6 Revista Dominical. LA REPUBLICA. Domingo 29 de marzo de 1987 El maestro Olger Villegas. en la ciudad de México La exposición será en La hora de las campanas ¿Me habla usted del Maestro Olger Villegas?
Así es, Maestro José León Sánchez madre y como si ambos fueran el prime.
el último entre los hilos de un rayito de luz. siempre, como un sol que no se apaga nunca, está el indígena que hierve en la sangre del Maestro Villegas.
Escucharle hablar, tratar de diseñar el murmullo de las palabras, seguir la huella de sus pensamientos, ya es una enseñanza tan.
hermosa como sus esculturas. Con mis esculturas anhelo dar un mensaje: nosotros fuimos los primeros en América, ya nadie se acuerda, pero los primeros.
Eso quiere decir abrazo de montaña, nube de lluvia, planta de algodón, caricia del maíz, alimento de los dioses en el centro de la hermana tortilla y eco escapado en la nota nocturna de la hermana ocarina. El brazo del indio es un arco iris perfecto que hizo recorrer la flecha desde todas las fronteras y desde todos los mares.
Es verdad: tierra toda sembrada de sol y sedienta de besos como las tetas de una mujer hermosa detrás de los brazos estaban las flechas con una exhalación de notas en su trayectoria. Su sola palabra es una: Indigena pero ella bastó para cincelar la cumbre de la historia. el Maestro Olger Villegas nos va contando que la raza de tierra y mar; de mar y tierra; de horizonte hasta horizonte es una sobre latitudes donde los españoles solamente dejaron nombres. al Maestro le dueEscuchar desde los le que les corran el pan, la manta, la jícara de labios de Francisco atole, el puñado de chile que les corresponZúñiga la palabra de a todos los habitantes de esta tierra, Maestro para dirigirnuestra tierra. agrega como cuando rese al artista de Cosvienta una semilla después del aguacero: ta Rica Olger Ville No es la hoz y el martillo ni el águila gas, fue una de las del norte desde nos ha de llegar una resurrecgrandes satisfaccioción. Solamente está en nuestras manos asi nes que he tenido de morenas, así de sufridas, así de húmealegria de saber sodas. además es en vano que esperan a bre un amigo. Zúñiga nuestro indigena bajando la cabeza.
al llamar de esa forEs cierto: nadie ha de poder desviar el ma al artista indígerumbo de sus pasos sobre esta tierra amerina de San Ramón Olger Villegas cana que es suya y solamente suya.
también era arte de Somos de un mundo nahhuatl y nuesbomenaje a una raza, nuestra raza, olvi tra presencia es como un bosque al que no dada.
se ha logrado quemar pues. cómo quemar Uno días antes encontré a Olger con lá el corazón e impedir que florezca en cada grimas en los ojos y una sorpresa redonda primavera?
en una esquina frente al Palacio de Bellas El Maestro Villegas termina recordando Artes. Me conmovió admirar que su tristeza que es muy sagrado el nombre de nuestra era inspirada por la situación de una entre patria.
los centenares de indias que venden flores Sus palabras una a una recogidas en el en todos los ámbitos de La Alameda.
cuenco de la mano conforman toda una poeY había que estar temprano para la inau sía.
guración de esa noche en la Galería La No Otros requieren la presencia del artista.
che de las Campanas entre las más se Esta es la noche de su fiesta, de nuestra lectas de la ciudad. En cada una de sus fiesta. Ya sabíamos que galerías de México exposiciones se dan cita, además de perio presentaba su obra cubierta de seda. Ya distas, artistas, lo mejor entre los observado sabíamos que su nombre rueda hasta más res que son los ojos de los grandes museos allá de los salones y museos.
de América y Europa.
Pero esta es la Noche de las Campanas.
Entre brindis y flores, sonrisas y admira Para nosotros fue un honor en acomción, estaba ante nuestra mirada la obra del pañarle. Pero también toda la satisfacción Maestro Villegas. Cada una de las figuras de guardar en la memoria la reseña del mihumanas era la representación de una fuer nuto en que don Francisco Zúñiga el único za en la vida: ya hombres, ya niños, ya mu artista nacido en Costa Rica cuyo nombre es jeres y todo sabiamente iluminado por una conocido en todo el mundo, que se detiene luz que como cascada danzaba sobre los ante las ventanas de un honesto asombro y bronces.
llama a Olger: Maestro, el Maestro Olger VilleAhí sus mujercitas de formas cadencio gas.
sas como recortadas desde una sombra de Cuando vengan los días y se marchen la luna en el día más largo del año. Hembras por los caminos del tiempo para formar ya desnudas que no llaman a la morbosidad, ni años, ya lustros, siempre he de recordar la recuerdan los pecados, sino hembras parido presencia de bondad y de cariño de un arras de hombres, hechas para el amor, para tista famoso para un Maestro que emerge cavivir y dar la vida y seguir viviendo.
da día, a cada golpe de cincel, a cada peloY lo mismo se puede decir de los hom tita de arcilla como las flores que van siguienbres. Hombres preparados para el surco en do el encender de los caminos después del cada mañana, de cada noche y están ahí aguacero.
enhiestos, nítidos y al mismo tiempo fieros hoy, ya pasando el tiempo, he querido como la vida que encierra una sola gota de recordar en qué lugar de una noche, en La agua.
Hora de las Campanas, el Maestro OlY ni qué decir de los niños! Juegan en el ger Villegas se llenó de luz.
regazo de la madre. Ambos desnudos sin Con esa única luz que después de un más recato que una espuma de amor que es instante el Maestro Villegas ha usado para tá diseñada sabiamente en los labios de la seguir encendiendo el corazón del arte.
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