino simplemente indicando las pistas que el marco, el espíritu y los elementos de la naturaleza pueden inspirar.
Por ello veremos: 1) Todas las actividades que se pueden practicar.
2) Las facultades necesarias y los conocimientos a adquirir 3) Los objetos que pueden se realizados estrictamente con las primeras materias que la naturaleza nos proporciona como base.
Partiendo de estas ideas, a vosotros os corresponderá encontrar otras o adaptarlas o transformarlas, según vuestras necesidades y la meta a alcanzar.
Nos dirigimos igualmente a los profesores de ciencias naturales, de clases de transición, etc. que podrán sacar de este librito: Ideas de aplicación de trabajos manuales experimentales.
Medios de expresión y de observación mediante bonitas y sencillas realizaciones.
Posibilidades de originales presentaciones de elementos (tales como la seda, el algodón, los cereales, etc. Todas las gamas de colecciones, herbario, cría de animales, etc. Realizaciones artísticas y prácticas que desarrollan muy numerosas cualidades educativas y respondan a las necesidades de los niños de todas las edades.
Todas las realizaciones propuestas en estas páginas han sido efectuadas con niños de todas las edades en clase, en la colonia, en el movimiento juvenil o en las vacaciones familiares.
Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.
wood 78 LA REPUBLICA. Jueves de marzo de 1987
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