Suplemento Banco Nacional de Costa Rica. LA REPUBLICA. Jueves de abril de 1987. 15 la mano. He trabajado muchos años con la Junta Rural de Agua Buena, y tanto para esta casa como para comprar ganado y hacer siembras me facilito dinero.
La cliente más alejada 30 el portillo desde donde en los alto se ve la casa de madera, ya un poco antigua en su apariencia. Alrededor de la vivienda, un potrero. Yo les vendo leche a los panameños; a 17 colones el litro. Una vez en la casa, desde el corredor podemos divisar Cañas Gordas, que lo conforman el puesto costarricense, unas cuantas casas, un negocio, y nada más; del otro lado está el otro puesto (resguardos fronterizos. algunas casas similares a las del lado costarricense, y eso es todo. Cañas Gordas no ha crecido quizás porque el terreno, ondulado, no lo permite. Todo lo contrario de lo que ha sucedido con Agua Buena.
Con mil Desde Campo Tres doña Alcira y don Pablo se vinieron a Cañas Gordas, donde por mil compraron una finca de 40 hectáreas, colindante con Panamá. Nos gustó mucho el lugar porque los panameños son buenos vecinos. AnDoña Alcira es, probablemente, la cliente más alejada que tienen actualmente las Juntas Rurales del Banco Nacional; tanto lo es, que su finca se pasaba la guardarraya. Vive en un lugar donde corre el dinero panameño (dólar) tanto como el costarricense.
Hoy el intercambio se hace con base en 63 por dólar. Gran parte de los productos de la finca de dona Alcira, así como de muchos otros costarricenses, cruzan la frontera porque los panameños son buenos clientes. Hay un intercambio comercial, cuyos orígenes se remontan a la época cuando el trazado de la Carretera Interamericana iba por estas serranías e incluso se iniciaron los trabajos.
Ha sido un comercio de subsistencia, base del desarrollo posterior de la zona, porque es bueno destacar que además de buenas carreteras, cañerías, escuelas y puestos de salud, la región cuenta con alumbrado eléctrico y hoy don Pablo Gutiérrez, en silla de ruedas, añora sus viejos tiempos de hachero mientras contempla la televisión en colores. Todo un cambio radical, en el cual mucho ha tenido que ver el Banco Nacional por medio de sus Juntas Rurales de Crédito Agrícola. Allá queda el Centro de Cañas Gordas, donde está el puesto panameño. Doña Alcira Bustos de Gutiérrez, la cliente más distante de las Juntas Rurales en el sector de Coto Brus.
Los panameños me corrieron la cerca LOS panameños me corrieron callada. No me gusta pelear con nadie. Tamaño pedazo se dejaron. La cerca de doña Alcira Bustos de Gutiérrez no solo divide su finca sino a dos países: Panamá y Costa Rica. Porque colinda con la guardarraya. Pero un pedacillo de más o de menos no tiene importancia.
Aquí hemos vivido muy tranquilos; nunca hay problemas con los panameños. Vea, allá está el centro de Cañas Gordas, del lado de Pates hacían muchos bailes; yo me nama.
iba con mi marido y me echaba mis buenas cumbiadas; es que En tiempos de la trocha me encanta bailar. La lucha de Doña Alcira, nativa de Arenal los Gutiérrez siguió por años, de Santa Cruz, llegó a la región de arrancándole a la tierra sus frutos.
Coto Brus hace más de 40 años. Cuando llegó el Banco me dieron Solo había la trocha de la carretera Interamericana. Llegamos a Campo Tres y allí mi marido hacía contratos a destajo para voltear montaña. Trabajó en la hacienda Metaponto. Yo me iba a vender chayotes hasta Golfito. Una lucha muy dura. Los chiquillos venían a la escuela a Cañas Gordas; era un trecho muy largo en plena montaña. Un día llegaron sin la yegua; idiay, por poquito se los come el tigre. Mejor dicho, llegó el caballo solo, porque los chiquillos se escondieron. Vinimos a buscarlos y estaban muy asustados. Por dicha el tigre se fue sin hacerles nada.
Un lindo lugar La finca de doña Alcira es un lindo lugar, de veras. Desde Agua Buena un camino lastreado que va sobre suaves colinas, llega hasta Desde la casa de doña Alcira Bustos se captó esta fotografía donde aparece Cañas Gordas semidibujado al fondo.
El delegado de la Junta Rural de Agua Buena de Coto Brus, don Sergio Castro González, conversa con doña Alcira Bustos de Gutiérrez.
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